Cualquier tipo de ejercicio que aumente la frecuencia cardíaca mejora la circulación sanguínea. Cuando el músculo cardíaco se contrae a un ritmo acelerado, el mayor volumen sanguíneo circula con mayor rapidez por las arterias y venas del cuerpo, lo que favorece la circulación y previene accidentes cerebrovasculares.
El flujo sanguíneo y la intensidad del ejercicio van de la mano. Generalmente, cuanto mayor sea la intensidad del ejercicio, mayor será la frecuencia cardíaca. Actividades diarias como caminar o montar en bicicleta ayudan a fortalecer y expandir el músculo cardíaco, mejorando su eficiencia de bombeo.
Aumentar la circulación sanguínea no requiere ejercicio excesivo, sino que puede lograrse con ejercicio diario. Si quieres incorporar más ejercicio cardiovascular, considera trotar, nadar, hacer kickboxing, saltar a la comba… Estos son solo algunos ejercicios efectivos para aumentar el flujo sanguíneo.
Además del cardio, incorpora entrenamiento de fuerza a tu rutina de ejercicios habitual para activar la circulación. Los ejercicios de resistencia pueden incluir levantamiento de pesas, abdominales, flexiones y dominadas.
El entrenamiento de resistencia estimula el crecimiento y la fuerza muscular, y mejora el flujo sanguíneo a brazos y piernas. El entrenamiento de resistencia regular mejora la circulación sanguínea, lo que lo convierte en un componente importante de tu entrenamiento.
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Fuente: https://laodong.vn/cac-loai-benh/cach-tang-cuong-luu-thong-mau-ngua-dot-quy-1384534.ldo
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