Los residentes de la capital de Sudán, Jartum, dijeron que los combates allí habían disminuido el 10 de junio después de que el ejército sudanés y las Fuerzas paramilitares de Apoyo Rápido (RSF) acordaron un alto el fuego de 24 horas.
Sudaneses se reúnen para comprar comida en un mercado de Jartum el 10 de junio. (Fuente: AFP) |
Jartum, la capital de Sudán, se ha sumido en el silencio tras el inicio de un alto el fuego de 24 horas. Hamed Ibrahim, residente del este de Jartum, afirmó que era "la primera vez que pasamos horas sin oír disparos desde que comenzó el conflicto. Hoy es completamente diferente".
En un mercado de Jartum, la gente se apresuró a comprar fruta y otros productos básicos.
“El alto el fuego es una oportunidad para que consigamos algunos suministros de alimentos después de haber estado viviendo con suministros limitados en los últimos días”, dijo Mohamad Radwan, uno de los compradores.
Mientras tanto, el trabajador de autobús Ali Issa dijo que muchas personas estaban aprovechando este momento para abandonar la capital antes de que expire el último alto el fuego a las 6 a.m. del 11 de junio, hora local (1 p.m. del mismo día, hora de Vietnam).
En Darfur Occidental, una de las zonas donde ha estallado el conflicto, no ha habido información sobre el cumplimiento del alto el fuego.
Los combates se han prolongado en Sudán desde mediados de abril, cuando el jefe del ejército, el general Abdel Fattah al-Burhan, y su ex adjunto, el general Mohamed Hamdan Daglo (comandante de las RSF), se enfrentaron.
Desde entonces, se han acordado varios ceses del fuego, que luego se han roto. Estados Unidos impuso sanciones a ambos hombres tras el colapso del último alto el fuego a finales del mes pasado.
Según el Proyecto de Datos de Eventos y Ubicación de Conflictos Armados, una organización sin fines de lucro, alrededor de 1800 personas han muerto desde el inicio de los combates. Mientras tanto, Naciones Unidas afirma que casi 2 millones de personas han sido desplazadas, de las cuales 476 000 han buscado refugio en países vecinos.
Los combates han agotado rápidamente las reservas de alimentos, dinero y otros artículos esenciales. Se han producido saqueos en bancos, embajadas, agencias de ayuda humanitaria e incluso iglesias.
Las agencias de ayuda dicen que no pueden proporcionar asistencia en Jartum debido a la falta de seguridad y de movimiento seguro del personal.
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