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Sed Ardiente - Poesía y el Fuego de la Iluminación: La Filosofía en el Reino Humano

El poemario Sed Ardiente del Profesor Asociado Dr. Nguyen Duc Hanh no solo marca el impresionante regreso de un rostro familiar al mundo literario académico, sino también un esfuerzo por redefinir la poesía como una forma de percepción profunda de la vida. Con 95 poemas divididos en cinco partes, Sed Ardiente se presenta como 95 chispas: cada chispa es una historia, un recuerdo, un deseo, un despertar. Sin ostentación ni estridencia, este poemario posee un tono persistente, sutil y único, contribuyendo a crear una huella única en la poesía vietnamita contemporánea.

Báo Thái NguyênBáo Thái Nguyên23/07/2025

1. Tema principal: Nostalgia y reflexión filosófica sobre la existencia humana.

La inspiración principal de *Burning Thirst* es la nostalgia, pero no un mero recuerdo sentimental; más bien, es una nostalgia filosófica: mirar al pasado como un espejo que refleja el presente, obteniendo así una comprensión más profunda de la condición humana dentro del flujo de los tiempos y la vida personal.

“Madre, he encendido el fuego” (págs. 40-43): Este poema es un recuerdo de una infancia difícil, donde la realidad y la metáfora se entrelazan. Las imágenes de “la luna fina como la última guayaba en el árbol en invierno” (pág. 41) y “madre atrapándola con sus ojos hundidos” (pág. 42) no solo recrean un espacio áspero, sino que también simbolizan el amor maternal y el camino hacia la autosuficiencia. El verso “Dondequiera que rueda, la salinidad se filtra en el corazón. Cuanto más salado se vuelve, más puro se vuelve” (pág. 43) encapsula una filosofía de vida: la amargura de la vida es la materia purificadora que ayuda a las personas a ser más puras y resilientes. Este poema no solo evoca recuerdos personales, sino que también abre una reflexión más profunda sobre la conexión entre las personas y la vida, entre el pasado y el presente.

“Autorretrato” (págs. 82-83): Esta es una autorreflexión poética sobre la multifacética personalidad del autor: poeta, funcionario, padre, esposo. La pregunta «¡Toda una vida de vino amargo! En cada mancha oxidada y rota…» (pág. 82) es como un eco de los fragmentos de la vida, reflejando el choque entre los ideales y la realidad. El dolor en el poema no es melancólico, sino una profunda contemplación, aceptando las heridas como parte inevitable de la existencia humana. El tono es a la vez conmovedor y compasivo, creando un espacio evocador para el diálogo interior.

“Pensamientos fragmentados en la noche” (págs. 60-61): Con versos como “Cuántos ríos fluyen sin mirar atrás… Hay gente de madera común, gente de madera de agar…” (pág. 60), el autor afirma que la memoria no es solo una emoción, sino también la base del conocimiento, una herramienta para dialogar con el mundo y con uno mismo. Este poema es un testimonio de cómo Nguyen Duc Hanh utiliza la nostalgia como medio filosófico, situando a la humanidad en el centro de la agitación mundana e interior.

La nostalgia en "Sed Ardiente" no es solo material poético, sino también un medio para que el autor filosofe sobre la existencia. A través de sus poemas, sitúa a la humanidad en el centro de las convulsiones, tanto externas a la sociedad como internas al alma, abriendo así una profunda, despierta y humana profundidad de conciencia.

2. Símbolos artísticos: Fuego – Agua, Sed – Ardor

El sistema simbólico de "Sed Ardiente" evidencia un estilo artístico rigurosamente organizado, rico en generalizaciones y poder evocador filosófico. Fuego y Agua, Sed y Ardor no son meras imágenes emocionales, sino categorías artísticas vinculadas a la idea central del poemario: una oposición simbiótica que atormenta y redime, destruye y regenera simultáneamente.

Fuego: La imagen del fuego aparece como una metáfora de múltiples capas. En "Madre, he encendido el fuego" (págs. 40-43), el fuego representa el recuerdo de la infancia, la perseverancia en medio de las dificultades. En "Hablando contigo cuando tu cabello se vuelve gris" (págs. 48-49), el fuego representa el amor, el vínculo ardiente entre dos personas: "Tú eres la leña y yo soy el fuego... Las patatas asadas aún desprenden su aroma" (pág. 48). En poemas de temática social como "La mano que corta el viento" (págs. 65-66), el fuego se convierte en símbolo de guerra, de aspiraciones reducidas a cenizas en aquella época. En la poesía de Nguyen Duc Hanh, el fuego no solo es una fuerza destructiva, sino también luz, despertar y renacimiento.

