El conflicto en Ucrania ha cambiado las cosas drásticamente y ha generado un nuevo foco de esperanza para la OTAN. Por lo tanto, el proceso de búsqueda de un nuevo Secretario General de la OTAN en este período requiere considerar diversos factores, ya que cualquier decisión de la alianza debe tomarse con suma cautela.
Los candidatos con mayor potencial
Según Reuters, con el tiempo en su contra, la carrera por la secretaría general de la OTAN se intensifica. Se ha especulado sobre posibles candidatos para reemplazar al Sr. Stoltenberg.
El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, en un viaje de trabajo a Alemania el 21 de abril.
Durante un viaje a Alemania la semana pasada, el secretario de Defensa británico, Ben Wallace, expresó su interés en convertirse en el próximo líder de la OTAN y dijo que "le encantaría el puesto", según The Telegraph.
El señor Wallace declaró a la agencia de noticias alemana DPA que ser secretario general de la alianza transatlántica "sería un gran trabajo", pero que "no sería mi decisión".
Además, algunos miembros de la OTAN desean que la alianza tenga su primera secretaria general, mientras que otros prefieren que el cargo lo ocupe un exjefe de Estado para garantizar la máxima influencia política de la OTAN. También hay quienes opinan que el líder de la OTAN debería ser alguien de un Estado miembro de la Unión Europea (UE) para fortalecer la relación entre ambas alianzas.
Por lo tanto, la primera ministra danesa, Mette Frederiksen, se perfila como una candidata fuerte, ya que cumple con los tres criterios. Diplomáticos de la OTAN afirman que están considerando seriamente respaldar a Frederiksen, aunque ella ha manifestado no estar interesada en el cargo.
Las especulaciones sobre la posible llegada de la Sra. Frederiksen al liderazgo de la OTAN se intensificaron después de que la Casa Blanca confirmara su reunión con el presidente estadounidense Joe Biden a principios de junio. Si bien el cargo de secretario general de la OTAN tradicionalmente recae en un europeo, cualquier candidato con posibilidades reales necesitaría el respaldo de Washington, la principal potencia de la alianza.
La primera ministra danesa, Mette Frederiksen, habla en su oficina en Copenhague, marzo de 2020.
De ser elegida, la Sra. Frederiksen sería la tercera líder consecutiva de la OTAN procedente de un país nórdico. Sin embargo, tendría que renunciar a su cargo como primera ministra de Noruega, lo que, según analistas políticos, pondría a su frágil gobierno al borde del colapso.
Sin embargo, una fuente cercana al asunto indicó que la administración Biden aún no ha definido a ningún candidato y que se están llevando a cabo intensos debates entre sus principales asesores. El Departamento de Estado afirmó que era demasiado pronto para especular sobre a quién apoyaría Washington.
Otras posibilidades
Según Reuters, la primera ministra de Estonia, Kaja Kallas, la presidenta de la Comisión Europea (CE), Ursula von der Leyen (de Alemania), y la viceprimera ministra de Canadá, Chrystia Freeland, también fueron mencionadas en conversaciones entre diplomáticos y la prensa.
Sin embargo, los diplomáticos afirman que, en comparación con otros miembros de la OTAN, la postura de la Sra. Kallas es demasiado intransigente con Rusia. Ser demasiado dura con Rusia supondría un gran desafío para la OTAN en un momento en que la alianza debe garantizar el apoyo de sus aliados a Ucrania, evitando al mismo tiempo cualquier escalada que pudiera arrastrar a la OTAN a una guerra directa con Rusia.
Mientras tanto, Alemania desea que la Sra. von der Leyen continúe al frente de la Comisión Europea. La Sra. Freeland se enfrenta a importantes obstáculos por no ser europea y provenir de un país considerado lento en gasto en defensa.
Entre los nombres que se barajan figuran los del primer ministro neerlandés Mark Rutte y el presidente del Gobierno español Pedro Sánchez. Sin embargo, Rutte ha manifestado su rechazo al cargo, mientras que Sánchez está centrado en la campaña electoral que se celebrará a finales de este año.
Los países de la OTAN suelen decidir quién será el secretario general en reuniones a puerta cerrada. Sin embargo, la decisión no es unánime y se toma principalmente mediante consultas entre líderes y diplomáticos. Dichas consultas continuarán hasta que todos los miembros de la OTAN consideren que se ha alcanzado un consenso.
Si la OTAN no logra ponerse de acuerdo sobre ningún candidato, es probable que el mandato del Sr. Stoltenberg se prorrogue nuevamente, al menos hasta otra cumbre de la OTAN en 2024. Sin embargo, el Sr. Stoltenberg ha dicho que no quiere quedarse más tiempo.
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