Gracias a la cría de búfalos, la familia del Sr. Lieu tiene una fuente de ingresos estable.

La sonrisa iluminó el rostro de la pareja de granjeros, bronceado por el sol y la lluvia. «Lo importante es tener una actitud positiva en todas las circunstancias, y amor por el trabajo. Si sigues al búfalo descalzo, sin duda será un trabajo duro», confesó el Sr. Lieu, mientras caminaba a paso ligero por los campos espinosos para guiar al búfalo de vuelta al establo.

El sol se oscurecía. En los montículos yermos, la manada del Sr. Lieu, compuesta por casi 20 búfalos, rumiaba tranquilamente. «La gente suele bromear diciendo que tengo cientos de millones, pero que los tiro todos en el campo». El Sr. Lieu no podía ocultar la alegría y el orgullo que brillaban en sus ojos.

Hace décadas, el Sr. Lieu y su esposa se unieron con solo sus propias manos. La casa de paja se construyó en un terreno que les regalaron sus padres. Las dificultades del pasado aún están profundamente grabadas en sus recuerdos. En aquel entonces, el Sr. Lieu y su esposa se dedicaban a la agricultura, fabricaban sombreros cónicos y trabajaban a sueldo, pero la vida aún no era próspera. Al pensar en una nueva forma de hacer negocios, el Sr. Lieu recordó la tradición de criar búfalos para tirar de los arados, de la generación de su padre y su abuelo.

Sin embargo, con la visión de un modelo de desarrollo sostenible y eficaz, el Sr. Lieu decidió emprender un negocio con una búfala, pero no para arar, sino para desarrollar la manada. Cada vez que una búfala paría, el Sr. Lieu vendía al macho; la hembra se quedaba con ella para la reproducción. Año tras año, con esta perseverancia, cuando la manada era numerosa, el Sr. Lieu vendía entre 5 y 10 búfalas al año. En años de buen precio, una búfala de un año podía venderse por entre 13 y 15 millones de dongs. Actualmente, la manada familiar del Sr. Lieu cuenta con 20 búfalas.

Junto a la casa hay un pajar alto. Es la reserva de alimento para los búfalos cuando llegan el frío invierno y las inundaciones. El Sr. Lieu comentó que no gasta dinero en comida, pero se esfuerza mucho en pastorear a los búfalos y cortar el pasto para mantenerlos gordos y sanos. En la temporada de lluvias frías, además de la paja de reserva, al Sr. Lieu no le importa la lluvia fría para cortar pasto fresco.

Además de cuidar la manada de búfalos, el Sr. Lieu y su esposa cultivan cinco saos de arrozales y tres saos de melones y sandías. Cada día, para el Sr. Lieu y su esposa, comienza desde el amanecer hasta el anochecer, sin descanso, con trabajo duro, pero la felicidad llega con la temporada de granos de arroz densos y melones dulces. La Sra. Phan Thi Hong Van (esposa del Sr. Lieu) presume de que los melones y sandías de su familia se fertilizan con estiércol de búfalo compostado, lo que permite que las plantas crezcan bien, produzcan más fruta y sean de mayor calidad, lo que los hace muy apreciados por los minoristas. Los melones y sandías del Sr. Lieu siempre se venden rápido y a buen precio.

Mientras guiaba a los invitados hacia bolsas de estiércol de búfalo seco apiladas en un rincón del jardín, el Sr. Lieu y su esposa dijeron que ésta es una fuente de estiércol excedente para vender a los granjeros locales, aumentando así los ingresos de la familia.

Diligente, trabajador y con la experiencia acumulada durante un largo período en la cría de ganado y el cultivo de cultivos, además de adquirir nuevos conocimientos en cursos de capacitación locales, el Sr. Lieu y su esposa, con su rebaño de búfalos y sus campos de arroz y melones, siempre garantizan ingresos estables y de calidad. Cada año, tras deducir los gastos y cubrir los gastos de manutención, el Sr. Lieu y su esposa ahorran unos 100 millones de dongs.

El Sr. Lieu y su esposa despidieron a sus invitados hasta el final del callejón. La imagen de una pareja de agricultores con las manos y los pies embarrados es simple, pero muy valiosa por los logros que obtuvieron con su sudor. Eso significa criar hijos hasta la edad adulta; tener una casa digna y superar las dificultades, esforzándose por tener éxito en la producción y en la vida.

Artículo y fotos: DUY TRI