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Presión arterial baja ¿signo de infarto de miocardio?

Báo Đầu tưBáo Đầu tư05/01/2025

Las estadísticas muestran que entre el 22 y el 60% de los ataques cardíacos ocurren sin síntomas típicos como dolor en el pecho o dificultad para respirar.


Noticias médicas del 4 de enero: Presión arterial baja, ¿es signo de infarto de miocardio?

Las estadísticas muestran que entre el 22 y el 60% de los ataques cardíacos ocurren sin síntomas típicos como dolor en el pecho o dificultad para respirar.

Molestias en el pecho y presión arterial baja: el médico descubre un infarto de miocardio silencioso

Un paciente masculino de 62 años no presentaba síntomas de dolor torácico ni disnea, ni signos evidentes de infarto de miocardio en los estudios paraclínicos. Sin embargo, inesperadamente se le diagnosticó un infarto de miocardio con oclusión completa de la arteria coronaria derecha.

Para prevenir un infarto de miocardio, es necesario mantener un estilo de vida saludable: hacer ejercicio con regularidad, comer de forma responsable , evitar fumar, mantener un peso adecuado y controlar enfermedades subyacentes como la hipertensión y la diabetes. Foto ilustrativa.

Tres días antes de su ingreso hospitalario, el paciente sintió molestias en el pecho, que solo duraron unos segundos y luego remitieron por sí solas. Su presión arterial descendió ligeramente (100-110 mmHg, comparado con el nivel normal de 125 mmHg). Acudió al hospital provincial para una evaluación y se le realizó un electrocardiograma, pero no se detectaron anomalías. El análisis de enzimas cardíacas tampoco aumentó; el médico diagnosticó que estaba estable y le recetó medicación para tomar en casa.

Sin embargo, dos días después, su presión arterial bajó repentinamente a 85/60 mmHg, aunque no presentaba síntomas de dolor en el pecho ni mareos. Tras autocontrolarse, seguía sin tranquilizarse y decidió acudir al hospital para una revisión.

En el hospital, el cardiólogo Dr. Vo Anh Minh observó que el paciente no presentaba signos típicos de un infarto agudo de miocardio, como dolor en el pecho, dificultad para respirar o sudoración.

Aunque el electrocardiograma y las enzimas cardíacas no muestran anormalidades, síntomas menores como molestias en el pecho y presión arterial baja son señales de advertencia de un ataque cardíaco silencioso.

Tras la angiografía coronaria, el médico descubrió que la arteria coronaria derecha del paciente estaba completamente obstruida, lo que provocó un infarto de miocardio e insuficiencia cardíaca (la función de contracción cardíaca era solo del 42 %, en lugar del nivel normal de más del 50 %). Si no se detecta a tiempo, el daño al músculo cardíaco puede agravarse gravemente y ser irreversible.

El Dr. Minh explicó que la arteria coronaria debe irrigar la aurícula y el ventrículo derechos, y que cuando esta arteria se obstruye, el ventrículo derecho falla, lo que provoca hipotensión y alteraciones del ritmo cardíaco. Sin una intervención temprana, el paciente corre el riesgo de sufrir un paro cardíaco y fallecer en cualquier momento.

El Sr. Tin recibió tratamiento inmediato con anticoagulantes y se sometió a una intervención coronaria con un stent. Tras 45 minutos, se colocó el stent en la arteria coronaria derecha, lo que restableció el flujo sanguíneo al corazón, ayudó a elevar la presión arterial a 120/80 mmHg y eliminó las molestias torácicas. La ecocardiografía posterior a la intervención mostró una mejora del 48 % en la función cardíaca y se esperaba que continuara recuperándose próximamente.

Las estadísticas muestran que entre el 22 % y el 60 % de los infartos de miocardio se presentan sin síntomas típicos, como dolor torácico o dificultad para respirar. Algunos pacientes solo presentan síntomas vagos, como fatiga, dolor de espalda, indigestión, etc., que se confunden fácilmente con otras enfermedades.

Cabe destacar que las pruebas paraclínicas, como el electrocardiograma y las enzimas cardíacas, a menudo no detectan anomalías en casos de infarto de miocardio asintomático. Por lo tanto, un diagnóstico tardío puede provocar complicaciones peligrosas como arritmia, insuficiencia cardíaca o paro cardíaco.

El Dr. Minh recomienda que para prevenir el infarto de miocardio, cada persona necesita mantener un estilo de vida saludable: hacer ejercicio regularmente, comer científicamente, evitar fumar, mantener un peso corporal razonable y controlar enfermedades subyacentes como la presión arterial alta y la diabetes.

