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UNESCO: La familia es el eje del movimiento social

(PLVN) - En el constante fluir de los tiempos, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) ha enfatizado: la familia no solo es el punto de partida de la personalidad, sino también el primer centro educativo y el núcleo de una sociedad del aprendizaje sostenible. Desde Corea y Japón hasta Singapur, los modelos familiares asiáticos demuestran el papel fundamental de la familia en la conexión entre generaciones, la preservación de los valores culturales tradicionales y la promoción de la igualdad.

Báo Pháp Luật Việt NamBáo Pháp Luật Việt Nam29/06/2025

La familia: el puente entre generaciones y la base del desarrollo

La familia se considera la célula básica de la sociedad, pues desempeña un papel fundamental en la formación de la personalidad, la transmisión de valores y el desarrollo integral del ser humano. Según la UNESCO, el Programa de Atención y Educación de la Primera Infancia (AEPI) identifica el período comprendido entre el nacimiento y los ocho años como una etapa crucial para el desarrollo cerebral, que contribuye a sentar las bases para la felicidad, la igualdad de género, la cohesión social y el aprendizaje a lo largo de la vida. Al ser el primer lugar donde los niños reciben amor, educación en valores y habilidades para la vida, la familia se ha convertido en el puente entre la tradición y la modernidad, entre el individuo y la sociedad.

Según la UNESCO, un programa preescolar integral no solo prepara a los niños con las habilidades necesarias para ingresar a la escuela primaria, sino que también busca desarrollar sus emociones, habilidades conductuales y fortalecer la relación entre la familia, la escuela y la comunidad. En este contexto, la familia se desempeña como un hogar cálido, el primer centro educativo y la base del bienestar emocional, además de ser el punto de partida para el desarrollo de las habilidades y el pensamiento de los niños. El informe «Reimaginando juntos nuestro futuro» (UNESCO, 2021) aboga por la construcción de un nuevo contrato social para la educación, en el que familias, escuelas y comunidades compartan responsabilidades. De esta manera, las familias preservarán los valores culturales y se convertirán en socios esenciales para la implementación de una educación global, la protección de la infancia y el desarrollo de una sociedad del aprendizaje.

Más concretamente, ante la Asamblea General de las Naciones Unidas, el representante de Belarús destacó que la familia contribuye de manera importante al desarrollo sostenible a través de múltiples funciones: el apoyo a las personas mayores, a los niños con discapacidad y a los grupos vulnerables; la preservación de la cultura y la garantía de que nadie quede excluido en la era digital. En este contexto, el apoyo integral a la familia —desde la atención preescolar y el fomento de la lectura en el hogar hasta las políticas de apoyo multigeneracional— se considera una inversión a largo plazo para cultivar la personalidad, estabilizar la sociedad y promover una sociedad del aprendizaje. De este modo, la familia no solo sembrará la personalidad, sino que también se convertirá en el eje central de todos los procesos de desarrollo social.

Los modelos familiares asiáticos se adaptan constantemente a los cambios de la sociedad.

Las familias japonesas actuales suelen ser familias nucleares, compuestas por padre, madre e hijos, y se caracterizan por el envejecimiento de la población y una baja tasa de natalidad. Se atribuye esto a la presión económica y a la excesiva responsabilidad educativa. Diversos estudios demuestran que el elevado coste de la educación preuniversitaria en Japón supone una gran presión para los padres, especialmente para las madres. Para afrontar estos desafíos, Japón ha desarrollado un sistema de valores humanos profundos, como el sistema Soka, que considera a la familia como un lugar para preservar la tradición y un entorno para fomentar la responsabilidad, los derechos humanos y la paz . Este es también el enfoque que la UNESCO promueve en su modelo de sociedad del aprendizaje.

Gia đình Nhật Bản hiện nay thường là các “gia đình hạt nhân”.

Las familias japonesas actuales suelen ser “familias nucleares”.