Agua: El agua es el contrapunto del fuego, con una cualidad suave, profunda y a veces esquiva. En "La estación seca" (págs. 50-51), el agua es un recuerdo que fluye, una fugaz corriente del tiempo. En "Dormirse junto al lago Dau Tieng" (págs. 68-69), el agua se convierte en un espacio de quietud, donde las personas se confrontan consigo mismas. La interacción entre el fuego y el agua crea un ritmo interior a la vez contradictorio y muy real, que refleja el estado del hombre moderno: a la vez anhelante y contemplativo.

Sed y ardor: Este par de símbolos se eleva a una idea artística central. La sed es un estado de carencia, una necesidad existencial: sed de amor, sed de sentido, sed de redención. El ardor es el resultado de la sed, un estado de agotamiento, pero al mismo tiempo, también es luz, una apertura. En "Caminando por el terraplén llamando a la estación" (págs. 54-55), la sed y el ardor se entrelazan, creando un intenso anhelo de vida: "Voy llamando a la estación / Quemando el terraplén" (pág. 54). La poesía de Nguyen Duc Hanh posee un espíritu dialéctico, donde las cosas más intensas revelan los aspectos más puros del ser interior.

3. Singularidad en el estilo artístico

3.1. Cinco canciones: entremezclándose y diferenciándose

“Sed Ardiente” se divide en cinco partes, cada una un segmento emocional con su propio ritmo, estructura y sistema simbólico, pero estrechamente conectados a través de dos ejes principales: Fuego – Agua y Sed – Ardor.

“Hablándote cuando tu cabello se vuelve gris” (págs. 48-49): Este poema es una canción de amor metafórica sobre el afecto familiar. Su estilo es tranquilo pero intenso: “Tú eres la leña y yo soy el fuego… Las papas asadas son fragantes” (pág. 48) evoca un espacio cálido e íntimo, pero también un deseo ardiente. Este poema demuestra la capacidad de Nguyen Duc Hanh para transformar las cosas cotidianas en profundas capas de significado.

“Nacido en el Muelle Tuong” (págs. 72-73): Este poema se conecta con el contexto sociocultural, donde el autor conecta el yo individual con el espacio común. El Muelle Tuong no es solo un topónimo, sino también un símbolo de identidad, donde las personas se definen a través de la memoria y la cultura. La imagen de “El Muelle Tuong me abraza” (pág. 72) es poderosamente evocadora, creando un espacio poético que es a la vez privado y universal.

“Estación Lluviosa” (págs. 32-33): Parte de la sección de comentario social del poema, utiliza la imagen de una “estación destrozada” y “viejos trenes que se buscan eternamente” (pág. 32) para evocar múltiples significados sobre la vida humana, la época y la memoria. Los humanos son como trenes sin billete de vuelta, a la deriva sin fin hacia la estación final del destino. Este poema es un excelente ejemplo de cómo Nguyen Duc Hanh combina nostalgia y filosofía, creando un espacio poético multidimensional.

Cada sección tiene su propio ritmo, pero al leerlas juntas, el lector reconoce la resonancia entre las partes, creando un todo armonioso, como una sinfonía de múltiples movimientos.

3.2. Asociaciones inesperadas y multicapa

La asociación es un punto fuerte en la poesía de Nguyen Duc Hanh: no es ostentosa sino intrínseca, sorprendente y rica en significado.

Su rostro es triste como la luna creciente: sostiene una cesta de pescado, con ganas de freírlo, pero también con lástima (p. 83): Esta singular imagen, mezcla de realismo y surrealismo, transmite una emoción serena pero profunda. Este verso evoca empatía por las cosas sencillas de la vida, a la vez que abre un espacio poético lleno de imágenes evocadoras.

“El río se encoge. La gente suspira. El fuego rojo crepita suavemente” (p. 41): El cambio de sensaciones entre el hombre y la naturaleza, entre el sonido de la cítara y la luz del fuego nocturno, crea un espacio poético a la vez íntimo y místico. Esta asociación no solo es hermosa en su forma, sino que también evoca con fuerza la comunión entre el hombre y el universo.

