Inicialmente, el director François Bibonne concibió que la segunda parte fuera un proyecto completamente independiente de la primera, centrado exclusivamente en el fútbol y su desarrollo en Vietnam. Sin embargo, durante el proceso, se dio cuenta de que aún estaba en un viaje para conocer el país de su abuela, un lugar con un fuerte espíritu e identidad vietnamita. Aunque esta vez el tema es el fútbol, el protagonista de la película sigue siendo el espíritu vietnamita, expresado no solo a través del deporte, sino también a través de la música , los paisajes y la gente.
El futbolista Huynh Nhu también participará en la segunda parte de "Once Upon a Bridge". (Foto: NVCC)
Con la segunda parte de "Érase una vez un puente", el alcance de la película se amplía: el viaje se extiende desde Hanói, Hai Phong y Nam Dinh, hasta zonas remotas como Binh Lieu (Quang Ninh) y Pleiku. Con la estructura de la película como un viaje, el director François Bibonne busca que los espectadores sientan que cada destino no es solo un espacio, un lugar, sino una puerta paraexplorar la profundidad de la cultura y la gente vietnamitas.
Bibonne continúa incorporando música tradicional vietnamita en su documental. Con un amor especial por el monocordio y las melodías del Quan Ho, así como por los instrumentos occidentales, François espera que la música sirva de puente entre la identidad personal y la cultura vietnamita. El director de orquesta Honna Tetsuji (director de la Orquesta Sinfónica Nacional de Vietnam) y el artista Phan Thuy (director del Grupo Thanh Am Xanh) son grandes inspiraciones en su trayectoria.
A finales de mayo de 2025, el director François viajó a Binh Lieu (Quang Ninh) para filmar el singular deporte femenino que se practica aquí. Para él, este es un lugar que le ha dejado muchas impresiones y sorpresas hasta la fecha. (Foto: NVCC)
Una de las características únicas de Érase una vez un puente II es que François no está detrás de la cámara; se convierte en un personaje, un narrador y una persona en un viaje de descubrimiento de identidad. Esto hace que la película sea única: como una aventura, donde cada espectador puede acompañar, sorprenderse y dejarse llevar por el narrador.
Para Bibonne, los documentales son más que simples datos áridos. Compara su trabajo con una novela viviente, donde el director no tiene control total sobre la trama, sino que se deja guiar por los personajes, los sonidos y la atmósfera. «Quiero que el público se sienta como si estuviera en una aventura conmigo durante toda la película, y que luego, al final, todo encaje de repente, como una epifanía», afirma.
El idioma, el clima, el presupuesto y la sensación de estar lejos de casa fueron grandes retos para Bibonne al rodar la segunda parte de Érase una vez un puente. Sin embargo, gracias al apoyo de su novia vietnamita y su familia, poco a poco encontró su camino y conectó su trabajo cinematográfico con su deseo de aprender sobre sus raíces.
En Vietnam, los cineastas independientes como yo son muy acogedores. (Foto: NVCC)
François Bibonne ha revelado su intención de realizar una tercera entrega para completar la trilogía. Los temas probablemente girarán en torno al arte y la moda: aspectos contemporáneos que aún conservan su profundidad cultural.
Con Érase una vez un puente II, François Bibonne no solo narra una historia personal, sino que también abre un espacio multidimensional donde la cultura vietnamita se expresa de forma auténtica, poética y cercana al público internacional. No es solo una película, sino un puente que conecta recuerdos, presentes y futuros, entre Vietnam y el mundo.
Actualmente, Once Upon a Bridge II aún está en producción y el director François Bibonne espera que la película pueda estrenarse al público en noviembre de este año.
Tráiler oficial de Érase una vez un puente en Vietnam II
Fuente: https://bvhttdl.gov.vn/dao-dien-phap-goc-viet-tro-lai-voi-once-upon-a-bridge-ii-ket-noi-van-hoa-viet-voi-the-gioi-tu-trai-bong-tron-20250601131421992.htm
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