80 años de la Revolución de Agosto: La fuerza de la gran unidad nacional en la nueva era

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Delegación vietnamita en el extranjero a bordo del "Gran Tren de la Solidaridad". Foto: VNA

Los resultados de esta estrategia contribuyeron al gran poderío de toda la nación, impulsando la Revolución de Agosto de 1945, que transformó a Vietnam de un país colonial y semifeudal en una nación independiente y libre. Siguiendo esta línea, el Partido guió al pueblo hacia numerosas hazañas gloriosas, construyendo y defendiendo firmemente la Patria socialista de Vietnam, entrando con paso firme en la nueva era.

Los valores espirituales crean una base de gran fortaleza

La gran unidad nacional es un valor espiritual que forja la fuerza interna de la nación. El consejo del presidente Ho Chi Minh : "Unidad, Unidad, Gran Unidad; Éxito, Éxito, Gran Éxito" aún conserva su valor teórico y práctico. Para lograr la unidad, es necesario que haya igualdad, respeto, confianza y apoyo mutuo. Esta confianza debe construirse, consolidarse y cultivarse a largo plazo, siendo la confianza entre el pueblo, el Partido y el Estado, a través de los cuadros de todos los niveles, el factor clave. Esa es la base para crear una comunidad nacional vietnamita unificada.

Según el Profesor Asociado Dr. Nguyen Van Minh, Director del Instituto de Etnología y Estudios Religiosos de la Academia de Ciencias Sociales de Vietnam, la solidaridad nacional no es solo un lema político , sino también un valor espiritual que sienta las bases de la fuerza nacional. Por lo tanto, las políticas étnicas deben tener como objetivo fundamental conectar la relación entre los grupos étnicos y la nación, fortalecer la conciencia nacional y construir una comunidad étnica unificada. En el proceso de desarrollo socioeconómico, el Estado debe garantizar la igualdad entre los grupos étnicos, evitando el surgimiento de ideas de separación y comparación.

El profesor asociado Nguyen Van Minh afirmó que el Estado necesita una visión estratégica y acciones integrales y coordinadas en materia de políticas étnicas. No debe limitarse a apoyar y subsidiar, sino que debe priorizar el aprovechamiento efectivo del potencial y las fortalezas de las personas, promoviendo su fortaleza interna para que puedan prosperar y afirmarse. Las políticas étnicas deben considerar a las personas como sujetos creativos, sujetos emprendedores, y no solo como beneficiarios. Esta es una forma de despertar la voluntad de autosuficiencia, la capacidad endógena, adaptada a las características y condiciones de cada región y comunidad.

El profesor asociado Nguyen Van Minh también afirmó que las políticas étnicas deben considerarse una parte importante del sistema de políticas nacionales. Esto incluye el fortalecimiento de la conciencia nacional, la cultura nacional, el idioma nacional, los símbolos nacionales y las instituciones de gobernanza nacional para todos los grupos étnicos, especialmente en las zonas fronterizas e insulares. Dado que estas no solo son zonas con características socioeconómicas especiales, sino que también desempeñan un papel en la protección de la frontera y el territorio nacionales, es necesario un mecanismo de inversión a largo plazo, concentrado y sostenible para estas zonas, que mejore la vida de la población y fortalezca la defensa y la seguridad nacionales.

Según el profesor asociado Nguyen Van Minh, para implementar con éxito la estrategia de la gran unidad nacional en el nuevo contexto, es necesario movilizar todos los recursos nacionales y extranjeros, así como la participación activa de todo el sistema político y del pueblo. En particular, es necesario promover el potencial y el papel de la comunidad vietnamita en el exterior, así como de la comunidad extranjera en Vietnam, para unirse y contribuir a la construcción nacional. Al mismo tiempo, es necesario promover la información y la propaganda sobre las políticas étnicas, a la vez que se empodera a la gente para que conozca, debata, participe, inspeccione y supervise las políticas. Esto es tanto un derecho como una responsabilidad del pueblo en el gran bloque de unidad.

