Los satélites militares Starlink transmiten señales en frecuencias prohibidas.

Scott Tilley, conocido por recuperar señales del "satélite zombi" LES-1 después de casi medio siglo, dijo que descubrió accidentalmente la extraña señal mientras escaneaba bandas de radiofrecuencia poco utilizadas.

Y lo que descubrió está haciendo que la comunidad científica se pregunte: ¿está esta red secreta de vigilancia en el espacio operando fuera de control?

Al ajustar incorrectamente la antena, captó una señal fuerte en la banda de 2025-2110 MHz, un rango de frecuencia que los satélites no tienen permitido transmitir a la Tierra. «Pensé que estaba alucinando, pero después de algunas mediciones Doppler, quedó claro: era un satélite Starshield», declaró Tilley a NPR.

Según el Wall Street Journal y Reuters , en 2021, SpaceX firmó un contrato de 1.800 millones de dólares con una agencia gubernamental estadounidense no revelada, posteriormente identificada como la Oficina Nacional de Reconocimiento (NRO), la organización encargada de los satélites espía de Estados Unidos. Los escépticos lo apodaron el Proyecto Sombra de 1.800 millones de dólares.

Se dice que la misión de Starshield es crear una red de cientos de pequeños satélites capaces de operar en forma de "enjambre" en órbita terrestre baja, proporcionando imágenes de vigilancia global con un nivel de detalle extremadamente alto.

La NRO ha descrito el proyecto como «el sistema de inteligencia, vigilancia y reconocimiento espacial más capaz y versátil que el mundo haya visto jamás». Sin embargo, tanto SpaceX como la NRO declinaron hacer comentarios sobre los detalles técnicos. Una fuente declaró a Reuters que «nadie puede esconderse» de la vigilancia de Starshield, una afirmación que evoca la imagen de un «ojo en el cielo».

Tilley afirmó que de los 193 satélites que él y sus colegas aficionados habían catalogado, 170 transmitían en la banda S, una banda de frecuencia en la que no está permitido transmitir datos del espacio a la Tierra. Añadió que esto podría ser señal de una prueba secreta o de un sistema especial de transmisión de datos encriptados que SpaceX está implementando para el gobierno estadounidense.

Según el Reglamento Internacional de Radiocomunicaciones (UIT), la banda de 2,025-2,110 MHz está reservada para enlaces de retorno Tierra-espacio, es decir, señales transmitidas desde la Tierra al satélite. Las transmisiones del satélite «espacio-Tierra» contravienen la normativa internacional y podrían causar interferencias en otras comunicaciones civiles. «Hasta la fecha, no se ha presentado ninguna solicitud pública en el Registro Internacional de Frecuencias Radioeléctricas (MIFR) que autorice a Starshield a utilizar esta banda».

La aparición de señales fuertes en esta banda "plantea interrogantes sobre el cumplimiento de las regulaciones del espectro y destaca la brecha entre el despliegue de constelaciones de satélites comerciales modernos y los mecanismos de monitoreo internacionales", dijo Tilley en un artículo científico publicado en el repositorio abierto.

Algunos expertos creen que esto podría no ser ilegal en sí mismo, sino más bien una táctica de ingeniería deliberada. El profesor Kevin Gifford, experto en interferencias satelitales de la Universidad de Colorado, sugiere que SpaceX podría estar utilizando una banda de frecuencia menos utilizada para reducir las interferencias y luego preocuparse por obtener una licencia. Sin embargo, Tilley afirma que esto «podría ser la forma en que SpaceX oculta deliberadamente las operaciones de Starshield a los sistemas de vigilancia comerciales».

Sea cual sea la causa, el descubrimiento plantea numerosas interrogantes sobre la transparencia de los proyectos de satélites militares privados, especialmente en el contexto de SpaceX, que actualmente controla miles de satélites Starlink para uso civil y militar. Con la capacidad de tener cobertura global y operar de forma casi independiente, Starshield podría convertirse en una herramienta de vigilancia sin precedentes en la historia de la humanidad. La detección de esta señal inusual, incluso por un astrónomo aficionado, revela en parte la verdadera magnitud del programa.

Si 170 satélites operan al unísono en una banda de frecuencia restringida, significa que el sistema ya está en pleno funcionamiento, no solo en fase experimental. «Starshield puede ver a cualquiera, en cualquier lugar; ya no es una hipótesis», afirmó un experto.

Mientras los funcionarios guardan silencio, esas extrañas señales continúan resonando desde el cielo, un recordatorio de que la carrera espacial entre gobiernos y corporaciones privadas está entrando en una fase completamente nueva, donde las líneas entre tecnología, poder y privacidad son más frágiles que nunca.