Aunque la hemorragia cerebral en jóvenes no es una afección común, es extremadamente peligrosa y puede ser mortal si no se trata con prontitud.
Aunque la hemorragia cerebral en jóvenes no es una afección común, es extremadamente peligrosa y puede ser mortal si no se trata con prontitud.
Se trata de un tipo de accidente cerebrovascular hemorrágico, que se produce cuando un vaso sanguíneo del cerebro tiene una fuga o se rompe repentinamente, lo que provoca una hemorragia cerebral.
Esta enfermedad puede causar muchas complicaciones graves, y si se trata adecuadamente en la fase aguda, las posibilidades de recuperación del paciente son mayores.
| Aunque la hemorragia cerebral en jóvenes no es una afección común, es extremadamente peligrosa y puede ser mortal si no se trata con prontitud. |
Esta afección, aunque rara, supone una grave amenaza para la salud y la vida de quien la padece, especialmente si no se diagnostica y se interviene a tiempo.
La hemorragia cerebral en jóvenes puede tener diversas causas, siendo la hipertensión arterial el principal factor de riesgo. Las investigaciones muestran que aproximadamente el 51,1 % de los casos de hemorragia cerebral en jóvenes están relacionados con la hipertensión arterial.
La hipertensión arterial aumenta el riesgo de hemorragia intracerebral de 2 a 6 veces. Además, otros factores también pueden causar hemorragia intracerebral, como la rotura de aneurismas o malformaciones arteriovenosas, el sangrado en tumores cerebrales, la trombosis de los senos venosos cerebrales, la angiopatía amiloide, las lesiones cerebrales traumáticas y las fracturas de cráneo con hundimiento.
Además de las causas mencionadas anteriormente, también deben tenerse en cuenta otros factores de riesgo, como el uso de medicamentos anticoagulantes o antiplaquetarios, la enfermedad renal crónica, el tabaquismo, el consumo excesivo de alcohol, la obesidad y los niveles bajos de colesterol LDL.
Los síntomas de una hemorragia cerebral pueden variar según la ubicación y la extensión del sangrado en el cerebro.
Los síntomas suelen aparecer repentinamente y pueden progresar rápidamente e incluyen dolor de cabeza intenso y repentino, sensibilidad a la luz, debilidad en un brazo o una pierna, o en un lado del cuerpo, dificultad para hablar o comprender el habla, náuseas o vómitos, convulsiones, especialmente sin antecedentes de convulsiones previas, disminución del estado de alerta o somnolencia, cambios en la visión (como visión doble o párpados caídos), rigidez en el cuello, dificultad para respirar, cambios inusuales en la frecuencia cardíaca, entumecimiento u hormigueo en las extremidades, pérdida del equilibrio o mareos.
Aunque estos síntomas pueden confundirse fácilmente con los de otras enfermedades, si el paciente presenta los signos mencionados, debe ser llevado inmediatamente a un centro médico para un diagnóstico e intervención oportunos.
Según el Dr. Dang Bao Ngoc, del Hospital General Tam Anh de Ciudad Ho Chi Minh, si no se trata y se rescata rápidamente, la hemorragia cerebral puede provocar muchas complicaciones peligrosas, entre ellas la expansión del hematoma, edema alrededor del hematoma, hemorragia generalizada en los ventrículos, hidrocefalia, convulsiones, hiperglucemia, hipertensión, fiebre e infección.
Algunos estudios han demostrado que, en las 48 horas posteriores a una hemorragia cerebral, aproximadamente el 33 % de los pacientes presentan signos de deterioro neurológico. La tasa de mortalidad a 30 días puede alcanzar el 47 % si no se proporciona atención de urgencia de forma rápida y eficaz.
Para diagnosticar con precisión una hemorragia cerebral, el médico se basará en los síntomas clínicos y los resultados de las pruebas.
Los métodos diagnósticos comunes incluyen la tomografía computarizada (TC) o la resonancia magnética (RM), que ayudan a determinar la presencia de sangre en el cerebro y a distinguir la hemorragia cerebral del accidente cerebrovascular isquémico.
Análisis de sangre para evaluar factores relacionados como el azúcar en sangre, las plaquetas y el tiempo de coagulación; angiografía por sustracción digital (ASD) o angiotomografía computarizada (angio-TC) o resonancia magnética (RM) de los vasos sanguíneos para detectar anomalías en los vasos sanguíneos del cerebro, como aneurismas o malformaciones arteriovenosas.
Una vez diagnosticada, una hemorragia cerebral requiere atención médica de urgencia. La cirugía cerebral es un procedimiento común que ayuda a eliminar la sangre acumulada y a reducir la presión intracraneal.
Si la hemorragia cerebral provoca hidrocefalia, el médico colocará una derivación para aliviar la presión intracraneal. El paciente también será monitorizado y tratado por otros factores de riesgo para prevenir la recurrencia.
Si bien no es posible prevenir por completo todas las causas de hemorragia cerebral, las siguientes medidas pueden ayudar a reducir el riesgo de la enfermedad: controlar la presión arterial y realizar controles regulares de la misma, hacer ejercicio regularmente para mantener la salud cardiovascular, reducir el colesterol en sangre y mantener un peso saludable.
Limita el consumo de alcohol, deja de fumar, sigue una dieta saludable y controla el azúcar en sangre si tienes diabetes, usa equipo de protección (como cascos y cinturones de seguridad) para proteger el cerebro de lesiones y hazte chequeos médicos regulares para detectar factores de riesgo a tiempo.
La hemorragia cerebral en jóvenes es una enfermedad grave, pero si se detecta y trata a tiempo, la probabilidad de recuperación y de minimizar las complicaciones es muy alta. Por lo tanto, la detección precoz de los síntomas y la atención de urgencia oportuna son fundamentales para salvar la vida del paciente.
Fuente: https://baodautu.vn/canh-bao-gia-tang-ca-mac-xuat-huet-nao-o-nguoi-tre-d230467.html






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