Envejecimiento de la piel
La falta de sueño es la principal causa del envejecimiento cutáneo. Las investigaciones demuestran que las personas con mala calidad de sueño o con sueño insuficiente presentan numerosos signos de envejecimiento cutáneo, como arrugas, patas de gallo, piel opaca, ojeras, enrojecimiento, hinchazón y flacidez en las comisuras de los labios.
Una investigación realizada por científicos en Estocolmo, Suecia, también muestra que las personas que no duermen lo suficiente están menos satisfechas con su apariencia que aquellos que duermen lo suficiente.
Acumulación de grasa visceral
La falta de sueño altera las hormonas, aumentando la acumulación de grasa visceral. Cuando no se duerme lo suficiente, la hormona leptina, que regula el hambre, aumenta y la hormona de la saciedad, grelina, disminuye, lo que provoca un deseo constante de comer. Consumir demasiadas calorías provoca aumento de peso y aumenta la acumulación de grasa visceral.
La falta de sueño provoca fatiga, provoca pereza para hacer ejercicio y provoca que se acumule grasa en el abdomen.
Pérdida de cabello
Los trastornos del sueño provocan la caída del cabello. Cuando no duermes lo suficiente, tu cuerpo produce más cortisol, una hormona del estrés que provoca un suministro insuficiente de sangre y oxígeno al cuero cabelludo, lo que debilita los folículos pilosos y provoca una caída excesiva del cabello, lo que deriva en calvicie.
Depresión
Hoy en día, el insomnio parece haberse convertido en la "enfermedad del siglo". Según estudios, una de cada tres personas tiene problemas para dormir al día. Al no poder dormir, se ven prácticamente inmersas en pensamientos negativos y estrés, y esos problemas se repiten una y otra vez en sus cabezas.
Si no puedes deshacerte de esos pensamientos, tu estado de ánimo definitivamente no mejorará. Esta es también la primera razón por la que te deprimes.
Atrofia muscular
La falta crónica de sueño altera el metabolismo y provoca pérdida de masa muscular. La falta de sueño reduce la tasa de síntesis de proteínas. Con el tiempo, esta afección puede provocar atrofia muscular en brazos y piernas.
Además de los problemas que se producen en el organismo, la falta de sueño a largo plazo también reduce la inmunidad, aumenta el riesgo de gripe, hipertensión arterial, diabetes, problemas cardiovasculares, aumenta el riesgo de depresión y muchas otras enfermedades crónicas.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), los adultos necesitan dormir 8 horas por noche para estar sanos.
Aumenta una serie de otros riesgos para la salud.
Un estudio reveló que la falta de sueño está relacionada con un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares. Además, dormir lo suficiente ayuda a mantener el sistema inmunitario. Las personas que duermen menos de 7 horas por noche tienen casi tres veces más probabilidades de resfriarse que quienes duermen lo suficiente.
Dado que los problemas de sueño son más comunes en las mujeres, puede haber factores de riesgo específicos en este grupo. El ciclo menstrual, el embarazo y la menopausia pueden afectar la calidad del sueño de las mujeres.
Cómo lidiar con la falta de sueño
Una siesta corta al mediodía puede ayudarte a compensar la pérdida de sueño a corto plazo y a sentirte más alerta. Si no te gusta dormir la siesta, prueba a meditar para dormir mejor. También puedes recuperar el sueño perdido los fines de semana.
Cada persona tiene necesidades de sueño diferentes. Vale la pena investigar y experimentar para ver qué funciona mejor para ti. Llevar un diario de sueño puede ayudarte a comprender mejor tus hábitos de sueño. A veces, dormir bien es tan sencillo como mantener una rutina constante para ir a dormir.
Por la noche, evita mirar la pantalla del teléfono antes de acostarte, practica la relajación o la atención plena para relajarte y trata de no comer demasiado tarde, sobre todo dulces. Durante el día, puedes hacer ejercicio y limitar la cafeína al final de la tarde.
Además, no olvide que los factores ambientales interiores como el ruido, la temperatura, la luz y la calidad del aire pueden afectar la calidad del sueño.
Puedes instalar cortinas opacas, añadir alfombras y cortinas, ya que los materiales suaves absorben el sonido y ayudan a reducir el eco en el espacio. Algunos estudios demuestran que la forma, el tamaño y la calidad de las almohadas pueden afectar el sueño.
Cambia tu ropa de cama, invierte en una mejor almohada que se adapte a tu tipo de cuerpo o posición favorita para dormir.
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Fuente: https://kinhtedothi.vn/moi-dem-ngu-it-hon-6-gio-co-gay-hai-cho-suc-khoe.html
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