Después de que el equipo de inspección visitó Vietnam en 2018, en noviembre de 2019, la CE anunció la retirada de 9 grupos de recomendaciones a 4 grupos, incluidos: Marco legal; Monitoreo, inspección, control de las actividades de los buques pesqueros, gestión de la flota; Certificación de la producción y trazabilidad de los productos acuáticos de la explotación; Aplicación de la ley.
En los últimos seis años, no hemos podido retirar la tarjeta amarilla, a pesar de que ha habido muchas soluciones. Debemos recordar las lecciones de dos países de la ASEAN que la han eliminado con éxito: Filipinas (tras nueve meses de multas), y en especial Tailandia, que presenta características y una situación más similar a la de Vietnam y logró retirarla tras cuatro años.
Multada por la CE en 2015, Tailandia inicialmente tomó algunas medidas, pero fracasó debido a la falta de cooperación de los pescadores, acostumbrados a trabajar libremente y temerosos del gasto. El esfuerzo valió la pena, por lo que el país implementó un sistema integral de monitoreo de posicionamiento de buques pesqueros (VMS), que debía instalarse en cada embarcación, con un costo aproximado de $1,000 por embarcación; además, los propietarios de los buques debían pagar una tarifa de servicio de VMS de $25 al mes.
Gracias al VMS, el Departamento de Pesca tailandés conoce perfectamente las zonas de pesca de los pescadores, avisando e interviniendo con prontitud cuando es necesario. Además, gracias al VMS, el origen de los productos del mar se puede rastrear fácilmente; nadie puede falsear el origen. Así, en lugar de esperar a que los socios de la UE rastreen el origen antes de permitir las importaciones, este país va un paso por delante.
Además, Tailandia ha construido un Centro de Monitoreo Pesquero (en la provincia de Samut Sakhon, fronteriza con Bangkok), con personal disponible las 24 horas. Todas las actividades de los buques pesqueros de altura se muestran en pantallas ubicadas en este centro. Cuando un buque invada aguas extranjeras, el personal del centro emitirá un aviso solicitando su regreso. Para los armadores, instalar una aplicación en su dispositivo móvil es obligatorio para registrar la entrada y salida del buque del puerto y, al mismo tiempo, conocer el horario de su embarcación por día, hora e incluso minuto a minuto.
Además, mediante un sistema integral de control digital, los procedimientos y las licencias son transparentes y se cumplen estrictamente, lo que previene el trabajo ilegal y la explotación de los trabajadores a bordo. Como muestra de la determinación del gobierno , en 2018 Tailandia ratificó el Convenio de la Organización Internacional del Trabajo contra el Trabajo Forzoso.
Cabe destacar que Tailandia impone sanciones muy severas a quienes infringen la ley y a quienes la reinciden, y mantiene una política estricta de prohibición permanente de la pesca. Según el Bangkok Post, los propietarios de barcos pesqueros están sujetos actualmente a más de 300 disposiciones legales. En aquel entonces, los propietarios de barcos y pescadores lo consideraban estricto y agobiante, pero los organismos gubernamentales se mantuvieron firmes y no flexibilizaron las normas.
Otra buena estrategia para Tailandia es instar a las principales empresas pesqueras a involucrarse. Thai Union, que representa el 20% del atún enlatado a nivel mundial, lanzó la campaña "Cambia el Océano", centrada en ayudar a las partes a rastrear el origen de sus productos.
Con muchas de las medidas drásticas mencionadas anteriormente, a principios de 2019 la UE retiró la tarjeta amarilla de pesca INDNR a los productos del mar tailandeses.
La lección aprendida de Tailandia es una firme determinación y aplicación digital. Si su país puede hacerlo, nosotros no podemos...
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