El especialista 2 Lam The Phuong, subdirector del Departamento de Otorrinolaringología del Hospital Municipal de Thu Duc (HCMC), declaró: «Mediante un examen detallado y una tomografía computarizada del hueso temporal, descubrimos una gran masa ósea que estrechaba casi por completo el conducto auditivo externo izquierdo. Esta afección no solo afectaba la audición de la Sra. T., sino que también presentaba riesgo de infección recurrente debido a la retención de líquido y cerumen».
Imagen de una lesión dura y estrecha del conducto auditivo externo.
FOTO: BVCC
La masa ósea era demasiado grande y hubo que operarla por la parte posterior de la oreja.
En consecuencia, a la Sra. T. le diagnosticaron protrusión del canal auditivo externo, una enfermedad rara, especialmente en pacientes mujeres sin antecedentes de exposición frecuente al agua fría.
Como el tamaño de la protuberancia ósea era demasiado grande, los médicos tuvieron que optar por el método quirúrgico detrás de la oreja en lugar de la intervención endoscópica habitual.
“El mayor desafío en esta cirugía es preservar la mayor cantidad posible de piel del canal auditivo para evitar complicaciones de cicatrices estrechas después de la cirugía”, dijo el Dr. Phuong.
La cirugía se realizó a finales de agosto de 2024. Aunque la cicatrización de la piel del conducto auditivo externo tardó más de lo previsto, con las medidas de cuidado local adecuadas, la piel se recuperó por completo, cubriendo todo el conducto auditivo externo. En particular, el tímpano se conservó intacto, la función auditiva del paciente se normalizó y se recuperó por completo tras 6 meses de seguimiento.
40 días después de la cirugía, la piel del canal auditivo estaba completamente recuperada, el tímpano estaba intacto, el paciente escuchaba bien, sin tinnitus, sin dolor de oído.
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La incidencia de protrusión ostial en la comunidad es solo de alrededor del 0,63%.
Según el Dr. Phuong, la protrusión del conducto auditivo externo es común en hombres de 30 a 40 años, especialmente en aquellos que se exponen frecuentemente al agua fría, como nadadores o surfistas. La incidencia en la comunidad es de tan solo un 0,63 %, pero puede alcanzar el 73 % en grupos de alto riesgo.
Es importante protegerse los oídos al exponerse al agua fría, especialmente al nadar o practicar actividades subacuáticas. Usar tapones de goma y gorros de natación es una medida preventiva eficaz. Ante síntomas anormales en los oídos, como picazón, tinnitus o pérdida auditiva prolongada, es necesario acudir a un centro médico para una evaluación oportuna, enfatizó el Dr. The Phuong.
Fuente: https://thanhnien.vn/u-tai-nghe-kem-di-kham-phat-hien-loi-xuong-ong-tai-hiem-gap-185250425173803794.htm
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