Messi sigue muy sano a sus 38 años - Foto: REUTERS
Cuando Messi aprende de Ronaldo
Messi ha mejorado mucho su fuerza muscular gracias al entrenamiento en el gimnasio y una alimentación más saludable. Pero hay un problema que solía molestarle cuando jugaba en su mejor momento.
Tenía arcadas. Un problema que aquejó a Messi durante mucho tiempo, cuando tenía entre 25 y 30 años.
Los aficionados seguramente no olvidarán la imagen de Messi vomitando cada vez que se veía expuesto a condiciones de juego difíciles, como la altura. Normalmente, cada vez que Argentina tenía que jugar de visitante contra Perú o Bolivia.
En una entrevista, Messi admitió con franqueza que la principal causa de este problema eran sus malos hábitos alimenticios, como el consumo de dulces y refrescos.
Quien le señaló este problema a Messi fue el nutricionista italiano Giuliano Poser. Este obligó a la superestrella argentina a abandonar el hábito de las bebidas carbonatadas. En su lugar, le aconsejó comer más verduras, frutas de temporada, pescado, beber agua mineral y, sobre todo, yerba mate (un té tradicional argentino).
Messi tuvo una época en la que vomitaba a menudo en el campo - Foto: SPORTING NEWS
Como resultado, después de los 30, Messi casi ya no vomita en el campo de fútbol. Con la edad, Messi demuestra que es tan fuerte como Ronaldo, famoso por su estilo de vida férreo.
En 2021, Ronaldo también causó revuelo al tirar dos botellas de refrescos de la mesa en la sala de prensa. La superestrella portuguesa afirmó que nunca las había consumido.
Por qué Messi dejó los refrescos
Según el experto en nutrición Poser, los refrescos provocan los siguientes problemas:
1. Provoca trastornos del azúcar en la sangre.
Los refrescos tienen un contenido muy alto de azúcar, especialmente fructosa y jarabe de maíz con alto contenido de fructosa (JMAF), lo que provoca que los niveles de azúcar en sangre se disparen y luego se desplomen.
Esto provoca náuseas, mareos y una rápida pérdida de fuerza, lo que es especialmente peligroso durante ejercicios de alta intensidad como el fútbol.
2. Provoca deshidratación y trastornos digestivos.
Los refrescos aumentan la sensación de saciedad, incrementan el ácido estomacal y pueden hacer que los bebedores sean más propensos a tener arcadas durante la actividad física.
La cafeína en los refrescos también puede causar deshidratación si se consume en grandes cantidades, afectando el rendimiento.
3. Mayor riesgo de inflamación y lesiones.
Según el Dr. Poser, los alimentos y bebidas industriales (como los refrescos) aumentan la inflamación en el cuerpo, lo que hace que los atletas sean más susceptibles a sufrir distensiones musculares, lesiones y una recuperación lenta.
4. Efectos sobre el sistema respiratorio y nervioso
Algunos estudios muestran que las bebidas gaseosas aumentan la presión en el estómago, afectando la respiración y la capacidad de hacer ejercicio vigorosamente, lo que puede provocar vómitos como el que alguna vez experimentó Messi.
Fuente: https://tuoitre.vn/bi-quyet-giup-messi-het-non-khan-20250411194744443.htm
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