Según el autor, al acoger la reciente Cumbre del G20, India ha demostrado que puede combinar el nacionalismo con una nueva misión global.
Al albergar con éxito la reciente cumbre del G20, India demostró que puede combinar el nacionalismo con una nueva misión global. (Fuente: Reuters) |
En auge en la competencia con China
Se podría decir que India es el único país de tal estatura e importancia que en un período marcado por muchas tensiones geopolíticas todavía logra obtener los máximos beneficios: comprando petróleo y gas a precios bajísimos a Rusia y atrayendo a inversores occidentales.
Su extraordinaria capacidad para mantener el equilibrio ha convertido al primer ministro indio Narendra Modi en una "estrella brillante" en la actualidad. El señor Modi acaba de ser muy elogiado por el presidente ruso, Vladimir Putin, y recibió cálidas invitaciones del jefe de la Casa Blanca, Joe Biden, mientras que el hemisferio sur también le brinda respeto como líder de países emergentes.
En el grupo de economías emergentes BRICS, India y China son los dos miembros más importantes. Se espera que en 2023, con un 7%, India supere a China en crecimiento del PIB. Muchas empresas occidentales están trasladando al menos una parte de sus inversiones al país del sur de Asia para protegerse de los riesgos geopolíticos.
El señor Modi es una figura especial en el grupo BRICS por su capacidad de mantener un equilibrio entre los dos bloques: no aplicar sanciones contra Rusia y al mismo tiempo fortalecer las relaciones con Estados Unidos. En los últimos 20 años, la posibilidad de que India supere a China se ha mencionado muchas veces.
Demográficamente, esto se ha convertido en una realidad en los últimos meses. Sin embargo, económicamente, el estancamiento de la India todavía es muy grande debido a muchos factores, entre ellos la infraestructura asincrónica y la producción de energía insuficiente.
A cambio, India posee recursos que China no tiene: una fuerza laboral joven, un inglés ampliamente utilizado y, especialmente en el reciente contexto geopolítico, Nueva Delhi recibe evaluaciones favorables de los inversores occidentales.
Ambición de convertirse en una potencia industrial
Desde que la secretaria del Tesoro de Estados Unidos, Janet Yellen, lanzó la consigna de trasladar su inversión a países amigos, la esperanza de Nueva Delhi se ha vuelto más cercana a la realidad.
El sueño de la India de competir con China no es tan grande como para reemplazar al país del noreste asiático como la "fábrica del mundo", lo que parece fantasioso o al menos prematuro en este momento. Más modestamente, es la esperanza de convertirse en una potencia industrial, especialmente en electrónica, con una influencia significativa como exportador al resto del mundo.
Es un plan que el Sr. Modi espera con mucha ilusión y es similar al camino que muchos otros “tigres” asiáticos han tomado antes. Las cifras muestran que India está haciendo exactamente eso. En los últimos ocho años, la producción electrónica del país casi se ha cuadruplicado, alcanzando los 105 mil millones de dólares.
La inversión extranjera desempeña un papel impulsor de la campaña “Make in India” del Sr. Modi. (Fuente: Bloomberg) |
La industria electrónica es un área en la que el Primer Ministro Modi se está centrando en promover la transición de la granja a la fábrica. En algunas proyecciones utilizadas por el gobierno indio, aproximadamente el 60% de la fuerza laboral que abandona el sector agrícola será absorbida por la industria electrónica. Es una repetición de lo que ha sucedido, en diferentes momentos y escalas, en muchos países asiáticos, desde Japón hasta Corea del Sur y desde Taiwán (China) hasta la propia China.
La inversión extranjera desempeña un papel impulsor de la campaña “Make in India” del Sr. Modi. El principal país de inversión extranjera en el sector electrónico de la India es Singapur. El segundo mayor inversor extranjero es Estados Unidos. Un claro ejemplo de inversión estadounidense es Apple, que está aumentando la proporción de su producción manufacturera en la India.
Apple es un caso interesante, ya que la corporación moviliza una serie de socios, desde Foxconn (Taiwán) hasta Tata, el "gigante" doméstico de la India. El gobierno de Modi ha priorizado la promoción de empresas conjuntas entre compañías extranjeras y socios locales, pero se ha mostrado cada vez más abierto a un papel protagónico para las multinacionales extranjeras, incluidas las chinas.
La India se ha convertido en uno de los nodos de conexión imprescindibles en la nueva fase de diversificación, re-globalización y re-transición hacia países amigos. Se trata de un cambio impulsado por consideraciones geopolíticas, entre ellas la reducción del riesgo de conflicto entre Occidente y China.
Además, la India también demuestra un atractivo creciente gracias a su gran mercado interno, un factor que recuerda a China en los albores de su auge hace 30 años.
Una característica que los inversores extranjeros deben tener en cuenta es la influencia del federalismo, muy evidente en el país surasiático. Esto también afecta la tendencia de formulación y aplicación de políticas industriales de cada localidad. Varios estados de la India han sido muy proactivos al ofrecer incentivos y beneficios para atraer empresas extranjeras a operar (como Karnataka, Tamil Nadu, Maharashtra, Gujarat).
Mientras tanto, muchos otros estados mantienen regulaciones destinadas a proteger a su fuerza laboral, lo que lleva a mayores costos de producción. Frente a los obstáculos inherentes causados por la burocracia, el Primer Ministro Modi está tratando de intervenir a través de una variedad de iniciativas, incluidas políticas que alientan y apoyan a la comunidad empresarial.
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