El doctor especialista 2 Lam Nguyen Thuy An, del Hospital Universitario de Medicina y Farmacia de Ciudad Ho Chi Minh, Unidad 3, explicó que el hígado graso, también conocido como enfermedad del hígado graso no alcohólico (EHGNA), es una afección de acumulación de grasa en el hígado que no está relacionada con el consumo de alcohol. Generalmente, esta enfermedad se asocia con la obesidad, la diabetes tipo 2 y el síndrome metabólico. Sin embargo, numerosos estudios han demostrado que las personas delgadas también corren el riesgo de padecer esta enfermedad, e incluso muchas personas son subjetivas, lo que puede provocar complicaciones graves.
Las personas delgadas o que tienen un índice de masa corporal (IMC) normal aún pueden tener hígado graso.
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Según la Dra. Thuy An, aunque la obesidad es el principal factor de riesgo, las personas delgadas o con un índice de masa corporal (IMC) normal pueden padecer hígado graso. Un estudio de 2019 publicado en la revista Gastroenterology mostró que la tasa de hígado graso entre las personas obesas es de aproximadamente el 50-70%, mientras que el resto pertenece al grupo delgado. En Vietnam, casi 30 millones de personas padecen hígado graso, de las cuales entre el 30% y el 35% corren el riesgo de desarrollar cirrosis. Actualmente no existen estadísticas específicas sobre la tasa de personas delgadas que padecen esta enfermedad, pero la práctica clínica demuestra que no es una afección infrecuente.
¿Cuáles son las principales causas del hígado graso en personas delgadas?
La grasa visceral es el tipo de grasa que se acumula alrededor del hígado, los vasos sanguíneos y los intestinos. A diferencia de la grasa subcutánea, la grasa visceral es más propensa a causar enfermedades metabólicas, incluso en personas delgadas. Normalmente, el hígado convierte el azúcar en energía. Si el cuerpo carece de azúcar (debido a una dieta inadecuada o una pérdida de peso excesiva), el hígado se ve obligado a utilizar la grasa. La cantidad de grasa acumulada en el hígado con el tiempo provocará acumulación y enfermedades.
Genética y trastornos metabólicos : Algunas personas tienen genes que las hacen susceptibles a sufrir trastornos del metabolismo de las grasas, lo que aumenta su riesgo de padecer hígado graso.
Diabetes y resistencia a la insulina : el alto nivel de azúcar en sangre hace que el hígado sea más susceptible al almacenamiento de grasa, incluso en personas que no tienen sobrepeso.
Dieta desequilibrada : Consumir mucha grasa saturada, azúcar y alimentos procesados puede aumentar la acumulación de grasa en el hígado, aunque no causa un aumento de peso significativo.
El vegetarianismo no científico o la abstinencia excesiva provoca que el cuerpo carezca de nutrientes esenciales, lo que provoca un desequilibrio en el metabolismo de las grasas.
Falta de ejercicio : Las personas delgadas pero sedentarias también corren el riesgo de sufrir trastornos del metabolismo de las grasas, lo que puede provocar hígado graso. Efectos secundarios de medicamentos y otros factores.
Ciertos medicamentos, como los corticosteroides, el tamoxifeno y los derivados de la amiodarona, pueden aumentar la acumulación de grasa en el hígado. Fumar y beber mucho alcohol, incluso sin aumentar de peso, puede dañar el hígado y causar acumulación de grasa.
El vegetarianismo no científico también puede causar desequilibrio en el metabolismo de las grasas.
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¿Síntomas y diagnóstico?
El hígado graso no suele presentar síntomas evidentes en sus primeras etapas. En algunos casos, se puede experimentar fatiga prolongada, sensación de pesadez y molestias en la parte superior derecha del abdomen. Los análisis de sangre pueden mostrar un aumento de las enzimas hepáticas; la ecografía, la tomografía computarizada o la biopsia hepática pueden detectar la acumulación de grasa.
Si no se controla, el hígado graso puede progresar a esteatohepatitis no alcohólica (NASH), lo que provoca cirrosis, insuficiencia hepática e incluso cáncer de hígado.
¿Cómo prevenir y tratar?
Independientemente de si eres delgado o no, para proteger tu hígado necesitas:
- Mantenga una dieta saludable: coma muchas verduras, frutas, cereales integrales y proteínas.
- Limite el azúcar, los alimentos procesados, las grasas animales y las bebidas alcohólicas.
- Aumente el ejercicio: haga ejercicio al menos 30 minutos al día y mantenga hábitos de ejercicio para favorecer un metabolismo de las grasas más eficaz.
- Controle las condiciones médicas subyacentes: si tiene diabetes, dislipidemia o presión arterial alta, contrólelas de cerca según las indicaciones de su médico.
- Evite los factores de riesgo: no fumar, limite el alcohol.
- Tenga cuidado al utilizar medicamentos que puedan dañar el hígado, consulte siempre a su médico.
- Chequeos médicos regulares: Los chequeos médicos regulares son obligatorios anualmente para las personas sanas y al menos dos veces para quienes padecen enfermedades subyacentes, con el fin de controlar exhaustivamente su estado de salud. Los pacientes con enfermedades subyacentes que requieren seguimiento deben seguir las indicaciones del médico para asegurar un control seguro de su condición.
El hígado graso no es una enfermedad exclusiva de las personas con sobrepeso. Las personas delgadas, con un estilo de vida poco saludable o trastornos metabólicos, también tienen un alto riesgo de padecerlo. Comprender las causas y adaptar adecuadamente su estilo de vida le ayudará a prevenir y proteger eficazmente la salud de su hígado, afirmó la Dra. Thuy An.
Fuente: https://thanhnien.vn/vi-sao-nguoi-gay-van-bi-gan-nhiem-mo-185250327100048873.htm
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