
Consideremos la "prueba de tres pasos".
En el sistema jurídico internacional, la cuestión del equilibrio de intereses se considera el fundamento de todas las disposiciones sobre la no infracción de los derechos de autor. El Convenio de Berna, el Acuerdo sobre los ADPIC y muchos otros instrumentos jurídicos establecen un principio básico: los autores deben tener plenamente protegidos sus derechos, al tiempo que se garantiza a la comunidad un acceso razonable a las obras que sirven a fines educativos, de investigación y de desarrollo social.
En conferencias y seminarios nacionales e internacionales sobre derechos de autor, los expertos han advertido que si la explotación de obras en el ámbito educativo y de investigación se expande en exceso sin un mecanismo de compensación adecuado, la motivación para la creatividad disminuirá. Sin embargo, si la protección es demasiado estricta, la difusión del conocimiento se verá limitada, afectando las oportunidades de aprendizaje e investigación de la comunidad. Por lo tanto, establecer un límite razonable que permita proteger a los autores sin menoscabar el derecho al conocimiento de la sociedad se ha convertido en el tema central de la política actual de derechos de autor.
El derecho internacional ha establecido un mecanismo de referencia universal denominado «prueba de los tres pasos». En consecuencia, la limitación de los derechos de autor solo se aplica en casos especiales con razones legítimas; no afecta la explotación normal de la obra; y no causa un daño injustificado a los intereses legítimos del autor o titular de los derechos. Este enfoque contribuye a crear un sistema de derechos de autor flexible que protege la creatividad y garantiza la difusión del conocimiento.

En Vietnam, a medida que el país impulsa la transformación digital en la educación y la investigación científica , este tema se ha vuelto cada vez más urgente. En los últimos años, universidades, institutos de investigación y organismos estatales de gestión han comprendido que, si no se define claramente el límite razonable entre protección y compartición, será difícil desarrollar una ciencia verdaderamente abierta.
La ley debería fomentar la cita y la copia de obras con fines docentes, de aprendizaje e investigación no comerciales, pero al mismo tiempo debe existir un mecanismo transparente de control y reparto de beneficios cuando las obras se explotan a gran escala o tienen elementos comerciales.
Además, la tecnología digital está abriendo nuevas herramientas modernas para la gestión de derechos de autor, como códigos de identificación de obras, sistemas de almacenamiento de materiales didácticos digitales y aplicaciones blockchain para el seguimiento del uso de las obras. Cuando cada documento o conferencia está claramente identificado, la gestión, la citación y la explotación se vuelven más transparentes, lo que fomenta la creatividad y facilita la difusión del conocimiento en la comunidad académica y la sociedad.
Avances positivos, pero aún quedan muchas lagunas.
Junto con la mejora del marco legal, la concienciación sobre la gestión y explotación de los derechos de autor en las instituciones educativas y de investigación de Vietnam ha experimentado un progreso notable en los últimos tiempos. Numerosas universidades e institutos de investigación han comenzado a crear repositorios digitales de recursos científicos, asignar identificadores a los documentos, promulgar normativas sobre la gestión de la propiedad intelectual, estandarizar los datos académicos y suscribir acuerdos de cooperación para compartir materiales didácticos. Estas medidas demuestran que la percepción del valor de la propiedad intelectual está cambiando significativamente, pasando de ser considerada un «activo intangible» a un recurso que puede medirse y explotarse eficazmente.
La creación de repositorios de aprendizaje abierto no solo facilita el acceso de estudiantes y docentes a valiosas fuentes de conocimiento, sino que también mejora la eficiencia de la gestión interna de las instituciones educativas. Numerosos docentes e investigadores han registrado proactivamente los derechos de autor de sus obras, libros de texto y ponencias. Esto no solo protege los derechos legítimos de los creadores, sino que también contribuye a clarificar la relación de propiedad entre autores e instituciones de investigación, creando un marco legal para compartir, transferir o comercializar productos académicos.

