El estancamiento comenzó cuando el Congreso de EE. UU. no logró aprobar el proyecto de ley de presupuesto antes del 30 de septiembre, lo que obligó a varias agencias federales a cerrar temporalmente. Cuanto más se prolongó, más graves fueron las consecuencias: los programas de asistencia social —incluida la ayuda alimentaria para millones de hogares— se paralizaron, y 1,4 millones de empleados federales fueron suspendidos o trabajaron sin cobrar.
Horas antes de que se batiera el récord, el secretario de Transporte de EE. UU., Sean Duffy, advirtió de un caos generalizado en los aeropuertos si el cierre se prolongaba durante una sexta semana. Afirmó que la escasez de controladores aéreos estaba obligando a algunos aeropuertos a cerrar zonas del espacio aéreo, y que decenas de vuelos podrían cancelarse o retrasarse.

La Asociación Estadounidense del Automóvil (AAA) predice que un récord de 5,8 millones de pasajeros aéreos viajarán el Día de Acción de Gracias, 27 de noviembre. Pero más de 60.000 controladores de tráfico aéreo y empleados de seguridad aeroportuaria (TSA) siguen trabajando sin cobrar, lo que genera preocupación de que los despidos masivos puedan paralizar todo el sistema.
Fue la huelga masiva de trabajadores aeroportuarios que se declararon en huelga por falta de pago lo que obligó a Trump a poner fin al cierre del gobierno en 2019. Sin embargo, los dos partidos aún no han llegado a un acuerdo. Los demócratas quieren extender el programa de subsidios al seguro médico, que está por vencer, antes de votar sobre un nuevo presupuesto, mientras que los republicanos insisten en que el tema de la atención médica solo se discuta después de que se apruebe el proyecto de ley de gastos.
En medio del estancamiento, algunos legisladores moderados de ambos partidos han intentado encontrar una solución. Un grupo de cuatro congresistas moderados ha presentado una propuesta para reducir los costos de los seguros de salud, con la esperanza de romper el punto muerto. Los demócratas creen que la presión de la población ante el aumento de los costos de los seguros puede obligar a los republicanos a hacer concesiones.
Sin embargo, el presidente Trump se ha mantenido firme, afirmando en una entrevista con CNN que “no se dejará chantajear” y ha seguido utilizando el cierre del gobierno como herramienta de presión política, incluso cuando amenazó con despedir a funcionarios públicos y recortar la ayuda alimentaria.
Sin embargo, la Casa Blanca aclaró posteriormente que sigue “cumpliendo plenamente con sus obligaciones legales” y que busca distribuir una parte de la ayuda del SNAP a los 42 millones de personas afectadas.
Fuente: https://congluan.vn/chinh-phu-my-buoc-sang-ngay-thu-36-dong-cua-lau-nhat-lich-su-10316691.html






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