El cohete Ouroborous-3 puede quemar su cuerpo de HDPE, lo que ayuda a reponer combustible para la misión y reducir los desechos espaciales.
Prototipo de cohete autoinflamable. Vídeo : Universidad de Glasgow
Un equipo de la Universidad de Glasgow desarrolló un cohete que se autoincinera y lo probó en la Base Aérea Machrihanish, en el Reino Unido. La investigación se presentó en el Foro de Ciencia y Tecnología de la AIAA en Orlando, Florida, EE. UU., el 10 de enero.
En las siete décadas transcurridas desde que los humanos lanzaron satélites, el espacio alrededor de la Tierra se ha llenado de basura espacial. Estos desechos, que se desplazan rápidamente, representan una gran amenaza para satélites, naves espaciales y astronautas. Si bien muchos grupos han desarrollado métodos para eliminar la basura espacial, un equipo dirigido por el profesor Patrick Harkness, de la Universidad de Glasgow, ha desarrollado un cohete que utiliza su propio cuerpo como combustible, eliminando así la necesidad de lanzar piezas al espacio.
El equipo de Harkness colaboró con investigadores de la Universidad Nacional de Dniéper en Ucrania y probó el cohete autófago (un cohete que se "come" a sí mismo). El concepto del cohete autófago se introdujo y patentó en 1938. Los cohetes tradicionales suelen seguir llevando tanques de combustible vacíos e inservibles, pero el cohete autófago puede usarlos para alimentar la misión. Esta capacidad permite al cohete transportar más carga al espacio que los cohetes tradicionales, lo que facilita el lanzamiento de múltiples nanosatélites a la vez en lugar de esperar y dividirlos en varios lanzamientos.
El equipo de Harkness denomina a su motor cohete autofágico Ouroborous-3 y utiliza tubos de polietileno de alta densidad (HDPE) como combustible complementario para quemar junto con los propulsores principales: propano líquido y oxígeno gaseoso. El calor residual de la combustión del combustible principal funde el plástico y lo envía a la cámara de combustión junto con el combustible principal.
El prototipo del cohete se probó por primera vez en 2018. Pero, en colaboración con la Universidad de Kingston, el equipo ha demostrado ahora que es posible utilizar un propulsor líquido más potente y que el tubo de plástico puede soportar las fuerzas necesarias para introducirlo en el motor del cohete.
Durante las pruebas en la base aérea de Machrihanish, el Ouroborous-3 generó 100 Newtons de empuje. El prototipo también demostró una combustión estable y el fuselaje proporcionó una quinta parte del combustible total requerido. Este es un paso crucial en el desarrollo de un motor cohete práctico.
Thu Thao (Según Interesting Engineering )
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