La sociedad coreana, profundamente influenciada por el confucianismo, ha formado familias multigeneracionales, donde el respeto a los ancestros y la piedad filial constituyen el principio rector de la convivencia. De esta base cultural ha surgido un fenómeno singular: la figura de la «madre gestora». En esta realidad, la mayoría de las madres coreanas dedican todos sus esfuerzos a supervisar de cerca la educación de sus hijos, desde la educación infantil hasta la universidad. Se preocupan por el rendimiento académico, incluso considerándolo una forma de mejorar el estatus social de toda la familia y el clan. Sin embargo, esta intensa presión educativa ha tenido graves consecuencias: la tasa de natalidad en Corea ha descendido a niveles alarmantes. En respuesta, el Gobierno ha implementado medidas como subsidios por nacimiento, guarderías y horarios laborales flexibles para fomentar la conciliación entre la vida familiar y laboral. Paralelamente, la incorporación activa de la mujer al mercado laboral, junto con reformas del sistema legal (como la Ley de Familia de 1991) y conceptos progresistas de igualdad de género, están transformando las estructuras familiares tradicionales.

También en la región asiática, Singapur ha construido con éxito un modelo de estrecha vinculación entre tres pilares: la familia, la escuela y el gobierno, para el desarrollo de una sociedad del aprendizaje. La UNESCO considera a Singapur un ejemplo de éxito en la región asiática. Este país cuenta con una calidad educativa excepcional, con una mayor participación de estudiantes en el Programa de Evaluación de la Iniciativa de Aprendizaje (PISA) que los países de la OCDE, y un entorno activo que apoya el aprendizaje permanente de los niños. En este modelo, las familias singapurenses desempeñan un doble papel: educan a sus hijos sobre los valores nacionales y la cultura multiétnica del país y, al mismo tiempo, están estrechamente vinculadas al sistema de políticas sociales del Estado, recibiendo un apoyo integral, desde financiación hasta orientación educativa para todos sus miembros.

Retos y soluciones desde la política

Las economías desarrolladas, como Japón, Corea del Sur y Singapur, se enfrentan al envejecimiento de la población y a bajas tasas de natalidad, como consecuencia de las presiones económicas, la carga educativa y los roles tradicionales de la mujer en la familia. Si bien cada vez más mujeres se incorporan al mercado laboral, las responsabilidades de la maternidad y el cuidado infantil siguen recayendo principalmente sobre ellas, lo que genera desigualdad de género en la familia. Además, el elevado coste de la educación supone una gran presión para muchas familias, afectando directamente a la decisión de tener hijos y a su calidad de vida a largo plazo.

Para hacer frente a la baja natalidad y al envejecimiento de la población, muchos países, como Corea, han implementado políticas integrales. En primer lugar, se han impulsado políticas de apoyo financiero y cuidado infantil, incluyendo subsidios por hijo, asistencia médica y horarios laborales flexibles para reducir la carga económica y crear condiciones más favorables para las familias con hijos. Paralelamente, en Corea también se han promovido reformas legales, como la revisión del derecho de familia desde principios de la década de 1990, para promover la igualdad de género y fomentar la corresponsabilidad entre padres y madres. Igualmente importante es la promoción de una transformación de los valores culturales para sensibilizar sobre el papel de ambos progenitores en la educación infantil, reducir la presión del aprendizaje temprano desde la edad preescolar y promover el desarrollo integral a través de habilidades sociales y pensamiento creativo.

En la convulsa sociedad actual, la familia sigue siendo un pilar fundamental, donde tradición y globalización, aunque aparentemente opuestas, confluyen en un objetivo común: la formación integral de la persona y una sociedad equitativa, cohesionada y sostenible. Los modelos familiares de Japón, Corea y Singapur demuestran que la familia no solo es un espacio para conectar a los individuos con la colectividad, sino también el punto de partida de todas las políticas sociales, desde la educación hasta la población. La UNESCO promueve situar a la familia en el centro de la estrategia para el desarrollo de una sociedad del aprendizaje y una atención preescolar integral. Esta es una valiosa lección que Vietnam puede tomar como referencia al formular políticas y cultivar la cultura familiar en el siglo XXI.

Fuente: https://baophapluat.vn/unesco-gia-dinh-la-diem-tua-trong-chuyen-dong-xa-hoi-post553291.html


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