La industria mundial de la moda de lujo, valorada en 400 000 millones de dólares, se enfrenta a una profunda y arriesgada transformación. Tras un período de crecimiento explosivo tras la pandemia, el sector se ha estancado y contraído drásticamente durante el último año, perdiendo hasta 50 millones de clientes.
En este contexto, se ha producido una ola de “cambios de generales” a gran escala, con una serie de marcas líderes como Chanel, Dior y Gucci apostando por una nueva generación de directores creativos para reactivar las ventas y reconectar con los consumidores.
Tras casi una década de crecimiento anual promedio del 10%, la industria de artículos de lujo se ha enfrentado a una dura realidad. Factores como la crisis inmobiliaria en China y la guerra comercial con Estados Unidos han afectado negativamente la confianza del consumidor en los dos mercados más grandes del mundo .
Sin embargo, la razón principal proviene de las propias estrategias de las marcas. En la pospandemia, gigantes como Chanel, Dior o Louis Vuitton han aumentado continuamente los precios de sus productos para maximizar sus beneficios.
Esta estrategia funcionó al principio, pero gradualmente generó una "fatiga de precios". A medida que la inflación y las presiones económicas se intensificaron, los consumidores ya no estaban dispuestos a gastar grandes cantidades en bolsos o ropa de diseñador.
Como resultado, según la consultora Bain, 50 millones de clientes le dieron la espalda al mercado de lujo sólo el año pasado.
Jonathan Siboni, director ejecutivo de la consultora Luxurynsight, afirmó que la industria atraviesa un momento difícil. La recesión ha obligado a las empresas a tomar medidas drásticas.

En respuesta, se ha producido una profunda reestructuración en la cúpula directiva. Se han nombrado nuevos directores ejecutivos en Kering (propietaria de Gucci) y Valentino. LVMH, el mayor grupo de lujo del mundo, también ha experimentado varias reorganizaciones en su alta dirección.
La atención se centra en el puesto de director creativo: las personas que forjan el alma de la marca. Gucci, tras separarse de Alessandro Michele y de su fallido sucesor, Sabato de Sarno, depositó su confianza en Demna.
El diseñador es conocido por su trabajo en Balenciaga y se espera que reviva la marca insignia de Kering.
De manera similar, Chanel reclutó a Matthieu Blazy de Bottega Veneta para refrescar su herencia clásica del tweed después de años de estar asociada con el estilo de Virginie Viard.
En Dior, LVMH también dio un paso audaz al nombrar a Jonathan Anderson para reemplazar a los diseñadores de ropa masculina y femenina.
Esta ola también se extendió a una serie de otras marcas como Celine, Givenchy, Alexander McQueen, Versace y Maison Margiela.
En este contexto, las próximas semanas de la moda en Nueva York, Londres, Milán y París serán la primera y más importante prueba para la nueva generación de líderes creativos, cuya tarea ahora no es sólo crear colecciones hermosas, sino también atraer lo suficiente para traer de vuelta a los clientes que están cansados de la inflación.

Esta temporada demostrará si las marcas pueden reconectar con los consumidores, según Christian Kurtzke, CEO de Together Group.
Las ferias ya no son simplemente un lugar para presentar productos, sino que se han convertido en una herramienta para crear entusiasmo y difundir la imagen de marca.
La presión es enorme. Los diseñadores deben ser innovadores y espectaculares para llamar la atención, pero también discretos para adaptarse al difícil contexto económico.
Si esta "revolución" de los recursos humanos tendrá éxito o no, la respuesta pronto se revelará en las pasarelas más prestigiosas del mundo.
Fuente: https://www.vietnamplus.vn/chanel-dior-gucci-dong-loat-thay-tuong-sau-khi-mat-50-trieu-khach-hang-post1060590.vnp






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