La Dra. Tran Nguyen Cuong, Jefa del Departamento de Derecho Económico de la Academia de Mujeres de Vietnam, destacó: «El entorno académico está forjando gradualmente una cultura de respeto a los derechos de autor. Se anima a los estudiantes a citar correctamente las fuentes, los docentes actualizan proactivamente sus conocimientos sobre derecho de propiedad intelectual y las instituciones de formación están comenzando a incorporar los derechos de autor en los procesos de control de calidad y publicación científica. Estas iniciativas sientan las bases para la formación de una sociedad del aprendizaje, en la que el conocimiento se difunde de manera responsable».
Sin embargo, aún quedan muchos retos por superar. En concreto, algunas instituciones de investigación y formación todavía no han evaluado ni clasificado de forma proactiva su propiedad intelectual. Numerosos trabajos científicos, libros de texto y datos valiosos permanecen dispersos, sin ser valorados ni explotados adecuadamente, lo que supone un desperdicio de recursos. La copia, la fotocopia de libros de texto y la distribución ilegal de materiales didácticos en línea siguen siendo prácticas bastante comunes, sobre todo en lugares que carecen de un sistema de gestión de derechos de autor digitales sincronizado.
Además, el mecanismo para compartir los beneficios entre autores, instituciones de formación y unidades de explotación aún carece de transparencia. Cuando los autores no se benefician adecuadamente del uso o la comercialización de sus obras, la motivación para la creatividad se ve afectada.
Por el contrario, si las instituciones de formación no tienen permitido compartir legalmente materiales didácticos valiosos, la difusión del conocimiento también se ve limitada. Por lo tanto, se necesita un mecanismo flexible y armonizado para garantizar la armonía de intereses entre las partes en el proceso de explotación y uso de la propiedad intelectual académica.
Transparencia para promover la sociedad del aprendizaje y la innovación
El director de la Oficina de Derechos de Autor, Tran Hoang, comentó: «En el ámbito de la investigación y la educación, para una explotación más eficaz, es necesario sensibilizar a las instituciones de formación e investigación, a los autores y a los beneficiarios, y crear un mecanismo favorable para el acceso, la explotación y el intercambio de beneficios entre las instituciones de formación e investigación, los autores y los usuarios. Solo así la propiedad intelectual se convertirá verdaderamente en un recurso importante para el desarrollo socioeconómico».
Comprender la naturaleza de los derechos de autor y los derechos conexos es fundamental para fomentar una cultura de derechos de autor en el ámbito educativo y de investigación. Cuando cada persona entienda que usar material protegido por derechos de autor no solo es un acto de aprendizaje, sino también una muestra de respeto por la inteligencia ajena, la sociedad irá desarrollando gradualmente hábitos académicos saludables.

A continuación, es necesario mejorar el sistema legal, orientándolo hacia una aplicación clara y sencilla, e incorporando mecanismos de incentivos. Las instituciones educativas deben contar con normativas internas sobre la gestión de la propiedad intelectual, sobre los derechos y obligaciones de los autores, y sobre mecanismos de reparto de ingresos cuando las obras se explotan comercialmente. Asimismo, debe existir un marco legal que permita fijar precios para las obras académicas, los datos de investigación y los libros de texto, y que les permita participar en el mercado del conocimiento de forma transparente.
Por último, está la cuestión de la tecnología. Los sistemas integrados de gestión del aprendizaje y las plataformas de datos digitales con identificadores DOI, ISBN, ORCID, etc., pueden contribuir a que las estadísticas de recuperación, citación y uso sean más precisas y equitativas. Cada trabajo de investigación, conferencia o curso debe estar claramente identificado, almacenado de forma segura y permitir un uso compartido controlado.
Cuando los derechos de autor se gestionan científicamente, la difusión del conocimiento deja de ser una amenaza de infracción para convertirse en un motor de desarrollo. Instituciones de formación, autores, empresas y comunidades pueden beneficiarse de un sistema transparente que permite que el valor del conocimiento se respete, se comparta y se reinvierta en nuevas creaciones.
Parte de la cultura del derecho de autor es la cultura del respeto a la inteligencia, considerada la base de todo progreso social. En ámbitos especialmente importantes como la investigación y la educación, el derecho de autor contribuye a proteger los derechos de los creadores, al tiempo que mantiene la integridad académica, promueve la innovación intelectual y garantiza el desarrollo sostenible de la educación nacional. Solo cuando se respeta la inteligencia y se protege el conocimiento, la sociedad puede cultivar verdaderamente generaciones creativas, contribuyendo así al enriquecimiento de la cultura del país.
Fuente: https://nhandan.vn/can-xac-dinh-ro-ranh-gioi-hop-ly-ve-ban-quyen-o-linh-vuc-nghien-cuu-giao-duc-post920744.html






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