El arte de dirigir la construcción de una base sólida

Antes de llevar a cabo el levantamiento general, nuestro Partido abogó por la construcción y consolidación de bases revolucionarias: lugares para establecer organismos de mando, entrenar cuadros, movilizar a las masas y preparar las fuerzas. Entre ellas, la base de Viet Bac es el ejemplo más representativo, considerada la cuna de la revolución armada. Ya en 1941, el líder Nguyen Ai Quoc eligió Pac Bo (Cao Bang) como base de operaciones. Desde allí, el movimiento se extendió a las provincias del centro del país y al Delta del Norte. Las bases de Bac Son-Vo Nhai, Trang Xa, Dinh Hoa... desempeñaron un papel fundamental en la organización y dirección de la revolución. El arte de construir bases se refleja en la elección de terrenos accidentados pero cercanos a la población, la organización del pueblo para el autogobierno, la construcción de un gobierno revolucionario rudimentario y el desarrollo simultáneo de la política , el ejército y la logística sobre el terreno. Fue desde estas bases que se emitió la orden de levantamiento general, abriendo el camino para un levantamiento nacional.

Ejecución de la orden del Levantamiento General durante la Revolución de Agosto de 1945 en Hanói . Fotografía documental.

El arte de construir y desarrollar fuerzas

Junto con la base, el desarrollo de fuerzas revolucionarias es una tarea vital. El Partido ha demostrado visión estratégica y una gran capacidad organizativa en la construcción de fuerzas políticas y armadas. En el ámbito político, se desarrollaron extensamente organizaciones de salvación nacional (juventud, mujeres, campesinos, etc.), que sirvieron de apoyo al movimiento. En el ámbito armado, el Partido creó equipos de autodefensa nacional, que luego se convirtieron en guerrillas, y posteriormente estableció fuerzas regulares como el Ejército de Liberación de Propaganda de Vietnam. El arte de desarrollar fuerzas no solo consiste en aumentar la cantidad, sino también en mejorar la calidad de la ideología y la organización. En particular, todas las fuerzas se forman en el corazón del pueblo, se apoyan en el pueblo y están vinculadas a él, creando así una fuerza sólida y formidable.

El arte de aprovechar la oportunidad para rebelarse

Una de las características más destacadas de la Revolución de Agosto de 1945 fue la habilidad para aprovechar las oportunidades revolucionarias. Tras la rendición de los fascistas japoneses ante los Aliados (15 de agosto de 1945), la situación política en Vietnam cayó en un estado de vacío de poder. El gobierno pro-japonés de Indochina se derrumbó, el ejército japonés esperaba para desarmarse y los Aliados aún no habían entrado. Ante esta situación, el Comité Central del Partido y el Presidente Ho Chi Minh evaluaron rápidamente que se había presentado una oportunidad y decidieron lanzar un levantamiento general a nivel nacional. Aprovechar esta oportunidad de oro demostró el liderazgo agudo, sensible y decisivo del Partido. Eran plenamente conscientes de que, de demorarse, las fuerzas reaccionarias o los Aliados podrían intervenir, afectando la situación revolucionaria. Esto constituye una clara demostración de la capacidad para comprender la situación, saber elegir el momento oportuno, aprovechar el momento clave y tomar decisiones a tiempo.

El arte de dirigir levantamientos de forma gradual, flexible y creativa.

La Revolución de Agosto de 1945 no se desarrolló de forma simultánea, sino por partes, con flexibilidad, adaptándose a las condiciones específicas de cada localidad. Esta es una característica singular del arte de dirigir la revolución. Las ciudades con movimientos fuertes y masas preparadas se alzaron pronto y tomaron el poder rápidamente, como Hanói, Hue y Saigón. En las ciudades con dificultades, se llevaron a cabo labores de propaganda, movilización y reorganización de fuerzas, esperando el momento oportuno. Este enfoque garantizó la creatividad en el levantamiento sin perder la sincronización en todo el país. El Partido había realizado preparativos a largo plazo, construyendo bases como Viet Bac, organizando el frente del Viet Minh, desarrollando fuerzas armadas de autodefensa y llevando a cabo actividades de lucha paramilitar en numerosos lugares. «Ablandar» el aparato de lacayos del enemigo antes del levantamiento general fue el arte de dirigir la preparación para la revolución.

El arte de combinar la lucha política con la lucha armada

Una de las características creativas y únicas de la Revolución de Agosto de 1945 fue la armoniosa y eficaz combinación de la lucha política y la lucha armada. Las masas desempeñaron un papel fundamental en la parálisis del antiguo aparato gobernante mediante manifestaciones, mítines, marchas y la ocupación de oficinas, obligando al régimen títere a ceder el poder. Las fuerzas armadas solo intervinieron en momentos clave para apoyar, proteger o tomar organismos fundamentales, generando cambios rápidos sin causar grandes pérdidas. Un ejemplo paradigmático fue el levantamiento de Hanói el 19 de agosto de 1945, cuando decenas de miles de personas salieron a las calles para ocupar organismos clave, en el que las fuerzas armadas, si bien desempeñaron un papel de apoyo, resultaron decisivas en los momentos finales. Este es el arte de «aprovechar el poder de las masas como fuerza principal», combinando la lucha política con la lucha armada para alcanzar el máximo beneficio con las mínimas pérdidas, lo cual constituye un hito histórico.

El arte de potenciar la fuerza de las personas

Nuestro Partido ha movilizado y organizado hábilmente el gran bloque de unidad nacional, requisito indispensable para el triunfo del levantamiento. El Frente Viet Minh es una amplia herramienta política que atrae a todas las clases sociales: campesinos, obreros, intelectuales, comerciantes, jóvenes, mujeres, minorías étnicas... Cada persona se convierte en un soldado revolucionario, participando en el levantamiento a su manera: saliendo a las calles a protestar, informando, protegiendo a los cuadros, garantizando la logística... Desde las zonas urbanas hasta las rurales, desde las montañosas hasta las llanuras, toda la nación se alza para actuar por un objetivo común. El arte de movilizar, organizar y unir a todo el pueblo no se limita a los días previos al levantamiento, sino que es el resultado de un largo proceso de movimiento revolucionario, desde la lucha nacional y la lucha de clases hasta el movimiento antijaponés y de salvación nacional. Gracias a ello, cuando llega la oportunidad, el pueblo está preparado, decidido y actúa unido bajo la dirección del Partido.

DAO VAN DE

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    Fuente: https://www.qdnd.vn/80-nam-cach-mang-thang-tam-va-quoc-khanh-2-9/nghe-thuat-to-chuc-khoi-nghia-trong-cach-mang-thang-tam-838820