Antes de eso, el niño tuvo fiebre alta que duró tres días sin parar, a pesar de que la madre le había dado medicamentos y aplicado métodos comunes para bajar la fiebre. La temperatura corporal siempre fluctuaba entre 38,5 y 40 grados Celsius, acompañada de tos, goteo nasal, sibilancias, falta de apetito y fatiga. No fue hasta que el niño comenzó a tener dificultad para respirar que sus padres lo llevaron al médico.
En el Hospital An Viet ( Hanói ), el médico diagnosticó al bebé con rinofaringitis causada por una infección por el virus respiratorio sincitial (VRS), que progresó a bronquiolitis. El bebé fue hospitalizado, utilizando un respirador especializado combinado con fisioterapia respiratoria, como percusión, extracción de esputo y aspiración nasofaríngea, para despejar las vías respiratorias y controlar la infección.
Según el pediatra Ha To Nhu, el virus respiratorio sincitial (VRS) es una causa común de enfermedades respiratorias en niños pequeños, especialmente durante el cambio de estación. El virus se transmite por las vías respiratorias, especialmente a través de hábitos de contacto cercano como besar a los niños, un acto de afecto aparentemente inofensivo, pero con muchos riesgos potenciales.
El virus VRS puede entrar al organismo a través de los ojos, la nariz, la boca y se transmite fácilmente de persona a persona a través de secreciones respiratorias como la saliva, gotitas al toser, estornudar... o por contacto directo, como al dar la mano.
Este virus puede sobrevivir durante horas en superficies como mesas, sillas, juguetes, toallas... Los niños pueden infectarse si tocan objetos que contienen el virus y luego se llevan las manos a la boca.
En adultos sanos y niños mayores, la infección por VRS suele causar solo síntomas leves similares a los del resfriado común. Sin embargo, en bebés, niños menores de un año o prematuros, el virus puede causar neumonía, bronquiolitis e incluso insuficiencia respiratoria grave.
Los niños infectados con VSR suelen presentar síntomas como fiebre alta, tos frecuente, sibilancias, goteo nasal, irritabilidad, fatiga, respiración rápida y retracción torácica. Los padres deben vigilar de cerca estos signos. Si el niño tiene dificultad para respirar, está letárgico o tiene fiebre persistente, es necesario llevarlo al médico lo antes posible para una intervención oportuna.
Actualmente no existe una vacuna ni un tratamiento específico para el VSR. Los médicos recomiendan que los padres eviten que desconocidos carguen y besen a sus hijos, se laven bien las manos antes de cualquier contacto y mantengan su entorno limpio y ventilado para reducir el riesgo de propagación del virus.
Fuente: https://baolangson.vn/be-gai-9-thang-tuoi-nhap-vien-vi-thoi-quen-hon-hit-cua-nguoi-lon-5044506.html






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