Cuando una figura clave decide marcharse, la opinión pública suele dividirse en dos corrientes: la simpatía y la crítica. Pero tras ellas se esconden cálculos, los límites entre la razón y la emoción, y cuestionamientos sobre la lealtad en un entorno volátil.
La frontera entre la razón y la emoción
Según diversas fuentes, Duc Chien ha decidido dejar The Cong Viettel antes de lo previsto para unirse al Ninh Binh Club, un equipo recién ascendido a la V.League la próxima temporada. Esta decisión se produce en un contexto en el que el contrato entre ambos equipos sigue vigente hasta el 24 de agosto de 2025, mientras que el mercado de fichajes nacional cierra el 15 de agosto. Para poder unirse y jugar la ida con el nuevo equipo, el jugador nacido en 1998 aceptó una compensación anticipada, fijada en 3 mil millones de VND, tras una tensa negociación.
Desde una perspectiva personal, esta puede considerarse una decisión razonable. A sus 27 años, en el momento más maduro de su carrera, Duc Chien necesita un nuevo entorno que le permita desafiarse a sí mismo, especialmente cuando no ha llegado a un acuerdo para extender su contrato con su antiguo equipo. Según diversas fuentes, el contrato de 3 años con Ninh Binh incluye una prima de firma de hasta 6 mil millones de dongs por temporada, un salario atractivo que no todos los clubes están dispuestos a aceptar.
Sin embargo, la decisión de Duc Chien de marcharse ha generado una ola de críticas, especialmente tras no haber jugado los tres últimos partidos de la temporada, incluida la semifinal de la Copa Nacional, cuando el club necesitaba al máximo refuerzo. En un comunicado oficial, el Cong Viettel indicó que este jugador no se encontraba en forma física y solicitó proactivamente su baja del equipo ante la escasez de jugadores.
Esa ausencia se percibe no solo como una deficiencia profesional, sino también como un vacío espiritual, considerado la "calidad roja" de un equipo que lleva el "legado" del Congreso. En el fútbol profesional, las decisiones personales son inevitables, pero la forma de comportarse antes y después de cada despedida es lo que determina el valor humano del fútbol.
Filosofía de la gente decente del fútbol
En el mensaje enviado desde el club, el Cong Viettel no solo expresó su pesar, sino que también planteó una pregunta más profunda: "¿Cuál es el valor real de un jugador?". Esta pregunta no solo afecta a Duc Chien, sino a todo el sistema futbolístico vietnamita, donde el valor de los jugadores se infla cada vez más, lo que provoca una distorsión y desequilibrio en el mercado de fichajes.
El Cong Viettel tiene motivos para preocuparse. Como uno de los clubes con un sistema de entrenamiento sistemático, ha invertido mucho en centros de formación juvenil, formando a jugadores como Duc Chien desde que eran desconocidos. Pero cuando los jugadores se hacen famosos, se convierten en "mercancías" por las que otros clubes compiten con primas de fichaje millonarias, algo con lo que muchos equipos de formación juvenil no pueden (o no quieren) competir.
La realidad ha demostrado que muchos jugadores, tras fichar por un nuevo equipo con un contrato espectacular, no han cumplido con las expectativas. El cambio de entorno, la presión de los altos ingresos y, sobre todo, la brecha entre la reputación y el rendimiento real han provocado que muchos acuerdos se conviertan en una auténtica fiebre de precios, donde el valor ya no se mide por la experiencia, sino por las artimañas del agente y la escasez de personal cualificado en el país.
Por eso, el Cong Viettel se mantiene firme en su filosofía: invertir en la formación de jóvenes, creer en la fuerza interna y establecer límites claros de gasto, en lugar de seguir el mercado. Como afirmó un representante del club: «Siempre debemos considerar, con esa cantidad de dinero, si podemos fichar a un jugador extranjero de mejor calidad o si deberíamos dar oportunidades a los jóvenes en ascenso».
No es difícil darse cuenta de que la historia de Duc Chien refleja la realidad del mercado futbolístico vietnamita: escasez de recursos humanos de alta calidad, un sistema de formación insuficiente, inestabilidad en la gestión de los clubes y, sobre todo, la ausencia de un mecanismo de gestión de fichajes profesional y sistemático. Esto es lo que hace que los jugadores famosos se conviertan fácilmente en "bienes raros" y se les atribuyan precios que no reflejan su verdadero valor.
Nguyen Duc Chien es uno de los talentos del fútbol vietnamita. Fue capitán de la selección sub-23, convocado a la selección nacional y jugó con regularidad en el Cong Viettel. Con 134 partidos de la V.League, 16 goles y 8 asistencias, es sin duda un jugador de gran calidad. Pero además de su experiencia, su carrera futbolística es también una historia de honor, lealtad y el trato que brinda a quienes lo han apoyado y creído en él.
El mercado de fichajes es una oportunidad para que los jugadores se desarrollen, se renueven y mejoren sus ingresos, algo habitual en el fútbol profesional. Pero el fútbol no es solo un juego de dinero. Es también un entorno que fomenta los valores humanos, la dedicación, la gratitud, el profesionalismo y la responsabilidad colectiva.
La historia de Duc Chien y The Cong Viettel, por lo tanto, no debería detenerse en la pregunta de "quién tiene razón, quién no", sino que debería ser una advertencia para todo el sistema de que el fútbol vietnamita solo puede desarrollarse de manera sostenible si todos los eslabones, desde los jugadores y los clubes hasta los entrenadores, se comportan de manera profesional, amable y tienen visión.
Porque al final, el verdadero valor de un jugador no está en el precio del traspaso, sino en cómo se va y en cómo lo recordará la gente después.
Fuente: https://baovanhoa.vn/the-thao/cuoc-chia-tay-va-bai-toan-gia-tri-cua-cau-thu-viet-149073.html
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