Si los padres no saben cómo hablar adecuadamente con sus hijos, esto provocará cambios importantes en su personalidad. Una de las consecuencias es que los niños se vuelven introvertidos, incluso retraídos, y no desean interactuar ni hablar con quienes los rodean.
1. Disuadir y advertir periódicamente
Según India Parenting, si insistes en regañar y dar advertencias ocasionales, en realidad estás permitiendo que tu hijo ignore y se rebele, porque sabe que no harás nada. Por lo tanto, antes de dar una advertencia, piénsalo bien y cúmplela.
Antes de dar cualquier advertencia, piénselo bien y llévela a cabo. Foto ilustrativa.
2. Los padres siempre creen que tienen razón
Demasiados padres usan la excusa de querer "lo mejor para sus hijos" para imponerles sus ideas. Siempre quieren que sus hijos sean así; que aprendan aquello, que hagan aquello. De pequeños, los niños escuchan a sus padres, pero al llegar a cierta edad, también tienen sus propias ideas y necesitan respeto y atención de sus padres.
Por lo tanto, cuando surgen problemas, la imposición y la falta de comprensión de los padres distancian involuntariamente a sus hijos. Al final, hijos y padres crean gradualmente una gran brecha entre ellos.
3. Regaños
Si este comportamiento es prolongado y severo, cortará involuntariamente la paciencia del niño y su brillante futuro, creando en el futuro una personalidad irascible.
Los padres deben aprender a controlar sus quejas. Porque hablar demasiado no significa que los niños escuchen. Cuanto más hablamos, menos valiosas serán nuestras palabras para ellos. ¡Recuerden!
Como dice el proverbio: "Una palabra dicha tres veces seguidas se vuelve tan insípida como el agua".
Un recordatorio bien intencionado está bien, pero si se convierte en una insistencia, puede tener un impacto negativo. Para solucionarlo, la próxima vez que quieras que tu hijo recuerde algo, simplemente dilo una vez y pídele que lo repita; así será más efectivo.
Al hablar, mire a su hijo a los ojos para demostrarle sinceridad y seriedad. Estos pequeños detalles facilitarán la comunicación entre nosotros y los niños.
Los padres deberían aprender a controlar sus quejas. Foto ilustrativa.
4. No escuchar a tu hijo
Prestar atención a lo que dice su hijo puede ser difícil para muchos padres. Pero es importante hacerlo incluso cuando la mente está ocupada con un millón de cosas.
Los niños siempre quieren que sus padres los escuchen. Y si los adultos los ignoran, no aprenderán el valor del respeto y la empatía.
5. Irritable y de mal genio
Cuando los niños son pequeños, sus padres son las personas más cercanas y confiables. Siempre se aferran a ellos porque desean sentir su cariño y ser más amados. Sin embargo, hay padres que, cuando van a trabajar y se encuentran con situaciones desagradables, llevan su ira a casa y la descargan con sus hijos.
¿Qué hijo querría estar cerca de un padre irascible? Los niños solo dicen unas pocas palabras, y solo porque no están de acuerdo con sus padres, los regañan de inmediato. Se podría decir que una de las razones por las que padres e hijos se distancian gradualmente es que los padres suelen ser irritables e irascibles con sus hijos.
6. Comparación
Este comportamiento destruirá la confianza de tu hijo si lo practicas de forma incorrecta. Si comparas, hazlo verticalmente, no horizontalmente.
Comparar a tu hijo con otros niños es más perjudicial que beneficioso. Porque, por muy bueno que sea tu hijo, siempre habrá alguien mejor. Se dice que "hay gente ahí fuera". Comparar así hará que los niños sientan que nunca son lo suficientemente buenos, por mucho que se esfuercen.
Si quieres que tu hijo sea bueno, solo debes compararlo en la dirección del lanzamiento, es decir, comparar al niño de hoy con el de ayer. Esto ayuda a animar y guiar a los niños a desarrollarse positivamente.
Hoy será mejor que ayer, mañana será mejor que hoy; esto es un crecimiento saludable. Les dará a los niños una sensación de felicidad, plenitud y más confianza.
Puedes decirle algo como esto para animar a tu hijo: "Aunque los resultados de hoy no son los esperados, veo que te esforzaste mucho y lo hiciste mejor que ayer. ¡Espero que mañana tengas un mejor desempeño!".
No menciones cosas que tu hijo hizo mal en el pasado para advertirle. Foto ilustrativa.
7. Recuerde siempre a su hijo sus errores.
Hoy es un nuevo día y tienes que aprender a seguir adelante. No menciones las cosas que tu hijo hizo mal en el pasado para advertirle. Esto lo decepciona y lo hace pensar que sus padres no lo respetan, aunque haya corregido sus errores y haya mejorado. No intentará exigirse más.
8. Duda
Esta acción cortará la esperanza del niño en el futuro.
Siempre que interactuamos con niños, solemos sospechar que mienten. Aunque los adultos suelen decir: «Los niños no mienten», también suelen cuestionarlos seriamente, diciendo: «¡Los niños no pueden mentir!».
La duda no hace mejores a los niños, pero la confianza sí. Puede que los niños no se desempeñen tan bien como se espera, pero si tienen confianza, al menos se esforzarán al máximo para completar la tarea asignada.
Pruébalo una vez, no necesitas hacer mucho, solo di suavemente una frase desde tu corazón: "¡Creo en ti!". Verás aparecer milagros.
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Fuente: https://giadinh.suckhoedoisong.vn/8-sai-lam-dien-hinh-cua-cha-me-khi-noi-chuyen-khien-con-ngay-cang-xa-cach-172240527162345857.htm
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