Según el profesor asociado Nguyen Van Minh, si queremos profundizar las políticas étnicas, debemos centrarnos en la educación, la formación y la mejora de la calidad de los recursos humanos en las zonas de minorías étnicas, junto con la construcción de un sistema político sólido y de cuadros. Debemos fortalecer las buenas relaciones étnicas tradicionales, fomentar el orgullo nacional y el auténtico patriotismo, especialmente en las zonas fronterizas, para que la gente sienta un profundo apego al Partido y a la Patria. Al mismo tiempo, debemos preservar y promover los valores culturales únicos de cada grupo étnico, junto con el desarrollo de valores nacionales comunes para fortalecer la conciencia cívica, la soberanía y la integridad territorial.

Estas políticas contribuirán a reducir la desigualdad, reducir la brecha de desarrollo entre regiones y crear una sólida conexión entre el crecimiento económico y el desarrollo social, garantizando así la seguridad humana. Esta es también una forma práctica de fortalecer el gran bloque de unidad nacional, la base de la fuerza que cimentó la histórica victoria de la Revolución de Agosto de 1945 y la resiliencia de la nación en la nueva era.

Afirmando la estatura internacional de la Revolución de Agosto

Si el mayor valor de la Revolución de Agosto reside en impulsar y fortalecer la unidad nacional, otra contribución importante es la proyección internacional de este acontecimiento. Según el profesor asociado Dr. Dinh Quang Hai, exdirector del Instituto de Historia de la Academia de Ciencias Sociales de Vietnam, la victoria de la Revolución de Agosto en 1945 no solo marcó el inicio de una era de independencia y libertad para el pueblo vietnamita, sino que también tuvo una profunda trascendencia para el movimiento revolucionario mundial.

En el contexto de la Segunda Guerra Mundial, el nacimiento de la República Democrática de Vietnam causó gran conmoción y se convirtió en un acontecimiento de gran trascendencia. No solo fue una victoria para el pueblo vietnamita, sino también un símbolo de la tendencia inevitable: el colapso del colonialismo y el levantamiento de los pueblos oprimidos.

El profesor asociado Dinh Quang Hai analizó que justo después de 1945, una serie de países del sudeste asiático, el sur de Asia y África obtuvieron su independencia, como Laos, Indonesia, India, Myanmar, Argelia, Madagascar... La victoria de Vietnam se convirtió en una gran fuente de estímulo espiritual para los pueblos coloniales, demostrando que: una nación, por pequeña que sea, si está unida y es resiliente, aún puede lograr grandes victorias, rompiendo las cadenas de la esclavitud colonial.

Según el profesor asociado Dinh Quang Hai, la trascendencia internacional de la Revolución de Agosto se refleja también en una lección de valor universal: el poder del gran bloque de unidad nacional. Organizado y promovido en el momento oportuno, puede cambiar el curso de la historia. Con el espíritu de "surgir del corazón del pueblo", el pueblo vietnamita tomó el poder en todo el país en tan solo 15 días, pasando de la condición de esclavos a la de amos independientes del país. Ese éxito también demostró el acertado liderazgo del Partido y la sabiduría del presidente Ho Chi Minh para aprovechar las oportunidades históricas.

El profesor asociado Dinh Quang Hai afirmó que la lectura de la Declaración de Independencia por parte del presidente Ho Chi Minh el 2 de septiembre de 1945 en la plaza Ba Dinh no solo reafirmó el derecho del pueblo vietnamita a la autodeterminación, sino que también envió un contundente mensaje al mundo sobre la aspiración de libertad, igualdad y el derecho a vivir en independencia de todas las naciones. Esa voz contribuyó a impulsar el movimiento de liberación nacional a escala global, creando las condiciones para que muchos países coloniales se alzaran, alcanzaran el poder y escaparan del yugo de la dominación.

La victoria de la Revolución de Agosto también elevó el estatus y el prestigio internacional de Vietnam, transformando a nuestro país de una nación colonial a una nación pionera en el movimiento contra el antiguo y el nuevo colonialismo. Vietnam se convirtió en la bandera principal del movimiento de liberación nacional del siglo XX, contribuyendo significativamente a la transformación del mapa político mundial.

El profesor asociado Dinh Quang Hai afirmó que esta estatura y valor han transformado a Vietnam de una pequeña nación colonial a un modelo de autosuficiencia. Desde entonces, la reputación internacional del país se ha fortalecido constantemente, afirmando el papel de una nación resiliente, que sabe aprovechar las oportunidades y promueve la fuerza de la solidaridad para crear milagros históricos.