La carrera de Fati se está desvaneciendo. |
En 2019, todo el Camp Nou se puso de pie, asombrado, cuando un chico de 16 años, con rostro aún joven, marcó su primer gol con la camiseta blaugrana. Ese fue el momento en que Ansu Fati entró en la historia del Barcelona, convirtiéndose en el jugador más joven en marcar con el equipo catalán en el siglo XXI. El Barcelona había encontrado al sucesor de Messi; al menos, eso era lo que se creía.
La dura realidad
Pero el fútbol moderno no es un cuento de hadas. Cinco años después, Fati lucha por reencontrarse. De la estrella más brillante de La Masia a un rompecabezas, el Barcelona se enfrenta a la dura realidad de desarrollar jóvenes talentos.
La pesadilla comenzó en noviembre de 2020. Una rotura del ligamento cruzado anterior de la rodilla, una lesión de pesadilla para cualquier futbolista. En un instante, la trayectoria de su carrera cambió por completo. Luego llegaron los días oscuros: cuatro cirugías, meses de recuperación y, lo peor de todo, la impaciencia de una organización conocida por su presión por ganar.
La gestión del Barcelona de la recuperación de Fati plantea muchas preguntas. ¿Entendió realmente el equipo médico su estado? ¿La presión financiera y las expectativas obligaron tanto al club como al jugador a tomar atajos? Viendo cómo el Barcelona exprimió a Pedri hasta el punto de que colapsó por exceso de trabajo, la afición no puede evitar cuestionar la capacidad del club para gestionar jóvenes talentos.
A Fati le resultará complicado seguir en el Barcelona una vez finalizada la temporada 2024/25. |
Se suponía que la temporada 2023/24 sería una oportunidad para que Fati resurgiera. En lugar de competir con intensidad en el Camp Nou, fue cedido al Brighton, un entorno con menos presión bajo la dirección de Roberto De Zerbi. ¿El resultado? 19 partidos, 2 goles y críticas imprecisas. No tan mal como para merecer críticas, pero tampoco tan bueno como para justificar su regreso.
En invierno, cuando surgió la oportunidad de fichar por la Real Sociedad, Fati decidió quedarse en el Brighton. Fue una decisión moralmente respetable, pero estratégicamente desacertada. A sus 21 años, cada temporada sin minutos de juego regulares significaba perder una ya de por sí escasa oportunidad de desarrollo.
Ahora, de vuelta en el Barcelona con Hansi Flick, Fati se enfrenta a un muro casi impenetrable. Robert Lewandowski sigue siendo el delantero titular. La banda izquierda está dominada por Raphinha y Ferran Torres. Incluso Lamine Yamal, una versión más joven y en mejor forma del propio Fati, ha ocupado la banda derecha. ¿Dónde está el sitio de Fati?
Jorge Mendes, el agente más poderoso del fútbol, busca una salida para su cliente. No es solo el trabajo de un agente, sino también un intento de rescatar un talento en decadencia. A sus 21 años, Fati aún tiene toda su carrera por delante, pero cada temporada que pasa en vano es una temporada perdida.
Una lección cara para el Barcelona
El Barcelona también debe ser honesto consigo mismo. Retener a Fati ya no es un acto humanitario ni estratégico, sino una pérdida de recursos y tiempo para ambas partes. Con un salario elevado en un contexto económico complicado, Fati se ha convertido en una carga que el equipo no puede soportar por mucho tiempo.
Ansu Fati fue en su día la encarnación de La Masia, la cantera más prestigiosa del mundo . |
En retrospectiva, la afición no puede evitar sentir lástima por un talento que se esperaba que se convirtiera en el nuevo símbolo del Barcelona. 8 goles en su primera temporada, el récord del jugador más joven en marcar en la Champions League y jugadas técnicas que entusiasmaron a los espectadores. Ansu Fati fue en su día la personificación de La Masia, la cantera más prestigiosa del mundo. Pero cuando llegaron las lesiones, el Barcelona no tenía un plan B, ni un plan de desarrollo a largo plazo, y lo más importante, ni paciencia.
La historia de Fati es una advertencia para todos los equipos sobre cómo desarrollar jóvenes talentos. El talento necesita ser nutrido con paciencia, protegido con un plan científico y madurado mediante retos que estén a su alcance. El Barcelona fracasó no solo con Fati, sino también con muchos otros talentos cuando depositó demasiadas expectativas demasiado pronto y se rindió rápidamente ante las dificultades.
Ahora, cuando probablemente se rinda el último aplauso en Montjuïc a Fati, no solo será una triste despedida, sino también un recordatorio de que el talento no sirve de nada si no se gestiona adecuadamente. El Barcelona debe analizar este fracaso y reformar su política de desarrollo de talento, no solo para evitar que se repita la tragedia de Ansu Fati, sino también para proteger el futuro de Lamine Yamal, Gavi o Cubarsi.
Ansu Fati, de prodigio a lastre, es una costosa lección para el Barcelona. La pregunta ahora es: ¿Son lo suficientemente sabios como para aprender de ello?
Fuente: https://znews.vn/nhung-ngay-dau-kho-cua-ansu-fati-post1553833.html
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