
Ka Jêmima, de 29 años, se graduó en contabilidad en la Facultad de Relaciones Económicas Exteriores y tuvo un trabajo estable en una oficina de la ciudad durante un tiempo. Tras la pandemia de COVID-19, decidió abandonar la ciudad para regresar a la comuna de Bao Thuan, provincia de Lam Dong.
Durante este tiempo, enseñó vietnamita a extranjeros y trabajó como intérprete para subsistir, a la vez que investigaba y aprendía con ahínco sobre el tueste y el procesamiento del café. La combinación de su trabajo y su aprendizaje sentó las bases para un importante punto de inflexión.
En 2023, nació oficialmente la marca Pràn-pa, plasmando el sueño de emprender un negocio desde la tierra de basalto rojo, los cafetales Robusta y la identidad nacional. El nombre Pràn-pa, en k'ho, significa nueva vitalidad. Para Ka Jêmima, ese es el espíritu que busca transmitir, para que cada taza de café no solo ayude a mantenerse despierto, sino que también transmita energía positiva, genere confianza y conexión.
Lo que distingue a Pràn-pa es la forma en que Ka Jêmima conecta los granos de café con la cultura K'ho. Si bien tradicionalmente el pueblo K'ho agasaja a sus invitados con vino de arroz como símbolo de hospitalidad, ahora su familia continúa ese espíritu con una taza de café de cosecha propia y tostado en casa. Cada taza de café no es solo una bebida, sino que también crea conexiones, llevando consigo la historia de las montañas y los bosques, de la patria y de la humanidad. "Quiero que al saborear una taza de café Pràn-pa, el bebedor no solo sienta el sabor puro, sino que también vea en ella la identidad de nuestra tierra natal", compartió Ka Jêmima.
Comenzando a pequeña escala, Pràn-pa solo tuesta y muele menos de 20 kg de café al mes. Pero es esta modestia la que permite a Ka Jêmima centrarse en cada detalle. Desde la cosecha, selecciona únicamente los granos rojos maduros, retira los defectuosos, los seca de forma natural durante 10 a 20 días y luego conserva los granos verdes de 1 a 3 meses para estabilizar el sabor. Cada tueste suele durar unos 35 minutos. Gracias a esta meticulosidad, la tasa de granos defectuosos es de tan solo el 5-7 %. El producto final es un café tostado puro, sin condimentos ni aditivos, que conserva su sabor rústico y original, y es seguro para la salud.
Para Ka Jêmima, emprender un negocio no se trata solo de construir una marca personal, sino también de contribuir a mejorar la vida de la comunidad. Cada temporada, Pràn-pa crea empleos temporales para entre 5 y 7 trabajadores, todos ellos de la comunidad K'ho. Además, compra café de forma proactiva a los lugareños a un precio 20.000 VND/kg superior al del mercado, lo que les ayuda a obtener más ingresos en lugar de simplemente vender el café crudo a precios inestables. "Espero que cuando se mejoren los granos de café de mi pueblo, la vida de los agricultores K'ho también mejore gradualmente y sea más próspera cada día", dijo Ka Jêmima.
Aunque aún está en sus inicios, Pràn-pa ya ha atraído la atención internacional, y sus primeros clientes habituales son vietnamitas y extranjeros. A partir de esta señal, la Sra. Ka Jêmima continúa construyendo una marca nacional, al tiempo que aspira a llevar el café de su ciudad natal a países como Singapur, Malasia, Corea, Japón o Estados Unidos, mercados que valoran la calidad y aprecian la historia cultural asociada al producto.
La Sra. Ka Jêmima también reconoció que su trayectoria empresarial no fue fácil, pero se construyó paso a paso a través de la investigación y la experiencia. Cada temporada, cada experimento de tostado aportaba valiosas lecciones para perfeccionar el producto. Para ella, lo más importante para que los jóvenes de minorías étnicas inicien un negocio exitoso es perseverar y mantener el entusiasmo por el trabajo, porque solo cuando se hace bien, los granos de café aportan un valor duradero.
Fuente: https://baolamdong.vn/giu-hon-k-ho-trong-tung-giot-ca-phe-390996.html
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