Para muchos, al hablar de la campiña del norte, se imaginan banianos, casas comunales, pozos, búfalos o arrozales. Pero no solo eso, si pasas unos días paseando por sus caminos, podrás sentir la sencillez de la gente del campo, siempre hospitalaria y cariñosa.

Cuando el sol de la mañana acaricia suavemente el camino del pueblo, entre los arbustos de bambú, los pájaros cantan como una canción de amor celebrando la maduración del arroz. Es el momento en que los agricultores van a los campos a cosechar arroz y cargan pesadas cargas sobre sus hombros. La imagen de la naturaleza se ilumina de repente con las radiantes sonrisas de mujeres que se toman de la mano con manojos de arroz dorado.


En una calurosa tarde de verano, los recuerdos de mi infancia me invadieron de repente al ver a los niños pescando y nadando felices en el estanque. Cerca de allí, el jacinto de agua extendía sus flores moradas, creando una escena extrañamente serena y poética.


Y al caer la tarde, el humo azul se desliza junto a la casa, trayendo la apacible belleza de la campiña norteña, hipnotizando los pasos del viajero. Son también los recuerdos y las imágenes nostálgicas que hacen que cada niño lejos de casa, cuando la nostalgia lo atormenta, anhele el día de su regreso.


El Delta del Norte es una tierra con una larga historia, cuna de la cultura y civilización vietnamitas. Es también el lugar donde se preservan numerosos valores culturales tradicionales. Los habitantes del Delta del Norte viven principalmente del cultivo del arroz, viven en armonía con la naturaleza, están influenciados por las ideologías budista y confuciana, son agradecidos, creen en la relación de causa y efecto y valoran la jerarquía en la familia y la sociedad.


Sobre la base de estas condiciones naturales y sociales, el paisaje y el estilo de vida de los habitantes de las aldeas del norte se fueron configurando gradualmente. El paisaje de estas aldeas suele presentar setos de bambú, puertas y caminos, casas y estructuras religiosas como casas comunales, pagodas, templos, santuarios, etc.


En los pueblos del norte, la imagen de un antiguo baniano simboliza la longevidad del tiempo, testigo de los cambios de las personas y de la tierra. Los banianos se plantan a menudo al principio, al final o en el centro del pueblo, o junto a las reliquias: casas comunales, templos y pagodas. Los pueblos del norte poseen numerosos estilos arquitectónicos únicos, como puentes de tejas, de ladrillo y de piedra, antes de entrar al pueblo.


El campo es la cuna de la formación, el desarrollo, la crianza y la transmisión de los valores culturales vietnamitas durante miles de años. En el campo, el dique se convierte en un espacio para actividades culturales, un lugar para refrescarse, pastorear búfalos, volar cometas... y un lugar para los recuerdos de la infancia.

El norte de Vietnam se considera la cuna de los valores tradicionales de la nación, con una historia impresionante. En el norte, existen pueblos antiguos que han atravesado numerosos altibajos históricos, pero aún conservan su belleza ancestral. Si bien Vietnam del Norte se ha desarrollado con gran fuerza con la modernidad actual, en algún lugar, algunos pueblos antiguos aún conservan su belleza ancestral, que ha perdurado a lo largo de generaciones. La hermosa imagen de la campiña norteña probablemente nunca se desvanecerá en cada niño que nazca aquí.../.
Revista Heritage
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