
Te sientes impotente cuando tu hijo se niega a comer por vía oral como los demás niños.
La bebé ML (18 meses de edad, de nacionalidad australiana) padece anorexia severa y ha dependido completamente de una sonda gástrica durante los últimos 14 meses.
Según la madre, el bebé ML nació prematuro, por lo que sus padres siempre prestaron especial atención a su alimentación y desarrollo. Al nacer, tomaba leche con normalidad. Sin embargo, cuando tenía unos cuatro meses, empezó a comer menos y llegó a rechazar el alimento durante algunos días.
En el centro médico australiano, para garantizar la nutrición del niño, los médicos decidieron insertarle una sonda nasogástrica a través del esófago hasta el estómago. Aunque la familia intentó por todos los medios que el niño volviera a comer, este seguía regurgitando o vomitando, y apenas toleraba la comida.
Recomendados por muchos amigos, la familia decidió traer a su hijo de vuelta a Vietnam para que lo examinaran en el Departamento de Nutrición del Hospital Nacional Infantil, con la esperanza de encontrar la causa real de la anorexia del niño y de que pudiera comer y beber por sí mismo como los demás niños.
La Dra. Nguyen Thi Thuy Hong, subdirectora del Departamento de Nutrición del Hospital Nacional Infantil, afirmó que se trata de un caso especial tanto por sus circunstancias como por la evolución de la enfermedad. Al ingresar en el hospital, el bebé tenía 18 meses, pero pesaba solo 7,9 kg y medía 73,5 cm, lo que equivale a desnutrición moderada según los estándares de crecimiento de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Además, el niño presentaba signos de retraso en el desarrollo motor y aún se alimentaba exclusivamente por sonda gástrica.
"Creemos que la anorexia prolongada provoca que el niño carezca de nutrientes, retrase su desarrollo físico y pierda los reflejos naturales de alimentación y deglución", afirmó el Dr. Hong.
Tras recabar el historial clínico, los médicos determinaron que la fase de anorexia del niño se inició a los 4 meses de edad, coincidiendo con una etapa de cambios en su desarrollo motor: comenzó a gatear. Por consiguiente, su atención y apetito pudieron haber disminuido temporalmente. Sin embargo, la intervención mediante la colocación precoz y prolongada de una sonda vesical provocó, de forma inadvertida, que el niño perdiera la sensibilidad y la capacidad de alimentarse por vía oral.
Tras una consulta multidisciplinar y descartar causas orgánicas, los médicos decidieron retirar la sonda vesical e iniciar la alimentación. Fue una decisión difícil, ya que los padres temían que el niño comiera menos, lo que podría provocar hipoglucemia, pérdida de peso y un empeoramiento de la desnutrición.
Sin embargo, después de que los médicos explicaran el sistema de seguimiento estricto de los niños en la sala y la importancia de restablecer el reflejo alimentario natural del niño, la familia perseveró con los médicos.
Se orienta a las familias para que reintroduzcan la alimentación de sus hijos de forma gradual, comenzando con alimentos como leche y yogur, y luego pasando a papillas ligeras: alimentos con un sabor agradable y fáciles de tragar. Diariamente, se registra la ingesta de alimentos y las reacciones del niño para ajustar la cantidad de comida según sea necesario.
La buena noticia llegó antes de lo esperado. El primer día después de que le quitaran la sonda, el bebé pudo tomar 30 ml de leche. En los días siguientes, empezó a tomar unos 80 ml de papilla sin necesidad de forzarla, sin regurgitar, llorar ni rechazar la comida.
La Dra. Thuy Hong compartió con emoción ese momento como una señal muy valiosa de recuperación.
Actualmente, el estado del paciente ha mejorado significativamente, al niño se le ha retirado oficialmente la sonda gástrica y ha sido dado de alta del hospital.
Al ver a su hijo comer con normalidad, la madre comentó que era como un sueño. Aunque el camino para que su hijo alcance el nivel adecuado aún es largo, para una madre, verlo comer solo es una alegría inmensa.

La anorexia fisiológica conlleva el riesgo de convertirse en anorexia patológica.
Según la Dra. Nguyen Thi Thuy Hong, subdirectora del Departamento de Nutrición del Hospital Nacional Infantil, la anorexia en los niños puede tener muchas causas: fisiológicas, patológicas, habituales o psicológicas.
"Si los padres se preocupan demasiado, obligan a sus hijos a comer o intervienen demasiado pronto con una sonda vesical o alimentación intravenosa cuando no es necesario, el niño corre el riesgo de perder la sensación de comer, lo que reduce el reflejo de deglución y puede provocar una verdadera anorexia", dijo el Dr. Hong.
Por lo tanto, este experto recomienda que los padres tengan paciencia, acompañen a sus hijos y los lleven a centros médicos con especialistas en nutrición para una evaluación, consulta y tratamiento adecuados.
El caso de ML no solo es un éxito profesional, sino también un testimonio del poder de la fe y la perseverancia, y del compañerismo entre médico, familia y paciente.
Fuente: https://nhandan.vn/be-gai-14-thang-tuoi-quoc-tich-uc-ve-viet-nam-cai-ong-thong-da-day-thanh-cong-post920661.html






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