Tiene una confianza especial en los maestros, considerando la docencia como la base para construir el futuro del país. Estudiar y seguir la ideología, la moral y el estilo de Ho Chi Minh hoy es la manera de mantener viva la llama de la más noble de las profesiones.

Las palabras del tío Ho: la antorcha que ilumina el camino de los maestros.
En el pensamiento de Ho Chi Minh, la educación es una de las carreras estratégicas, la clave del futuro de la nación . Siempre afirmó: "No hay trabajo más glorioso que cuidar y educar a los niños, que son los futuros dueños del país".
Al identificar la educación como la base del desarrollo nacional, el tío Ho encomendó una misión especial a los maestros: capacitar y formar una nueva generación de personas con inteligencia, moralidad y ambición para servir al pueblo.
En un discurso dirigido a profesores, estudiantes, personal y trabajadores de la Universidad Pedagógica de Hanoi el 21 de octubre de 1964, enfatizó: “Un buen maestro, un maestro digno de ser maestro, es la persona más gloriosa. Aunque sus nombres no se publiquen en los periódicos y no reciban medallas, los buenos maestros son héroes anónimos”.
«Gloria» no es un título del que enorgullecerse, sino una afirmación del papel pionero de cada docente en la educación. Un buen maestro no solo imparte conocimientos, sino que también enciende en sus alumnos el espíritu patriótico, la voluntad de superación, la compasión y la responsabilidad hacia la comunidad.
Solo con una buena educación nuestro pueblo puede progresar, y solo con progreso nuestro país puede ser fuerte. Esto sirve como recordatorio para los docentes de hoy: cada clase y cada acción ejemplar contribuye a determinar la calidad de vida de los vietnamitas en el futuro.
Ética y amor por la profesión: la fuente que mantiene viva la llama para los docentes.
Ho Chi Minh siempre consideró la moral como la base de un revolucionario, y más aún de un maestro. En muchos de sus escritos, afirmó: «La enseñanza y el aprendizaje deben prestar atención tanto al talento como a la moral». El talento ayuda a los maestros a enseñar bien, mientras que la moral los ayuda a convertirse en modelos a seguir: un poder que se propaga de forma silenciosa pero sostenible.

Para el tío Ho, el amor por los estudiantes es la esencia que forja la personalidad de un maestro. Escribió: “Para el beneficio de diez años, debemos plantar árboles; para el beneficio de cien años, debemos formar personas. Debemos formar buenos ciudadanos y buenos cuadros para el país. El pueblo, el Partido y el Gobierno les encomiendan la tarea de formar a las futuras generaciones. Es una gran responsabilidad, pero también una tarea muy gratificante. Espero que todos se esfuercen por cumplir con su deber”.
Educar a las personas es una labor de toda la vida que requiere paciencia, tolerancia y comprensión. Por eso, Él exigió que los maestros fueran «devotos», «persistentes» y «que no temieran las dificultades».
En el contexto educativo actual, el profesorado se enfrenta a numerosas presiones: innovación curricular, exigencias de la transformación digital, presión por los resultados, dificultades económicas, etc. En muchos lugares, los docentes deben superar grandes obstáculos para llegar a sus alumnos. Es en estos tiempos difíciles cuando las palabras del tío Ho cobran fuerza: mantener la ética, mantener el amor por la profesión, mantener la fe en la vocación docente.
En una ocasión aconsejó: “Tener talento sin virtud es un fracaso. Tener virtud pero solo enseñar, ¿cómo se puede enseñar? La virtud debe preceder al talento. Ante todo, hay que enseñar a los niños a amar la patria, el trabajo, el compatriota y el socialismo”. Esta es la medida que deben tomar los docentes para reflexionar sobre sí mismos, para que el sector educativo se autocorrija y luche contra todas las manifestaciones negativas que empañan la imagen del profesorado: desde los métodos de enseñanza formales y la búsqueda de logros hasta las actitudes indiferentes e irresponsables.
Iluminando el ideal de "formar personas": construyendo un sistema educativo limpio y sólido.
Para mantener viva la pasión por la enseñanza, no solo los docentes, sino todo el sector educativo, deben implementar con firmeza las enseñanzas del tío Ho: «La educación debe estar al servicio de la línea política del Partido y del Gobierno, estrechamente vinculada a la producción y a la vida de las personas. El aprendizaje debe ir de la mano de la práctica, la teoría debe estar ligada a la realidad». Esto exige un entorno educativo propicio, docentes ejemplares y la colaboración entre la familia, la escuela y la sociedad.
En sus cartas al sector educativo, especialmente en la de 1968, el tío Ho señaló la necesidad de combatir la obsesión por el rendimiento y los métodos de enseñanza mecánicos y formales. Solicitó la innovación metodológica, la mejora de la calidad de la enseñanza y el aprendizaje, y evitar que la educación se convirtiera en una mera competencia por las calificaciones. Este es el espíritu de lucha en la educación: luchar contra aquello que limita el desarrollo humano.
Hoy en día, estudiar y seguir la ideología, la moral y el estilo de Ho Chi Minh representa una oportunidad para que cada docente se renueve, innove en métodos, practique habilidades digitales, mejore su capacidad profesional y, sobre todo, cultive constantemente la ética profesional. Cuando los docentes dan buen ejemplo, la escuela se convierte en un entorno de confianza; cuando cada aula es un espacio cultural , la educación se fortalece y se consolida desde sus cimientos.
El ideal del tío Ho de «cultivar personas» se sigue plasmando día a día. Con amor por la profesión, responsabilidad y ética, el profesorado de hoy mantiene viva la llama del futuro del país, una llama que nace de las enseñanzas del líder nacional.
Mantener viva la llama de la enseñanza, heredada de las enseñanzas del tío Ho, no solo es una forma de mostrarle gratitud cada 20 de noviembre, sino también un lema para construir una educación vietnamita humanista, moderna, íntegra y firme. Las enseñanzas del tío Ho son la guía, el referente para que cada docente reflexione y se perfeccione, de modo que la vocación de educar perdure para siempre en el corazón de quienes siembran las letras .
Fuente: https://baogialai.com.vn/giu-lua-nghe-giao-tu-loi-bac-day-post572861.html






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