
Desde Hanói, la ciudad de la paz , el mundo fue testigo de un hito histórico. La ceremonia de firma de la Convención de las Naciones Unidas contra la Ciberdelincuencia, celebrada los días 25 y 26 de octubre de 2025, es una convención multilateral global sobre ciberdelincuencia que marca un hito importante en el esfuerzo por construir un marco jurídico internacional que garantice la ciberseguridad, la justicia y los derechos humanos en la era digital.
La Convención de Hanói surgió en un contexto mundial marcado por la presión del auge tecnológico y las amenazas cada vez más sofisticadas del cibercrimen. Los ataques a datos, el fraude electrónico, el ransomware y el uso de criptomonedas para el blanqueo de capitales provocan pérdidas de billones de dólares anuales. El ciberespacio, de ser una plataforma de desarrollo, se está convirtiendo gradualmente en un nuevo frente de conflictos no tradicionales. Por consiguiente, la adopción por parte de las Naciones Unidas y la organización de la firma de la Convención de Hanói no solo representan un avance jurídico, sino también un símbolo del espíritu de solidaridad y cooperación global para proteger un entorno digital seguro y humano.
La ceremonia de firma en el Centro Nacional de Convenciones de Hanói congregó a representantes de más de 110 países, entre ellos el Secretario General de las Naciones Unidas, António Guterres, y el Presidente vietnamita, Luong Cuong. Bajo el lema «Combatir el cibercrimen: responsabilidad compartida, asegurar nuestro futuro», el evento convirtió a Vietnam en el primer país del Sudeste Asiático en ser elegido para nombrar y firmar una convención mundial de las Naciones Unidas, un hecho sin precedentes. Al finalizar la ceremonia, 65 países habían firmado, superando con creces el mínimo de 40 países requerido para la entrada en vigor de la convención.

El nombre «Convenio de Hanói» tiene un profundo significado simbólico, pues no solo honra a la ciudad de la paz, sino que también reconoce el liderazgo, la responsabilidad y la fortaleza de Vietnam en el ámbito de la ciberseguridad global. Desde 2019, Vietnam ha participado activamente en el proceso de negociación, aportando propuestas prácticas sobre asistencia técnica, transferencia de tecnología y protección de los derechos humanos en el ciberespacio. La elección de Hanói como sede de la firma inicial es un reconocimiento a los esfuerzos de un país en desarrollo que se mantiene firme en los valores de cooperación, estado de derecho y desarrollo sostenible.
El Convenio de Hanói consta de 9 capítulos con 71 artículos que regulan de forma integral la penalización de los delitos informáticos, la jurisdicción investigadora, la cooperación internacional, la extradición, la asistencia judicial y la protección de datos personales. Este documento no solo estandariza el concepto de delito informático, sino que también establece un mecanismo de coordinación transfronteriza para que los países puedan compartir información, rastrear y abordar los delitos con mayor eficacia. Se identifican específicamente actos como el acceso no autorizado, el robo de datos, el fraude electrónico, los ataques a infraestructuras críticas, el uso del ciberespacio para propagar el terrorismo o el blanqueo de capitales mediante criptomonedas. Se trata de un avance decisivo para superar la «zona gris jurídica» que ha imposibilitado el enjuiciamiento de muchos ciberataques transnacionales.
El Convenio de Hanói destaca por su equilibrio entre seguridad y derechos humanos. Mientras que el Convenio de Budapest (2001), el primer instrumento internacional sobre ciberdelincuencia, fue criticado por su falta de protección de la privacidad y estaba inicialmente dirigido principalmente a países europeos, el Convenio de Hanói ha superado completamente esta limitación al exigir que todas las medidas de investigación y recopilación de datos cumplan con los principios del Estado de Derecho, la proporcionalidad y la transparencia. Las autoridades solo pueden acceder a datos personales o supervisar información cuando exista una orden judicial legítima y dentro del ámbito necesario. Esto demuestra un enfoque humanista, que considera la ciberseguridad inseparable de los derechos humanos, al tiempo que refuerza la confianza en el Estado de Derecho internacional.
Desde una perspectiva jurídica, la Convención de Hanoi se considera el primer marco jurídico mundial sobre ciberdelincuencia, que exige a los países miembros incorporar sus disposiciones a sus ordenamientos jurídicos nacionales, garantizando así la compatibilidad y la coherencia. Una vez que la Convención entre en vigor, los países iniciarán la fase de implementación, que incluye la modificación de las leyes penales, el establecimiento de mecanismos de extradición y la asistencia judicial mutua. La Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) desempeñará un papel fundamental en la supervisión, la asistencia técnica, la capacitación y la transferencia de tecnología para que los países, en especial los países en desarrollo, cuenten con la capacidad suficiente para hacer cumplir la ley.