“La mala poesía se convierte en zorros. La buena poesía se convierte en gallinas” (p. 59): Un juego de palabras humorístico y mordaz, que refleja el escepticismo sobre el valor artístico en el contexto de la poesía contemporánea, donde la verdad y la falsedad se entrelazan. Este verso es un ejemplo de la sutileza con la que Nguyen Duc Hanh usa el lenguaje tanto para crear como para criticar.

Estas asociaciones crean un color único, el elemento “ardiente” dentro del mundo “acuático” de la poesía de Nguyen Duc Hanh, haciendo que su voz poética sea inconfundible y diferente a la de cualquier otra.

3.3. Poemas extraños, bellos y evocadores

El lenguaje de Sed ardiente es rico en imágenes, tanto suaves como sugerentes, que tocan nuevos reinos de imágenes poéticas:

“Ata las canas / La alegre y dorada luz del sol” (p. 49): Esta imagen es a la vez dulce y profunda, y evoca la interacción entre la edad y la alegría de vivir. Este verso es un testimonio de la capacidad del autor para crear imágenes que son a la vez hermosas y filosóficas.

“La poesía es un árbol que bebe lágrimas y permanece verde” (p. 75): Una definición singular de poesía, que enfatiza la perdurabilidad de la poesía en el sufrimiento. Este verso no solo es hermoso en su forma, sino que también abre un espacio de reflexión sobre la naturaleza del arte.

“Las frutas maduras, como soles tímidos, se calientan los labios con una dulzura sobrecogedora” (p. 49): Este verso hermoso, evocador y profundamente humanístico resulta familiar y único, y conmueve profundamente al lector. Esta imagen es un ejemplo de cómo Nguyen Duc Hanh combina emoción y filosofía en su poesía.

4. Aspectos humanísticos en una perspectiva crítica

Nguyen Duc Hanh critica la vida desde una perspectiva tolerante, sin condenar sino con una perspectiva profundamente perspicaz, sin criticar sino ofreciendo perspectivas perspicaces.

“Las palabras susurradas suelen herir profundamente” (págs. 70-71): La inquietante pregunta: “¿En esta tierra/la especie que susurra causa un profundo dolor?/¿La especie que habla alto olvida rápidamente?” (pág. 70) es una observación humana y conmovedora sobre una época de gran inseguridad. Este verso no solo refleja la realidad, sino que también evoca una reflexión sobre el valor de lo silencioso en la vida.

“Soy un tubo de arroz de bambú tostada con torpeza” (págs. 78-79): La imagen metafórica de uno mismo como un tubo de arroz de bambú quemado, pero aún fragante (pág. 78) afirma que, incluso heridos, las personas siguen viviendo para amar y crear. Aunque la forma no sea perfecta, el contenido conserva su fragante valor. Este verso es una autoafirmación profundamente humana, que evoca con fuerza la dignidad humana.

La perspectiva crítica en la poesía de Nguyen Duc Hanh no niega la realidad sino que plantea preguntas profundas, estimulando la reflexión con sus elementos humanísticos.

5. Silencio y corrientes subterráneas en la estructura poética

Un elemento destacado en la poesía de Nguyen Duc Hanh es su construcción del silencio —espacios intencionados— como parte orgánica de la estructura del poema. Su poesía no es ruidosa ni grandilocuente, sino lenta, contenida y rica en pausas, creando un trasfondo cautivador y cautivador.

“Doblo mi tristeza por la mitad / La dejo en el alféizar / Esperando que alguien la recoja…” (p. 62): Una imagen incompleta, un verso aparentemente inacabado, pero es precisamente esta incompletitud la que crea profundidad poética. Este verso es como una pieza musical faltante, que no necesita final, porque la emoción ya está llena desde dentro. Esta técnica confiere a la poesía de Nguyen Duc Hanh un tono contemplativo y una rica fuerza interior.

La estructura de muchos poemas no es lineal, sino fragmentada y entrelazada, a veces como un torrente de reminiscencias, a veces como unas pocas imágenes aisladas que resuenan durante mucho tiempo. Es precisamente la falta de una conclusión definitiva, o la detención deliberada en las "rupturas" lingüísticas, lo que convierte al poema en un espacio abierto para que el lector coconstruya significado.

