
Los síntomas iniciales suelen ser ardor y entumecimiento en un lado de la cara o en la zona del oído. Posteriormente, pueden aparecer ampollas en el conducto auditivo externo, el lóbulo de la oreja, la boca o la lengua. A los pocos días, comienzan a manifestarse los síntomas de parálisis facial: tortícolis, dificultad para fruncir el ceño, dificultad para cerrar los ojos, alteraciones del gusto, dificultad para masticar y babeo. Si el nervio craneal VIII también está afectado, el paciente puede presentar mareos, acúfenos y pérdida de audición.
Si no se trata a tiempo, la parálisis facial causada por el herpes zóster puede dejar secuelas permanentes, afectando gravemente la calidad de vida y la capacidad de comunicación. Por lo tanto, el tratamiento precoz, especialmente dentro de las primeras 72 horas, es fundamental. El régimen suele combinar antivirales, corticosteroides, analgésicos y cuidados locales de la piel afectada. Para los pacientes con sequedad ocular, se requieren lágrimas artificiales, pomada oftálmica y protección corneal. Durante la recuperación, los ejercicios de fisioterapia, la acupuntura y una combinación de medicina oriental y occidental pueden ayudar a mejorar la función motora facial.
La enfermedad es completamente prevenible con la vacuna contra el herpes zóster. Actualmente existen dos tipos de vacunas: una vacuna de virus vivos atenuados y una vacuna recombinante inactivada, recomendadas para personas mayores de 50 años o adultos con alto riesgo. Además, un estilo de vida saludable, una nutrición adecuada, un sueño reparador y el manejo del estrés son factores importantes para prevenir la enfermedad.
Si usted o un ser querido presenta ampollas en la oreja o la cara, dolor de cabeza pulsátil o parálisis facial repentina, no lo ignore. Acuda a un dermatólogo o neurólogo para obtener un diagnóstico y tratamiento oportunos y minimizar las complicaciones a largo plazo.
Fuente: https://baolaocai.vn/liet-mat-do-zona-bien-chung-khong-the-xem-nhe-post878825.html






Kommentar (0)