En consecuencia, la soberanía sobre el archipiélago pertenece a Mauricio, poniendo fin a casi 60 años de ocupación británica. El archipiélago perteneció originalmente a Mauricio, pero Gran Bretaña no se lo devolvió en la década de 1960 antes de verse obligada a concederle la independencia. Gran Bretaña lo convirtió en una gigantesca base militar y arrendó Diego García, en el archipiélago, a Estados Unidos como base militar. Estas bases militares son de gran importancia estratégica para Estados Unidos y el Reino Unido. Mauricio recuperó la soberanía sobre el archipiélago, pero tuvo que aceptar arrendar la base militar Diego García a Estados Unidos por 99 años.
Fotografía aérea del archipiélago de Chagos
Para Mauricio, la restauración de la soberanía sobre las islas es una prioridad absoluta. El acuerdo permite el retorno de los pueblos indígenas expulsados de las islas por el dominio colonial británico en las décadas de 1960 y 1970, así como disposiciones sobre la responsabilidad financiera de Gran Bretaña por las islas. Por lo tanto, representa una importante victoria política y jurídica para Mauricio.
El acuerdo también beneficia a Estados Unidos porque no pierde nada y aún mantiene una base militar en Diego García.
Para Gran Bretaña, el gran riesgo de devolver la soberanía sobre las Islas Chago a Mauricio es que sentará un precedente para otros territorios cuya soberanía Gran Bretaña disputa actualmente con varios países del mundo. Gran Bretaña tuvo que tomar tal decisión en el caso de las Islas Chago porque solo así podría salvar su reputación internacional tras haber sido desfavorable en los fallos tanto de la Asamblea General de la ONU como del Tribunal de Justicia de la ONU por ocupar ilegalmente las islas y expulsar a sus pueblos indígenas. El acuerdo ayuda a Gran Bretaña a crear una nueva imagen en el mundo, mediante la cual Estados Unidos continúa explotando militarmente las islas.
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Fuente: https://thanhnien.vn/nuoc-anh-buong-bo-de-vot-vat-18524100721180756.htm






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