6. Simbolismo artístico: capas profundas de metáfora

Las imágenes simbólicas de *Sed Ardiente* no son meramente decorativas sino que se convierten en pilares de pensamiento, donde el autor transmite sus emociones, percepciones y filosofía de vida.

Lluvia: La lluvia es un símbolo con significado espiritual y humanístico. Versos como «Choque con la lluvia de cristal: la lluvia se hace añicos» (p. 75) o «¿Quién compartirá la lluvia conmigo?» (p. 59) evocan sentimientos de soledad, tristeza silenciosa y el potencial de purificación espiritual. La lluvia es a la vez las lágrimas del mundo y un signo de renacimiento.

Ríos: Los ríos son símbolos de tiempo y destino. En «El río Da nos abraza a ti y a mí...» (p. 75) o «Cuando estés triste, ve al muelle/Déjate llevar, buscando claridad en medio de las aguas turbias...» (p. 74), el río es un espacio sagrado para que los humanos dialoguen consigo mismos y con el universo. El río se convierte en una metáfora del viaje de la vida de principio a fin.

Árboles: Los árboles son símbolos de vitalidad: resilientes, pacientes y a la vez sutiles. Imágenes como «La poesía es como leña / Ardiendo y luego disolviéndose silenciosamente...» (p. 75) o «Un rebaño de hojas secas danzando juguetonamente en el rocío» (p. 74) expresan una estética popular transmitida a través de una perspectiva moderna. Los árboles son símbolos del proceso creativo artístico: del arduo trabajo a la cristalización, del silencio al resplandor.

7. La poesía como filosofía existencial

"Sed Ardiente" afirma la destreza artística de un autor capaz de combinar con naturalidad poesía y filosofía. La filosofía en la poesía de Nguyen Duc Hanh no reside en la expresión de conceptos, sino en la forma en que sitúa a los seres humanos —llenos de heridas, llenos de preguntas— en medio de la vida.

“¿Quién soy yo en la silenciosa grieta del siglo?” (p. 80): Esta pregunta no necesita respuesta, porque el valor de la poesía reside en su atractivo: hacer que el lector se detenga y se escuche a sí mismo. La poesía de Nguyen Duc Hanh es un espacio para la reflexión filosófica existencial, donde la humanidad se ilumina en fragmentos de tiempo, memoria y realidad.

“De joven, buscaba agua / Ahora, en la vejez, solo tengo sed…” (p. 81): Este verso condensa el recorrido de la vida, desde el anhelo de la juventud hasta el despertar de la vejez. Abre un espacio para la reflexión sobre la naturaleza de la existencia y la aspiración.

Concluir

En cuanto a su contenido, "Sed Ardiente" es un retrato multifacético de la existencia humana, los recuerdos y el anhelo de vivir. Es la poesía de una persona que ha sufrido, vivido y ahora renace. A través de cada verso, el lector se encuentra con imágenes familiares: madre, hermano, pueblo, camino lluvioso, invierno frío... pero reescritas con una mirada contemplativa y un corazón ardiente.

Artísticamente, este poemario establece un estilo único: una potente escritura asociativa, un lenguaje simbólico innovador y una estructura que rompe el flujo de emociones para crear clímax. El uso de imágenes poéticas, la organización de los poemas en forma de trapecio invertido y el cambio de tono entre estrofas son aspectos originales y singulares.

En cuanto a su contribución a la poesía vietnamita contemporánea, Nguyen Duc Hanh no innovó mediante formas o técnicas geométricas, sino que renovó la poesía a través de experiencias vitales y la conexión entre elementos folclóricos y el lenguaje moderno. En el flujo multifacético y complejo de la poesía vietnamita actual, "Sed Ardiente" es una voz profundamente arraigada en la identidad individual, que se integra en la corriente más amplia de la poesía nacional y merece reconocimiento como una profunda contribución artística y humanística.

"Sed Ardiente" no es solo una colección de poemas para leer, sino un viaje para vivir, para reflexionar sobre uno mismo en el oscuro mundo de la humanidad. Deja al lector con la sensación de haber caminado por un campo ardiendo en llamas: hay dolor, calor y luz, pero siempre guiando hacia la vida.

Fuente: https://baothainguyen.vn/van-nghe-thai-nguyen/nghien-cuu---trao-doi/202507/khat-chay-tho-va-ngon-lua-thuc-ngotriet-luan-trong-coi-nguoi-6d52007/


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