Las familias deben dejar que los niños aprendan a nadar cuando tengan 12 meses y deben aprender habilidades de supervivencia en el agua antes de aprender técnicas de natación.
La natación puede favorecer el desarrollo integral de los niños y, al mismo tiempo, ayudar a refrescar el verano. Muchas familias llevan a sus bebés menores de 6 meses a la piscina con la esperanza de que aprendan a nadar lo antes posible. Este método es controvertido debido a la falta de evidencia científica . Además, los niños no pueden regular su temperatura corporal tan bien como los adultos y pueden contraer infecciones si nadan en piscinas públicas.
Según los expertos, los niños pueden aprender a nadar a partir de los 12 meses con un instructor profesional. Necesitan nadar en una piscina privada con agua tibia a unos 32 grados Celsius. Las familias también deben considerar factores como el control emocional, la capacidad física, la capacidad de desarrollo y el nivel de familiaridad con el agua antes de que los niños aprendan a nadar.
Lo ideal es que las familias comiencen usando una piscina infantil o llevando a sus hijos a la zona menos profunda. Deben interactuar con sus hijos mediante juegos como soplar burbujas y chapotear para que se sientan más cómodos. Pueden usar flotadores o inflables para ayudar.
Los niños se acostumbran al agua con flotadores. Foto: Unplash
Si el niño está ansioso, la familia debe usar un tono suave y tranquilo para tranquilizarlo, ayudándolo a sentirse más seguro y relajado. Con el tiempo, el niño necesitará practicar técnicas básicas de natación, como mover los brazos y patalear, y cuando tenga confianza y dominio, reducir gradualmente la boya de apoyo. La familia no debe dejar que el niño aprenda a bucear ni sumergir al bebé mientras nada, ya que el niño no está listo para contener la respiración bajo el agua.
Los padres deben llevar a sus hijos a nadar temprano por la mañana si necesitan usar una piscina pública. Esto se debe a que el sonido del agua salpicando y el ruido de la multitud pueden asustarlos, dificultando su aprendizaje. Además, las familias también deben dedicar tiempo a enseñarles a sus hijos. La luz del sol por la mañana es menos intensa, lo que reduce el daño a la piel. Si los niños se sienten incómodos, las familias deben detener el proceso de inmediato y no obligarlos a aprender a nadar; si los niños tienen miedo al agua, las familias deben esperar un mes y volver a intentarlo.
Al inscribir a sus hijos en clases de natación, las familias deben priorizar a instructores que no solo enseñen técnicas de natación, sino que también se centren en habilidades de supervivencia en el agua. Los padres deben evitar llevar a sus hijos a piscinas con cloro, ya que pueden aumentar el riesgo de infecciones de las vías respiratorias bajas y alergias.
Chile (Según Momjunction, Padres )
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