Sin embargo, la consecuencia de esta aceleración “tormentosa” es una generación de adolescentes que viven en la ansiedad y la depresión.
Las clases particulares han estado arraigadas en la vida singapurense desde hace mucho tiempo. Desde folletos repartidos en la entrada de las escuelas y sesiones de estudio nocturnas hasta tutores con agenda completa, las clases particulares se han convertido en parte integral de la educación secundaria.
Con un gasto total que alcanzará los 1.800 millones de dólares singapurenses en 2023, un aumento de casi el 30 % respecto de 2018, Singapur se ha convertido en uno de los países con el mayor gasto per cápita en tutorías privadas del mundo .
Con la creciente competencia global, los padres ven las clases particulares como una "póliza de seguro" para garantizar que sus hijos no se queden atrás. Olivia Chua, que gasta hasta 8.000 dólares singapurenses al mes en tutores para sus cuatro hijos, comentó: "No tengo otra opción. Sin tutores, mis hijos no me escucharán".
Sin embargo, las altas expectativas conllevan una caída inconmensurable de la moral. Leshane Lim, de 16 años, asiste a clases extra tres veces al día, tantos días que solo tiene tres minutos para comer.
Lim compartió: «Solía pensar que ese día fue terriblemente miserable. Pero tuve que ponerme en esa situación porque quería estudiar mejor».
El Ministerio de Educación de Singapur está intentando regular los centros de tutoría, pero intervenir en un sector con una gran demanda y una fuerte inversión financiera por parte de los padres supone un gran reto. Los estudiantes singapurenses obtienen uno de los mejores resultados del mundo en las pruebas PISA, pero los estudios también muestran que sufren mayores niveles de ansiedad ante los exámenes y miedo al fracaso que la mayoría de los países de la OCDE.
Singapur no es el único país con dificultades para el rendimiento académico. China prohibió las clases particulares extraescolares en 2021, pero la demanda de clases particulares se disparó, junto con los precios. Corea del Sur, famosa por sus centros de clases particulares, también ha tenido dificultades para encontrar una solución al problema de controlar la presión para estudiar.
Según la UNESCO, la industria mundial de clases particulares privadas alcanzará un valor de 171.000 millones de dólares en 2028, frente a los 111.000 millones de dólares de 2023. En América del Norte, se prevé que la cifra aumente de 44.900 millones de dólares este año a 61.100 millones de dólares en 2030.
La UNESCO advierte que el crecimiento descontrolado de la “educación subterránea” podría exacerbar la desigualdad social, ya que sólo las familias pudientes tienen acceso a servicios de alta calidad.
“El estrés crónico y la falta de sueño son los dos problemas psicológicos más comunes entre los estudiantes debido al exceso de tutorías”, afirmó Rebecca Chan, profesora del Instituto Nacional de Educación de Singapur. “Los niños necesitan tiempo para descansar y desarrollarse de forma natural, no para competir con un horario apretado”.
Fuente: https://giaoducthoidai.vn/ap-luc-hoc-them-de-nang-hoc-sinh-singapore-post742030.html
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