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MU ahora es para disfrutar

Tras un año tormentoso, Ruben Amorim finalmente encontró la luz en el Manchester United, donde aprendió a sonreír en medio de la crisis y sembró la esperanza de un verdadero camino de regeneración.

ZNewsZNews01/11/2025

MU se recuperó gradualmente.

Ruben Amorim llegó a Old Trafford el 1 de noviembre de 2024, trayendo consigo una filosofía diferente, basada en el 3-4-2-1, y la sonrisa de quien sabía que se avecinaba una tormenta. Un año después, esa sonrisa sigue ahí. No porque las cosas hayan ido sobre ruedas, sino porque ha optado por vivir con ligereza en medio de la mayor presión del fútbol mundial .

¿Cómo cambió Amorim a MU?

Desde el principio, la afición del Manchester United se mostró escéptica. El equipo perdía estrepitosamente, el sistema táctico era desconocido y los jugadores estaban confundidos. Muchos pensaban que Amorim solo hablaba por hablar. Pero cuando dijo «Se avecina una tormenta», no se quejaba, sino que se preparaba para el cambio. Sabía que las tormentas eran parte esencial del proceso de transformación. Y ahora, un año después, el panorama en Old Trafford es distinto.

Amorim no es el típico entrenador severo como Sir Alex Ferguson. Le gusta reírse, incluso cuando pierde. Cuando sonó su teléfono durante una rueda de prensa en Kuala Lumpur (Malasia) antes de un partido amistoso en mayo, se echó a reír.

Cuando le preguntaron si el Papa se atrevería a cambiar la formación, se rió. Incluso en los peores momentos, el pasado diciembre, sonrió y dijo: «La tormenta llegará». Aquella sonrisa no era fingida; era su forma de sobrellevar la crisis.

Amorim valora más a las personas que a las tácticas. No levanta barreras entre él y sus jugadores. Asistió a la fiesta de cumpleaños de Patrick Dorgu, firmó cientos de autógrafos bajo la lluvia y pidió a los jugadores que saludaran a los aficionados a su llegada al estadio. En Old Trafford, los apretones de manos y las sonrisas de Amorim transformaron la atmósfera sombría que había reinado durante muchos años tras la era de Ole Gunnar Solskjaer.

MU anh 1

Ruben Amorim está reviviendo gradualmente a MU.

La forma en que Amorim vivía era también su forma de entrenar: meticuloso, claro y directo. En el primer entrenamiento, Amorim se detuvo a corregir cada paso de Kobbie Mainoo, cada ángulo de su apertura. Creó situaciones simuladas para que los jugadores comprendieran las posiciones y los movimientos de su esquema. Lo preparó todo al detalle y, poco a poco, el Manchester United empezó a entender lo que quería.

Todo es diferente

Hace un año, el Amorim se enfrentaba a unas estadísticas desalentadoras: 21 derrotas, justo por encima del Tottenham en puestos de descenso. Pero desde octubre, todo cambió. Tres victorias consecutivas llevaron al club a lo más alto de la tabla. Por primera vez en cuatro años, fueron segundos en la Premier League, aunque solo fuera por unas horas. Para la afición, fue una señal de esperanza. Para el Amorim, fue el resultado de la paciencia.

Amorim no habla de campeonatos ni pinta un panorama optimista del futuro. «Las cosas pueden cambiar», dice Amorim, «pero no cambiaré mi forma de vivir». La afirmación es sencilla, pero refleja la entereza de un entrenador que una vez se sentó frente a una hoja de cálculo de Excel con su esposa, calculando si tendría suficiente dinero para mantener a sus hijos después de que una lesión lo obligara a retirarse. Un hombre que ha vivido esa época ya no le teme al fracaso.

Amorim no solo está construyendo el equipo, sino que está reconstruyendo la cultura del Manchester United, un valor que se perdió tras la marcha de Sir Alex. Amorim no necesita poder para ser respetado. Utiliza la amabilidad y la responsabilidad para generar confianza. Cuando pierde, acompaña a los jugadores a la grada. Cuando gana, se retira para que sus pupilos disfruten de la victoria. «Muy amable, muy sincero», comentó alguien del club sobre él.

MU anh 2

En sus inicios, Rubén Amorim se enfrentó a muchas dificultades.

Antes se criticaba a Amorim por actuar únicamente en las ruedas de prensa. Pero, en realidad, era lo que más odiaba. Amorim no se preparaba, no escribía sus discursos. Todas sus declaraciones eran pura improvisación. En los entrenamientos, era serio hasta la frialdad, pero fuera del campo, era el primero en sonreír, el primero en dar la mano. Esa personalidad tan contrastante lo convertía en una persona compleja, pero auténtica.

Las derrotas como las sufridas contra Grimsby y Brentford aún ocurren, pero son la excepción. Con un calendario más espaciado, los entrenamientos de Amorim son más efectivos. Los jugadores comprenden sus roles, el sistema funciona con mayor fluidez y, lo más importante, la moral del equipo se ha recuperado.

Sir Jim Ratcliffe dijo en una ocasión que le llevaría tres años reconstruir el Manchester United. Si ese es el plazo, entonces Amorim va por buen camino. Tras un año, ha superado lo más difícil: no perder la fe en sí mismo.

«Hubo momentos en que me pregunté si este lugar no era para mí», dijo Amorim. «Pero hoy, sé con certeza que fue la mejor decisión de mi vida. Quiero quedarme aquí».

Un año después, Amorim no convirtió al Manchester United en el equipo más fuerte, pero les devolvió algo más importante: la esperanza. Y en Old Trafford, tras tantas noches oscuras, la esperanza es lo más preciado.

¡Para Manchester, ahora es el momento de disfrutarlos!

Fuente: https://znews.vn/mu-gio-la-de-thuong-thuc-post1598913.html


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