De un macho y tres hembras, la manada de hipopótamos del capo narcotraficante Pablo Escobar creció a más de 200, amenazando el ecosistema local.
La caza furtiva de hipopótamos es un problema difícil de resolver para Colombia. Foto: Depositphotos
Aunque falleció hace mucho tiempo, el famoso narcotraficante Pablo Escobar sigue causando problemas en Colombia con su manada de hipopótamos. En 1981, Escobar importó ilegalmente un hipopótamo macho y tres hembras ( Hippopotamus amphibius ) de un zoológico estadounidense y los llevó a su rancho en la Hacienda Nápoles. Tras la muerte de Escobar en 1993, la manada se dejó en gran parte reproducirse y dispersarse por las zonas circundantes, creando una población saludable a lo largo del río Magdalena.
Según un nuevo estudio del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible de Colombia, en colaboración con científicos estadounidenses y locales, el número de hipopótamos es ahora el doble de lo que se estimó inicialmente, posiblemente hasta 215, informó New Atlas el 5 de junio.
En 2020, la población estimada de hipopótamos era de 98. Sin embargo, los científicos advierten que esa cifra podría alcanzar los 1500 para 2035, en parte porque viven en relativa seguridad gracias a la prohibición de la caza y a la ausencia de depredadores naturales. El equipo también descubrió que alrededor del 37 % de la población son crías, lo que significa que podrían reproducirse antes y con mayor frecuencia. Los hipopótamos suelen ser fértiles durante la mayor parte de su vida, entre 40 y 50 años.
Investigadores de la Universidad Nacional de Colombia, el Instituto Humboldt y Cornare, la agencia ambiental que gestiona el hábitat de los hipopótamos, han estado intentando contabilizarlos. No solo es peligroso acercarse a estos animales, sino que también son nocturnos, recorren largas distancias y pasan hasta 16 horas en el agua, lo que dificulta enormemente su conteo.
La explosión en números muestra cuán adaptables son los hipopótamos a pesar de su limitado acervo genético. Sin embargo, tienen un gran impacto en el entorno natural, consumiendo hasta 50 kg de vegetación por día. También están amenazando a las especies nativas. Por ejemplo, el manatí antillano ( Trichechus manatus ), la nutria latinoamericana ( Lontra longicaudis ) y el capibara ( Hydrochoerus hydrochaeris ) luchan por competir con los hipopótamos por el alimento. Las riberas de los ríos también están siendo severamente erosionadas a medida que los hipopótamos, que pueden pesar hasta 3.5 toneladas, deambulan por ellas. Los ríos también se ven afectados por sus grandes cantidades de desechos.
La esterilización de hipopótamos se realizó en 2011, pero solo se esterilizaron 10 machos debido a problemas de costo y logística. Desde 2021, se han inyectado GonaCon, una vacuna anticonceptiva, a 24 más mediante dardos.
El sacrificio de hipopótamos también es controvertido. «La decisión de matarlos conlleva una carga moral. Pero la otra carga —la inacción— es mucho mayor», afirmó el ecologista Rafael Moreno.
Thu Thao (Según el Nuevo Atlas )
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