Al mismo tiempo, es necesario dominar los síntomas típicos y atípicos del infarto de miocardio para acudir rápidamente al hospital cuando haya signos inusuales.

Cuando el cuerpo muestra síntomas extraños, las personas no deben autodiagnosticarse ni esperar a que los síntomas desaparezcan, sino que deben acudir a un centro médico para un examen y tratamiento oportunos.

Cardiopatía congénita detectada a los 40 años mediante chequeo rutinario

La Sra. Man, de 40 años, no tenía síntomas típicos de enfermedad cardiovascular, pero le diagnosticaron un defecto del tabique auricular después de acudir al médico porque a menudo se sentía cansada.

Hace un mes, la Sra. Man se sentía cansada a veces, pero los síntomas eran solo pasajeros y desaparecían con el descanso. Los síntomas no eran evidentes ni se acompañaban de otros signos, lo que la hacía subjetiva. Tras acudir a una clínica privada para una evaluación, la ecografía mostró una sospecha de estenosis de la válvula pulmonar, por lo que el médico le recomendó acudir al hospital para una evaluación más exhaustiva.

En el hospital, el Dr. Vu Nang Phuc, especialista cardiovascular del Hospital General Tam Anh, informó que, mediante un ecocardiograma transtorácico, se le diagnosticó a la Sra. Man una segunda comunicación interauricular de 23 mm de diámetro, con dilatación de la cavidad cardíaca derecha e hipertensión pulmonar leve, además de insuficiencia valvular pulmonar leve. Para una evaluación más exhaustiva, el médico solicitó un ecocardiograma transesofágico.

Un ecocardiograma transesofágico utiliza ondas de ultrasonido para crear imágenes detalladas del corazón y los vasos sanguíneos. Este método proporciona imágenes más nítidas porque el esófago está cerca de las cavidades cardíacas y no está obstruido por las costillas ni los pulmones.

Los resultados de la ecografía transesofágica mostraron una comunicación interauricular de 26 × 19 mm, con una gran dilatación de la cavidad cardíaca derecha. La Sra. Man no presentaba síntomas típicos, pero solo se sentía cansada ocasionalmente. El doctor Phuc indicó que, si la enfermedad no se trataba a tiempo, la dilatación de la cavidad cardíaca derecha se agravaría, aumentando el riesgo de arritmia e insuficiencia cardíaca derecha.

Tras la consulta, los médicos decidieron cerrar la comunicación interauricular de la Sra. Man para prevenir complicaciones peligrosas. Antes del procedimiento, el equipo reevaluó todas las imágenes ecocardiográficas de la pared torácica y el esófago para determinar el tamaño y la ubicación exactos del defecto, a partir de los cuales se eligió el dispositivo de cierre de tamaño adecuado (36 mm).

Normalmente este método requiere ecografía transesofágica y anestesia general, pero en este paciente, debido a la clara imagen ecográfica previa, el médico decidió necesitar sólo anestesia local.

El equipo médico realizó un procedimiento de cateterismo cardíaco derecho, eliminó la hipertensión pulmonar y luego insertó el dispositivo de oclusión del defecto del tabique auricular en la posición correcta en el corazón.

Tras 25 minutos, se completó el procedimiento; el dispositivo de oclusión estaba estable y la paciente no presentó complicaciones. La Sra. Man se recuperó rápidamente y recibió el alta al día siguiente.

La comunicación interauricular (6-10% de las cardiopatías congénitas) es una afección en la que existe una abertura entre ambas aurículas. Esta abertura puede estar ubicada en diferentes lugares y se divide en cuatro tipos. El más común es la segunda comunicación interauricular, como en el caso de la Sra. Man (que representa el 70%).

Muchos casos de comunicación interauricular no presentan síntomas evidentes, especialmente en niños, lo que hace que la enfermedad pase desapercibida. Algunos pacientes incluso reciben el diagnóstico entre los 60 y los 70 años.

En el caso de defectos pequeños del tabique auricular (menos de 3 mm), la enfermedad puede cerrarse por sí sola. Sin embargo, los defectos grandes (más de 8 mm) deben tratarse sellándolos para prevenir complicaciones como insuficiencia cardíaca, arritmia o accidente cerebrovascular.