Para Vietnam, la Convención de Hanói representa una gran oportunidad para mejorar el marco jurídico en materia de ciberseguridad, proteger los datos personales y fortalecer la capacidad de respuesta ante delitos informáticos. El Ministerio de Seguridad Pública y los organismos pertinentes han comenzado a elaborar un plan de implementación, a establecer un grupo de trabajo intersectorial para revisar e internalizar las disposiciones y a preparar los recursos técnicos y humanos necesarios para su puesta en marcha. El éxito de Vietnam como país anfitrión lo posiciona, además, como uno de los centros regionales de cooperación en ciberseguridad coordinados por la UNODC para el período 2026-2030.
La Convención de Hanói representa también la visión del multilateralismo y el espíritu de cooperación equitativa entre las naciones. En un momento en que el mundo presencia una división en los estándares tecnológicos entre las grandes potencias, el hecho de que más de 60 países se reunieran en Hanói para firmar una convención común es una clara muestra de la confianza en el diálogo y el derecho internacional. De este modo, Hanói se convierte en un símbolo de la cooperación digital, donde las naciones comparten la responsabilidad de proteger un futuro común en el ciberespacio.
La Convención de Hanoi no solo tiene relevancia jurídica, sino también profundos valores humanitarios. Define que la tecnología debe estar al servicio de las personas, no perjudicarlas. La inclusión de disposiciones para proteger a las víctimas de delitos cibernéticos ha abierto la puerta a un enfoque integral y centrado en las personas. Al alentar a los países a compartir tecnología, capacitar recursos humanos y fortalecer las capacidades de los países menos favorecidos, la Convención de Hanoi ha contribuido a reducir la brecha, garantizando que nadie quede excluido en la era de la transformación digital.
El papel de Vietnam en este proceso no se limita a ser país anfitrión, sino que también abarca la facilitación. Vietnam ha promovido activamente el diálogo entre grupos de países, aportando ideas para la elaboración de disposiciones sobre asistencia técnica, protección de datos y el equilibrio entre los intereses del desarrollo y la seguridad. Con un espíritu proactivo, positivo y responsable, Vietnam reafirma su posición como socio confiable y puente entre países desarrollados y en desarrollo en la construcción de un orden digital global.
El Secretario General de la ONU, António Guterres, declaró en la ceremonia de firma: “La Convención de Hanói es un testimonio del espíritu de cooperación sin fronteras, que demuestra que cuando los países colaboran en pos de un objetivo común, por la paz y la seguridad digital, el mundo puede superar todas las divisiones”. El Presidente Luong Cuong afirmó: “Vietnam se enorgullece de contribuir al esfuerzo global por proteger el ciberespacio, por las personas y por el desarrollo sostenible”.
A largo plazo, la Convención de Hanói configurará un nuevo orden jurídico para el ciberespacio global, donde el derecho internacional se erige como un escudo para proteger la paz y la justicia en el mundo digital. Desde Hanói, el mensaje se extiende por los cinco continentes: la ciberseguridad debe estar vinculada a los derechos humanos, y la cooperación internacional es fundamental para garantizar un futuro digital seguro, justo y humano. La Convención de Hanói es un símbolo de confianza global que emana de Vietnam, un país de paz y responsabilidad.
Para la exitosa organización de la Ceremonia de Apertura y la Conferencia de Alto Nivel de la Convención de las Naciones Unidas contra la Ciberdelincuencia (Convención de Hanói), es imprescindible reconocer el apoyo responsable y comprometido de empresas patrocinadoras como VietinBank, PVN, EVN, MB Bank, Agribank, SSI, FPT, VPBank, Gelex, Vietnam Airlines, VIX, BIDV, Viettel y OKX. La cooperación de estas entidades demuestra el espíritu de colaboración público-privada en un evento internacional de prestigio y, a su vez, refleja el papel y la responsabilidad social del sector empresarial vietnamita en la consecución del objetivo de construir un ciberespacio seguro, confiable y sostenible. Gracias a este apoyo, la Ceremonia de Apertura de la Convención de Hanói se ha convertido en un símbolo ejemplar de cooperación global, contribuyendo a consolidar el prestigio, la posición y la imagen de Vietnam en el ámbito internacional.
Fuente: https://nhandan.vn/cong-uoc-ha-noi-dau-moc-lich-su-kien-tao-trat-tu-phap-ly-toan-cau-ve-an-ninh-mang-post920731.html






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