Un rayo de 829 kilómetros de longitud, que cruzó el cielo desde Texas hasta Kansas en 2017, ha sido registrado oficialmente como el rayo más largo jamás registrado en la historia de la observación meteorológica.
La información fue publicada en un informe en el Boletín de la Sociedad Meteorológica Americana del 31 de julio.

Los rayos viajaron casi a través de toda la gran nube desde Texas hasta Kansas, EE.UU. (Foto: GTRI).
El rayo, que batió récords, fue detectado por el sistema satelital GOES-16 de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA). El satélite, lanzado a finales de 2016, está equipado con un Mapeador Geoestacionario de Rayos (GLM) que monitorea continuamente el cielo y registra los fenómenos de rayos con gran precisión.
Los datos iniciales sobre la enorme tormenta que contuvo este rayo se registraron desde el momento en que ocurrió. Sin embargo, no fue hasta que un equipo dirigido por el científico atmosférico Michael Peterson, del Instituto Tecnológico de Georgia, revisó los datos que se confirmó que la enorme descarga eléctrica se trataba de un solo rayo de duración récord.
El récord anterior, establecido en 2020, registró un rayo de 768 kilómetros que atravesó los estados de Texas, Luisiana y Misisipi.
Según el meteorólogo Randy Cerveny, representante de la Organización Meteorológica Mundial y de la Universidad Estatal de Arizona, éste es uno de los raros casos de "rayos extremadamente potentes" y todavía quedan muchos misterios por descubrir relacionados con este fenómeno.
Normalmente, los rayos se forman cuando partículas cargadas en la atmósfera chocan y acumulan tanta carga que se liberan, creando una oleada de millones de voltios.
En la mayoría de los casos, los rayos no superan los 16 km de longitud y se propagan verticalmente de nube a tierra. Sin embargo, algunos rayos especiales pueden propagarse horizontalmente entre nubes.

Relámpagos registrados por el satélite GOES-16 (Foto: Science Alert).
Cuando la nube es lo suficientemente grande, este fenómeno puede producir rayos gigantes. Según los estándares actuales, cualquier rayo de más de 100 km de longitud se clasifica como un «superdestello».
Medir e identificar un rayo potente es una tarea muy precisa. Los científicos necesitan combinar datos de satélites y sensores terrestres para recrear el fenómeno en tres dimensiones.
Este método identifica claramente el rayo como una sola corriente eléctrica y permite una medición precisa de su longitud. Dado que los rayos suelen quedar parcialmente ocultos por las nubes, estos fenómenos extremos pueden pasar desapercibidos sin la tecnología de observación moderna.
No es casualidad que ambos potentes eventos de rayos ocurrieran en las Grandes Llanuras (una vasta área de llanuras en América del Norte, ubicada al oeste del río Misisipi y al este de las Montañas Rocosas, cubierta en gran parte de pastizales, praderas y praderas).
Este es un punto crítico para tormentas eléctricas de tamaño mediano. Las condiciones climáticas únicas aquí han creado un entorno ideal para la formación de superrayos. Los investigadores afirman que, si este récord se rompe en el futuro, es muy probable que se produzca en la misma zona.
Fuente: https://dantri.com.vn/khoa-hoc/tia-set-dai-829-km-20250801073819978.htm
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