
El Grupo Litaliti, de reciente formación, tiene como objetivo crear un espacio de juego abierto, proactivo y co-creativo para aquellos que aman la pintura, la escultura y practican el arte callejero contemporáneo.
El surgimiento del grupo refleja una creciente necesidad entre los artistas jóvenes de encontrar comunidades independientes donde el arte no esté limitado por grandes modelos de galerías, expectativas comerciales o presiones del mercado.
En los últimos años, la escena artística ha experimentado una notable tendencia: muchos artistas jóvenes se han conectado activamente a través de exposiciones colectivas para compartir inspiración creativa y ampliar el espacio para el diálogo artístico. Además de exhibir sus obras, también acompañan y realizan actividades de voluntariado, recaudan fondos para apoyar a la comunidad e intercambian experiencias profesionales, técnicas creativas e historias de vida tras cada experiencia. El grupo Litaliti es un ejemplo típico. Es esta conexión natural y humana la que está contribuyendo a crear una nueva perspectiva para el arte, más juvenil, abierta y responsable con la comunidad.

En la exposición participaron 17 artistas de pintura y escultura, entre ellos: Tran Cuong (Kuolg Tran), Nguyen Tien Dung, Le Thua Hai, Nguyen Minh Hai, Vu Duc Hieu, Vuong Le My Hoc, Trinh Lien, Vu Thuy Mai, Lam Duc Manh, Ha Huy Muoi, Nguyen Ngoc, Nguyen Minh (Minh Pho), Doan Quoc, Pham Hong Sam, Do Cong Son, Van Trong y Le Duc Tung.

La particularidad de "Litaliti" reside en su nombre, que evoca la sensación de un micromundo , de pequeñas cosas que encierran una energía estética extraordinaria. Con ese espíritu, la primera exposición del grupo busca honrar la sutileza, la meticulosidad y la profundidad emocional que se esconden en las cosas sencillas. Estas pueden ser piezas cotidianas, paisajes humildes y vibraciones que brotan de la tranquilidad del alma.

Con la participación de 17 pintores y escultores de las tres regiones del Norte, Centro y Sur, la exposición reúne cerca de 200 obras de pequeño formato, que abarcan desde la pintura a la escultura, desde materiales tradicionales a experimentales.
Los materiales utilizados son extremadamente ricos. La laca, con su profundidad de color y brillo, requiere un manejo elaborado y delicado. La pintura al óleo está llena de emoción y contribuye a la apertura de diversas perspectivas internas. La seda es suave, rica en feminidad, y a menudo es el material donde los artistas expresan tiernos recuerdos. La cerámica, la talla en madera y los materiales sintéticos... brindan a los artistas la libertad de experimentar con formas, estructuras y transformaciones materiales.

Aunque el tamaño de las obras es pequeño, en su mayoría de entre 10 cm y menos de 50 cm, incluyendo cuadros cuadrados, redondos y rectangulares, el mundo del arte sigue estando muy abierto. Cada obra aporta su propia historia sobre la vida emocional, el paisaje, los recuerdos o las observaciones muy personales sobre el mundo contemporáneo.

Desde paisajes de la patria, bodegones de la vida cotidiana, retratos reflexivos hasta obras con un sello filosófico y contemplativo, la exposición revela claramente la fuerte personalidad de cada artista. Al colocarlas una junto a la otra, las obras forman un conjunto armonioso, creando un diálogo con múltiples voces, pero en armonía y profunda emotividad.

Según los expertos, las pinturas y esculturas de pequeño formato son siempre un género complejo. Las obras no permiten al artista expandirse ni depender de la escala para crear efectos. Cada elemento, desde la composición y el color hasta el tratamiento del material, debe ser filtrado, enfocado y limitado con precisión. Por lo tanto, la exposición "Litaliti" demuestra claramente la capacidad de condensar las ideas artísticas de los autores.
Lo que impresiona al público es su sutileza. Las miniaturas parecen exigir al espectador acercarse, inclinarse hacia el mundo, observar cada detalle. Eso es algo que a veces olvidamos ante obras de gran tamaño.

Por lo tanto, los espectadores tienden a centrarse más en cada pincelada y movimiento del material; reciben el arte a un ritmo pausado, con una actitud atenta y, a partir de ahí, empatizan fácilmente con las pequeñas historias cotidianas que transmite el artista.
En la contracción del espacio, la profundidad interior se expande. Esto crea una experiencia artística única, a la vez íntima, cautivadora y rica en exploración .

El rápido desarrollo de la vida moderna nos hace vivir a toda prisa. Las personas se dejan llevar fácilmente por el torbellino del trabajo, la información y el consumo, perdiendo gradualmente la capacidad de observar y apreciar los pequeños detalles de la vida cotidiana. Es en este contexto que la exposición transmite un mensaje sencillo: a veces la belleza solo aparece cuando nos detenemos, cuando aminoramos el paso para mirar.

Pequeños detalles como pétalos de flores, tazas de cerámica, bodegones, ojos o sentimientos vagos... todos pueden albergar sus propias historias. Esas historias no son demasiado grandes, pero son genuinas y fáciles de compartir. Son como hilos delgados que conectan a cada persona con el mundo, recuerdos aparentemente olvidados y profundas capas de emociones que la vida ajetreada a menudo oscurece.

En la exhibición compacta, el espectador parece adentrarse en un "mini universo" donde cada detalle tiene una razón de ser. Desde objetos diminutos, pequeños bloques de color, líneas sobrias hasta diminutas tallas de madera o piezas de cerámica en los estantes, todo parece susurrar entre sí. Es la belleza de la simplicidad, la paz o las vibraciones rústicas y familiares.
La exposición destaca por su respeto a la diversidad. Artistas de diversas regiones, estilos de vida y corrientes emocionales coincidentes: el amor por las cosas sencillas y el deseo de profundizar en ellas a través del arte.

Eso es lo que crea armonía entre las obras, a pesar de la gran diversidad de estilos y técnicas. Esa armonía no proviene de limitarse a un tema específico, sino de la forma en que cada artista aborda el mundo con sensibilidad hacia las pequeñas cosas y los momentos, y reconoce la belleza de la vida.
La elección del pequeño tamaño no reduce el peso de la obra; al contrario, demuestra la capacidad de cada artista para simplificar, condensar y explotar la profundidad. Es esta libertad la que convierte la exposición en un espacio sano e inspirador, fiel al espíritu que el grupo Litaliti impuso desde sus inicios.

En la exposición, numerosas obras evocan el espíritu de las bellas artes tradicionales vietnamitas: la simplicidad, la sobriedad, la armonía con la naturaleza y el meticuloso trabajo de los artesanos. La laca, un material que lleva la marca única de las bellas artes vietnamitas, se presenta en múltiples y novedosas formas de expresión: pequeños bloques de color, líneas abstractas o paisajes en miniatura meticulosamente representados.
La seda sigue prosperando gracias a sus cualidades suaves, femeninas y emotivas. La cerámica y las tallas de madera crean acentos interesantes, tanto clásicos como modernos, con un toque artesanal pero abiertos a ideas contemporáneas.
Las pequeñas obras no impactan los sentidos de inmediato, sino que exigen que el espectador abra activamente su corazón. Y al entrar en ese mundo, podemos sentir fácilmente cómo la paz nos inunda. Además del aspecto estético, "Litaliti" transmite un mensaje humano que nos permite aprender a apreciar las pequeñas cosas para ver el mundo con mayor apertura.
Fuente: https://nhandan.vn/trien-lam-litaliti-nghe-thuat-thu-nho-cham-den-chieu-sau-cam-xuc-post924423.html






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