
El misil de crucero SOM-J, un producto "Made in Türkiye" de las talentosas manos de TÜBİTAK SAGE y Roketsan, representa un salto cuántico en la tecnología de armas antibuque.

Con su diseño compacto y modular, el misil SOM-J está optimizado para ser transportado en plataformas de aviación modernas como el F-16, F-35 o incluso aviones de combate no tripulados (UCAV) , lo que le da a la fuerza aérea turca más flexibilidad que nunca en misiones de ataque de largo alcance.

Con una longitud de sólo 3,9 metros y un peso de lanzamiento de unos 540 kg, el misil SOM-J se puede integrar fácilmente bajo el ala o en el compartimento del avión, minimizando la carga sobre el avión y al mismo tiempo garantizando un terrible poder destructivo.

En términos de especificaciones técnicas, el misil SOM-J tiene un alcance impresionante de 200 a 275 km, lo que le permite "alcanzar" para hundir buques de guerra enemigos sin tener que acercarse, reduciendo los riesgos para el piloto.

La alta velocidad de vuelo subsónico ayuda al misil a mantener el secreto, combinado con el seguimiento del terreno y, especialmente, el vuelo sobre el mar a altitudes extremadamente bajas, solo unos pocos metros sobre la superficie del agua.

Gracias a ello, el misil SOM-J puede “ocultarse” de los radares enemigos, realizando giros para evitar los sistemas de defensa avanzados, como demostró en una prueba reciente cuando voló a través de un complejo entorno marítimo sin ser detectado.

El sistema de guía del misil SOM-J es el verdadero "cerebro", que combina navegación inercial anti-interferencias (INS), GPS anti-interferencias, navegación de terreno (TRN), navegación de terreno global (GRNS) y un buscador de imágenes infrarrojas (IIR) en la fase terminal.

Lo más destacado es el enlace de datos que permite actualizaciones de objetivos en tiempo real, incluso apoyando ataques coordinados con otras armas. La ojiva de fragmentación o semiperforante de alto explosivo de 140 kg es lo suficientemente potente como para inutilizar un destructor de tamaño mediano, lo que convierte al misil SOM-J en un héroe en las operaciones modernas en el Egeo o el Mar Negro.

La prueba de fuego real del 13 de octubre desde un F-16 hizo historia: el misil SOM-J se separó del avión, se lanzó a una altitud cercana al mar, mantuvo una trayectoria baja y terminó con un impacto preciso en un objetivo marítimo fijo.

Esto no sólo es un testimonio de la madurez de la tecnología nacional de Turquía, sino que también allana el camino para las exportaciones, ayudando a Ankara a reducir su dependencia de los suministros extranjeros y fortalecer su posición en la OTAN.

El desarrollo autóctono de TÜBİTAK SAGE y Roketsan refuerza la estrategia de autosuficiencia tecnológica de Turquía, ayudándola a reducir su dependencia de suministros de armas extranjeras, mejorar sus capacidades de disuasión y abrir el potencial de exportación para mejorar su influencia económica diplomática y de defensa.
Fuente: https://khoahocdoisong.vn/tho-nhi-ky-gay-sung-sot-voi-ten-lua-chong-ham-gan-mat-than-ai-post2149064153.html






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