Tras la oclusión de la comunicación interauricular, el paciente deberá descansar y evitar la actividad física intensa durante al menos un mes. También se le recetarán medicamentos durante 3 a 6 meses y deberá tomar profilaxis para la endocarditis durante 6 meses. Es fundamental realizar visitas de seguimiento periódicas para supervisar la recuperación y revisar el dispositivo de oclusión.

El Dr. Phuc aconseja no ser subjetivo ante síntomas vagos como fatiga, disnea leve o molestias en el pecho. Si presentan síntomas poco claros, deben acudir al hospital para una evaluación exhaustiva y así evitar que la enfermedad progrese gravemente sin ser detectada a tiempo.

Evitar un ictus gracias al examen y tratamiento de la obesidad

El Sr. Nghia (50 años) fue hospitalizado de urgencia debido a un fuerte dolor en el pecho. Tras ser consultado y diagnosticado por los médicos, se le implantó rápidamente un stent coronario, evitando así el riesgo de un derrame cerebral.

En el hospital, los médicos observaron que el Sr. Nghia presentaba signos de dolor en el pecho no relacionados con la actividad física. Si bien la evaluación inicial no fue demasiado peligrosa, los registros del tratamiento en el Centro de Pérdida de Peso Tam Anh mostraron que presentaba numerosos factores de riesgo de accidente cerebrovascular, especialmente obesidad de grado II (IMC 34,53), además de trastornos del metabolismo lipídico.

La angiografía coronaria mostró un estrechamiento severo de las dos arterias coronarias principales (80-90%), junto con otras arterias con aterosclerosis leve. El dolor torácico es una señal temprana de falta de sangre y oxígeno al corazón, lo que puede provocar un infarto. Por lo tanto, el médico le indicó al Sr. Nghia que se sometiera a un procedimiento de stent coronario para prevenir el riesgo de accidente cerebrovascular.

El Dr. Le Ba Ngoc, quien atendió directamente al paciente, observó que el Sr. Nghia tenía un IMC alto, mucha grasa abdominal y cervical, antecedentes de tabaquismo y antecedentes familiares de infarto. El Dr. Ngoc recomendó una tomografía coronaria y descubrió una obstrucción grave de la arteria coronaria.

Inicialmente, el Sr. Nghia se negó a someterse a más pruebas porque creía estar sano, a pesar de su alto nivel de lípidos en sangre. Sin embargo, tras ser informado sobre el riesgo de sufrir un derrame cerebral, aceptó someterse a un tratamiento para bajar de peso y lo inició. Después de dos semanas, perdió 2 kg, pero posteriormente presentó dolor en el pecho, por lo que se sometió de inmediato a una intervención coronaria.

Inmediatamente después de la colocación del stent, el Sr. Nghia fue monitoreado por médicos y recibió apoyo para perder peso mediante dieta, ejercicio y control de la grasa visceral.

Tras dos días de seguimiento, recibió el alta hospitalaria con buena salud y continuó con su programa de pérdida de peso. Para la tercera semana, había perdido 4 kg y esperaba perder otro 10 % de su peso total en tres meses para reducir el riesgo de complicaciones derivadas de la obesidad.

La obesidad no sólo afecta a la apariencia sino que también está relacionada con una serie de enfermedades como la diabetes, enfermedades cardiovasculares, trastornos metabólicos... Sin embargo, estas complicaciones a menudo se desarrollan de forma silenciosa, lo que provoca que muchas personas sean subjetivas como en el caso del Sr. Nghia.

El Dr. Ngoc enfatizó que, además del IMC, el índice de grasa visceral es un factor que determina el riesgo de enfermedades cardiovasculares, diabetes y otros trastornos metabólicos. El índice de grasa visceral es proporcional a la circunferencia de la cintura; si la circunferencia de la cintura de un hombre es superior a 94 cm y la de una mujer es superior a 80 cm, el riesgo de enfermedades aumentará significativamente.

Según el Dr. Ngoc, bajar de peso es una forma eficaz de prevenir las complicaciones de salud causadas por la obesidad. Sin embargo, este proceso requiere perseverancia y tiempo, especialmente en pacientes con enfermedades subyacentes o con un alto nivel de grasa visceral.

Además de la dieta y el ejercicio, existen tratamientos para bajar de peso, como medicamentos de apoyo y tecnología de congelación de grasa. Sin embargo, es necesario consultar con un médico para elegir el método más adecuado.


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Fuente: https://baodautu.vn/tin-moi-y-te-ngay-41-tut-huyet-ap-co-phai-dau-hieu-nhoi-mau-co-tim-d238448.html

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