Hanh Nguyen
(Según Bloomberg, Washington Post)
El primer ministro japonés, Fumio Kishida, decidió llevar la cumbre del Grupo de los Siete (G7) a su ciudad natal, Hiroshima, para persuadir a los líderes mundiales de que abandonaran las armas nucleares. En cambio, su aliado, Estados Unidos, planea traer más armas nucleares a la región para disuadir a enemigos comunes.
El primer ministro japonés, Kishida (izquierda), en el aeropuerto de Hiroshima la tarde del 18 de mayo. Foto: Nikkei Asia
En la cumbre del G7, que se inaugura hoy, es probable que la ambición histórica de Kishida de un "mundo sin armas nucleares" entre en conflicto con la realidad de los desafíos de seguridad que plantean China, Corea del Norte y Rusia, vecinos de Japón que poseen aproximadamente la mitad de las armas nucleares del mundo. El contraste será aún más marcado, ya que los líderes de las naciones más ricas del mundo visitarán el Parque Conmemorativo dela Paz en Hiroshima el primer día de la cumbre, 78 años después del lanzamiento de la primera bomba atómica por parte de Estados Unidos, que causó la muerte de 140.000 personas.
Japón, el único país que ha sufrido bombardeos atómicos en guerra, ha dedicado las últimas ocho décadas a una política exterior pacifista, oponiéndose al desarrollo de armas nucleares e instando a otros países a abandonarlas. En su libro de 2020, "Hacia un mundo sin armas nucleares", Kishida describe las historias que escuchó de su abuela de niño sobre los devastadores efectos del bombardeo atómico y cómo esas historias se convirtieron en el motor de su carrera política. Kishida asumió el cargo de primer ministro en 2021 y el año pasado se convirtió en el primer líder japonés en dirigirse a la conferencia de las Naciones Unidas encargada del examen del Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP). Pidió una mayor transparencia en la energía nuclear y una reducción continua del número de armas nucleares a nivel mundial. Por lo tanto, la celebración de la cumbre del G7 será la mejor oportunidad para que el primer ministro Kishida enfatice su mensaje sobre el desarme nuclear.
Pero en la cumbre de tres días en Hiroshima, los líderes debatirán maneras de extender el paraguas nuclear estadounidense a aliados no nucleares como Japón y Corea del Sur. "La amenaza nuclear de Rusia, sumada al rápido desarrollo de capacidades por parte de China y Corea del Norte, ha puesto de relieve el problema de las armas nucleares en el noreste asiático", declaró Ankit Panda, experto en armas nucleares del Carnegie Endowment for International Peace. Los responsables de la toma de decisiones en estos países están cada vez más preocupados por la posibilidad de amenazas nucleares en futuras crisis, por lo que están redoblando sus esfuerzos en materia de defensa independiente y forjando sus propias alianzas con Estados Unidos, añadió Panda.
El mundo se acelera en la dirección opuesta.
El diálogo con el presidente ruso, Vladímir Putin, quien ha amenazado con lanzar un primer ataque nuclear contra Europa por el conflicto en Ucrania, también será un tema prioritario en Hiroshima. Además de esta amenaza, el creciente arsenal de ojivas nucleares y misiles de China también atrajo la atención de los ministros de Asuntos Exteriores del G7 en su reunión del mes pasado. Un informe del Departamento de Defensa de Estados Unidos del año pasado estimó que las ojivas nucleares de Pekín habían superado las 400 y que contarían con unas 1500 para 2035.
Mientras tanto, Corea del Norte ha acelerado el ritmo de las pruebas de misiles con ojivas nucleares diseñados para alcanzar Estados Unidos, Japón y Corea del Sur. Las encuestas en Corea del Sur suelen mostrar que la mayoría quiere que el gobierno desarrolle sus propias armas nucleares, mientras que el presidente estadounidense, Joe Biden, se ha comprometido recientemente a desplegar armas nucleares si es necesario para defender Seúl.
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