Al entrar en el difícil año 2024, la economía mundial aún no se ha recuperado del todo de las fuertes pérdidas provocadas por la pandemia de Covid-19 y los conflictos geopolíticos y geoeconómicos “crónicos” en todo el mundo.
Las oportunidades y los desafíos se entrelazan para crear una imagen multidimensional de la economía mundial en 2024. (Fuente: Economy Middle East) |
El año 2024 marca un período crítico para la economía mundial , ya que los países siguen enfrentándose a importantes desafíos, a la vez que tienen oportunidades para acelerar la recuperación de la pandemia de COVID-19 y crisis económicas anteriores. En un contexto de mayores riesgos geopolíticos, desastres naturales y una serie de conflictos en numerosos focos de tensión que se convierten en obstáculos para el crecimiento, factores como la política monetaria, el comercio internacional y la transición hacia economías verdes y sostenibles crean un panorama multidimensional de la economía mundial.
Tormenta geopolítica y geoeconómica
Se puede observar que la economía mundial en 2024 ha sufrido muchos riesgos debido a los prolongados conflictos en Ucrania, Oriente Medio...; la inestabilidad política en una serie de grandes economías como Alemania, Francia, Corea del Sur...; el auge de las facciones de derecha y populistas tras las elecciones parlamentarias europeas y algunos países del "viejo continente"; el regreso del multimillonario Donald Trump y su política "América Primero", que conlleva el riesgo de una nueva guerra comercial...
El año 2024 también marca un momento en el que la tendencia a la fragmentación del mercado global y de la tecnología se hace más evidente, lo que se refleja en la expansión del bloque BRICS y las sanciones estadounidenses, lo que debilita la cooperación internacional y la eficiencia de las cadenas de suministro globales. Estos acontecimientos plantean nuevos desafíos para la estabilidad y el crecimiento económico mundial.
El ritmo de recuperación económica tras la pandemia ha sido desigual entre países y regiones. El crecimiento económico mundial ha sido moderado, y regiones desarrolladas como Estados Unidos y la Unión Europea siguen enfrentándose a una alta inflación, un aumento del coste de la vida y los efectos persistentes de las medidas de estímulo anteriores. Mientras tanto, las economías en desarrollo, en particular las de Asia y África, han tenido dificultades para recuperarse debido a las interrupciones en las cadenas de suministro, la inestabilidad política, los ajustes de políticas de los principales países y los impactos del cambio climático.
Otro punto destacado en 2024 es que las políticas monetarias de los bancos centrales, especialmente la Reserva Federal de EE. UU. (FED) y el Banco Central Europeo (BCE), siguen teniendo una fuerte influencia en la economía global. En consecuencia, tras haber subido drásticamente los tipos de interés en años anteriores para controlar la inflación, estos bancos centrales se enfrentan a dificultades para mantener políticas monetarias restrictivas en un contexto de economía global que aún no se ha recuperado por completo. Los aumentos elevados de los tipos de interés pueden generar riesgo de recesión o desaceleración del crecimiento, lo que hace que los países sean cautelosos a la hora de mantener esta política.
El actual conflicto entre Rusia y Ucrania tiene profundas implicaciones para la economía mundial. El conflicto no solo afecta a las economías europeas, sino que también interrumpe las cadenas de suministro globales, especialmente en los sectores energético, agrícola y metalúrgico. Europa trabaja para diversificar sus fuentes de energía e incrementar la inversión en energías renovables para reducir su dependencia de Rusia.
Además, la fricción entre grandes economías como EE. UU., China, la Unión Europea, etc., sigue siendo tensa, especialmente en los sectores de la alta tecnología, los semiconductores y las finanzas. Esto no solo aumenta la inestabilidad del comercio internacional, sino que también obliga a los países a reajustar sus estrategias de desarrollo económico e inversión.
Finalmente, el cambio climático sigue siendo un desafío importante para la economía mundial. En 2024, los países se enfrentaron a fuertes impactos de desastres naturales y crisis climáticas, lo que requirió la rápida implementación de medidas de reducción de emisiones. Esto exige que los gobiernos y las empresas inviertan más en tecnologías y políticas de protección ambiental y se preparen para los impactos socioeconómicos del cambio climático.
Salto adelante 2025
El informe periódico de diciembre de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) pronostica un crecimiento mundial del 3,1 % para 2024, ligeramente inferior al del año pasado. Según el informe, la inflación seguirá disminuyendo, hasta el 4,6 %, y alcanzará el 3,5 % en 2025. El Fondo Monetario Internacional (FMI) prevé un crecimiento del 3,2 %. Asimismo, las Naciones Unidas, el BAD y Fitch Ratings presentan cifras optimistas.
El punto brillante de la economía mundial en 2024 es la fuerte recuperación del comercio internacional, que aumentó más del 7 %. Según las previsiones de Bloomberg, el comercio mundial alcanzará un récord de 33 billones de dólares, un aumento de 1 billón de dólares (equivalente al 4,3 %) en comparación con 2023 y un máximo histórico. Sin embargo, el entorno comercial mundial podría cambiar pronto, e incluso el riesgo de una guerra comercial es inminente cuando el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, asuma el cargo el próximo mes, junto con los riesgos derivados de las tensiones geopolíticas en muchos lugares del mundo.
Una de las tendencias más destacadas en 2024 es la transición hacia una economía verde y sostenible. La tecnología sigue desempeñando un papel fundamental en la transformación de la economía global. Este cambio no solo se relaciona con la reducción de las emisiones de carbono y el desarrollo de tecnologías limpias, sino también con la transición en otras áreas, desde las energías renovables, el transporte limpio y la agricultura sostenible.
La revolución digital, con el desarrollo de la inteligencia artificial (IA), la cadena de bloques (blockchain) y las nuevas tecnologías, está creando grandes oportunidades para que empresas y países desarrollen nuevos productos y servicios, y creen modelos de negocio innovadores. Sin embargo, la IA también está cambiando nuestra forma de trabajar y producir, y se prevé que impulse las economías.
De cara al 2025, los analistas siguen pronosticando un panorama complejo con numerosos desafíos y oportunidades entrelazados, pero que aún depende de factores económicos, políticos y sociales en curso. Por consiguiente, los expertos creen que los países que son flexibles al ajustar sus estrategias, aprovechando las oportunidades emergentes, como la inteligencia artificial, junto con reformas políticas para promover la innovación y la sostenibilidad, pueden ayudar a minimizar los riesgos y garantizar un crecimiento sostenible en un mundo que se prevé con un desarrollo complejo. El fortalecimiento de la cooperación internacional, la promoción del libre comercio y la multilateralización, junto con políticas económicas flexibles y adaptables, se consideran la clave para superar los desafíos y avanzar hacia un futuro económico más estable y sostenible.
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Fuente: https://baoquocte.vn/kinh-te-the-gioi-2024-vuot-ngan-chong-gai-297939.html
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