Ahora, con la gloria inicial desvaneciéndose gradualmente, la pregunta es cómo mantener vivo el sueño mundialista. Esto requiere una revisión exhaustiva de los logros y limitaciones de los últimos dos años y, al mismo tiempo, una estrategia de inversión a largo plazo para mantener el impulso de desarrollo del fútbol femenino vietnamita.
La selección femenina necesita una fuerte inversión para poder repetir el milagro en 2023. Foto: VFF
Una mirada retrospectiva al recorrido histórico y la realidad
El Mundial de 2023 es un hito inolvidable. La selección femenina vietnamita participó por primera vez en el mayor torneo de fútbol femenino del planeta. A pesar de estar en el grupo de la muerte junto a Estados Unidos, Portugal y Países Bajos, las vietnamitas demostraron una valentía admirable.
La derrota por 0-3 ante el vigente campeón, Estados Unidos, en la jornada inaugural del 22 de julio de 2023 no decepcionó a la afición. Al contrario, la valiente actuación, que incluyó la parada del penalti del portero Kim Thanh a la estrella Alex Morgan, causó sensación en la prensa internacional.
A pesar de terminar el torneo con tres derrotas, sin goles a favor y 12 en contra, el entrenador Mai Duc Chung y su equipo recibieron una gran admiración y apoyo de la comunidad. "Participar en el Mundial es un milagro. No tenemos miedo de enfrentarnos a nadie", declaró el entrenador Mai Duc Chung a su regreso de Australia.
Tras el Mundial, la selección femenina continuó compitiendo en los XIX Juegos Asiáticos y en las eliminatorias olímpicas de París 2024. Sin embargo, debido a la diferencia de nivel, las chicas de camisetas rojas no pudieron dar la sorpresa. No obstante, Vietnam aún ocupa el primer puesto en el Sudeste Asiático según el ranking de la FIFA a finales de 2023, aunque la diferencia con Filipinas y Tailandia se está reduciendo claramente.
En particular, tras la salida del entrenador Mai Duc Chung del equipo a finales de 2023, el fútbol femenino vietnamita entró en un período de transición. Las jóvenes promesas fueron ascendiendo gradualmente, pero aún les faltaba experiencia. Algunas figuras clave como Huynh Nhu y Tuyet Dung, debido a la edad, fueron dejando atrás sus carreras.
En los últimos dos años, a pesar de los esfuerzos de la VFF, el Campeonato Nacional Femenino aún cuenta con solo 8 equipos de 6 localidades participantes, jugando en la zona central, sin ascensos ni descensos, con falta de competencia y atractivo. Algunos clubes, como Son La y Thai Nguyen, han atravesado dificultades financieras, llegando incluso a estar a punto de disolverse. Las gradas del torneo femenino siguen teniendo poca afluencia de público y los medios de comunicación no muestran interés. A pesar del milagro del Mundial, la mayoría de las jugadoras, aunque sus ingresos han mejorado, aún tienen vidas difíciles y carreras cortas.
Después de la gloria del Mundial, nuestras chicas doradas regresaron a la tranquila rutina de entrenamientos, compitiendo en torneos del sudeste asiático o clasificatorios continentales que no recibieron tanta atención.
Las expectativas del público, que en su momento fueron altas tras la victoria en la Copa Mundial, corren el riesgo de desvanecerse si el fútbol femenino no continúa logrando resultados sobresalientes. Esta realidad obliga a quienes trabajan en el fútbol a reflexionar: ¿Cómo mantener viva la pasión y el apoyo al fútbol femenino vietnamita?
Necesita nutrirse desde la raíz
Para evitar que el sueño mundialista se convierta en una moda pasajera, el fútbol femenino vietnamita necesita ser impulsado desde la raíz. Según el experto Phan Anh Tu, el mayor problema reside en un sistema de entrenamiento sistemático, los recursos humanos y el potencial económico . Actualmente, el país cuenta con tan solo unos cientos de jugadoras profesionales, concentradas en menos de diez localidades. En comparación con los países con fútbol desarrollado, esa cifra es insuficiente para mantener un equipo competitivo a nivel continental.
En cuanto a las soluciones, la VFF ha propuesto tres líneas prioritarias: expandir el movimiento futbolístico femenino en las localidades; elevar el nivel del Campeonato Nacional y construir un sistema de formación continua para jóvenes de la categoría sub-13 a la sub-20. Algunos centros, como Hanói , Ciudad Ho Chi Minh, Quang Ninh y Thai Nguyen, han mostrado resultados positivos. En particular, los centros de formación con inversión de empresas como T&T en Thai Nguyen están abriendo una vía viable.
De hecho, cuando existe patrocinio y un modelo profesional, el fútbol femenino puede despegar. Por ejemplo, tras mudarse a Portugal para jugar en el Lank FC, la jugadora Huynh Nhu ha crecido notablemente. Según diversas fuentes, recibe un salario de unos 1500 euros al mes, mucho más alto que la media del país. Sin embargo, estos casos siguen siendo muy poco frecuentes.
Otra forma es aprovechar el apoyo internacional. La UEFA colabora con la VFF para desarrollar el fútbol femenino vietnamita mediante proyectos de formación, comunicación y torneos. Al mismo tiempo, las selecciones femeninas sub-17 y sub-20 participan en más entrenamientos y competiciones internacionales para ganar experiencia.
Sin embargo, para seguir soñando con el Mundial, el fútbol femenino vietnamita necesita un verdadero ecosistema donde todo, desde los clubes y las ligas juveniles hasta el campeonato nacional, funcione de forma profesional y sistemática. Una propuesta apoyada por numerosos expertos es exigir a cada club masculino de la V.League que establezca un equipo femenino, similar al modelo europeo. Solo así las jugadoras tendrán suficiente espacio para competir, ganarse la vida y construir un futuro. Sin embargo, mantener la financiación para apoyar a muchos equipos masculinos de la V.League aún enfrenta dificultades, por lo que se desconoce cuándo se implementará esta propuesta.
Finalmente, el papel de los medios de comunicación y la afición es indispensable. La historia de las chicas vietnamitas en el Mundial de 2023 ha sido una gran inspiración para toda la sociedad. Si se continúa, se nutre con atención, ánimo y una inversión real, ese sueño puede hacerse realidad.
El Mundial de 2023 es una hazaña histórica, pero dos años después, los desafíos para el fútbol femenino vietnamita siguen ahí, incluso mayores. Porque mantener viva la llama es lo más difícil. En lugar de mirar atrás, es hora de que tomemos medidas reales, desde el sistema de entrenamiento, la política de patrocinio y el mecanismo de torneos, hasta la transformación de la conciencia social sobre el papel y el valor del deporte femenino. Si no queremos que el Mundial sea solo un sueño fugaz, el fútbol femenino vietnamita necesita resurgir con fuerza...
Fuente: https://baovanhoa.vn/the-thao/giac-mo-can-tiep-lua-156843.html
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