En pleno Parque Tecnológico de Ciudad Ho Chi Minh, la fábrica de Intel Products Vietnam (IPV) opera casi ininterrumpidamente, reduciendo continuamente sus emisiones y su consumo energético. Se ahorran más de 40 millones de kWh de electricidad, se utilizan 2,68 millones de kWh de energía renovable y se recicla 1 millón de m³ de agua al año. Además, el 100% de los residuos peligrosos se tratan y reciclan, y el 95% de los residuos generales se reciclan y se aprovechan.
Esto no es solo un esfuerzo por operar de manera eficiente, sino también el manifiesto de Intel para un modelo de fabricación sostenible donde las ganancias van de la mano con la responsabilidad ambiental.

Trabajadores en la fábrica de ensamblaje y prueba de circuitos electrónicos de Intel Products Vietnam Co., Ltd. Foto: Intel Products Vietnam.
Para Intel, la sostenibilidad no es un eslogan, sino una parte fundamental de su modelo de negocio. Reducir el consumo de electricidad y agua implica reducir costes y aumentar la competitividad, lo que ayuda a la empresa a expandirse a lo largo de toda la cadena de suministro.
Tras casi dos décadas de funcionamiento, Intel Vietnam ha dejado de ser una simple planta de ensamblaje. De ser un centro de pruebas de microprocesadores, IPV se ha convertido en el núcleo de la cadena de valor global de semiconductores. Más de 600 empresas nacionales e internacionales forman parte actualmente de la red de suministro de Intel.
Para cumplir con los estándares de cooperación, las empresas vietnamitas deben invertir en nuevas tecnologías, mejorar la gestión y perfeccionar los procesos de producción limpia; factores que están dando forma a una nueva generación de industrias de apoyo.
Un ejemplo típico es el proyecto «Green PC», una colaboración entre Intel, Acer y Tsinghua Tongfang. Este ordenador utiliza hasta un 90 % de materiales reciclados, la placa base tiene un 22 % menos de componentes y puede reciclar hasta un 95 % del metal y un 90 % de la fibra de vidrio.
Las fuentes de alimentación de nitruro de galio (GaN) son un 70 % más pequeñas y generan hasta un 90 % menos de emisiones de carbono que las estándar. Desde procesadores de bajo consumo hasta materiales ecológicos, Intel demuestra que la innovación tecnológica y la transformación verde pueden coexistir en un mismo producto.
Intel también exige a sus socios que apliquen un estricto conjunto de criterios ESG, desde el tratamiento de residuos y la garantía de la seguridad laboral hasta el uso de materiales reciclados. Estas presiones positivas obligan a las empresas vietnamitas de la cadena de suministro a transformarse para cumplir con los estándares internacionales en materia de medio ambiente y energía.
Ese proceso les ayuda a mejorar su competitividad y a participar más profundamente en la cadena de valor global, algo que Vietnam realmente necesita para desarrollar una verdadera industria de apoyo.
Intel no se limita a la producción; también invierte en la formación de personal altamente cualificado en tecnología. La empresa colabora con instituciones como la Universidad CMC y la Academia de Correos y Tecnología de las Telecomunicaciones para formar ingenieros en IA y tecnologías sostenibles, y construir laboratorios de investigación en inteligencia artificial que impulsen la producción verde. El objetivo es crear un ecosistema de conocimiento que sirva de apoyo a la industria durante la transformación digital.
La presencia de Intel en Vietnam, además de generar empleo, ha contribuido con más de 96 mil millones de dólares en volumen de exportaciones y ha elevado los estándares de toda la industria. A medida que las corporaciones globales establecen altos estándares de "producción responsable", las empresas vietnamitas de la cadena de suministro se ven obligadas a adaptarse si no quieren quedar fuera del mercado. Esto convierte a la industria de apoyo en un eslabón estratégico en el camino hacia la sostenibilidad industrial.
Fuente: https://nongnghiepmoitruong.vn/intel-viet-nam-loi-nhuan-di-cung-trach-nhiem-moi-truong-d781327.html






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