
El paciente NTH, de 77 años, tenía antecedentes de un tumor cerebral durante 23 años y sufría frecuentes ataques epilépticos. Durante uno de ellos, sufrió una caída que le provocó graves lesiones faciales.
En el Hospital E, después del examen y la tomografía computarizada, los médicos diagnosticaron una fractura mandibular extremadamente complicada: 2 fracturas, incluida la rama horizontal derecha y el cóndilo opuesto (lado izquierdo).
El equipo enfrentó numerosos desafíos al decidir operar al paciente. En primer lugar, era una persona mayor (77 años) con antecedentes de hipertensión, diabetes y mala salud, lo que presentaba muchos riesgos potenciales en una cirugía prolongada. Además, el tumor cerebral subyacente requería una coordinación simultánea.
El estado de la mandíbula del paciente era particularmente delicado, ya que había perdido todos los dientes inferiores durante muchos años, lo que le provocó una atrofia severa, con una altura del maxilar inferior inferior a menos de 2 cm. Esto hacía casi imposible garantizar la precisión y la estabilidad con los métodos tradicionales de corrección y fijación ósea.
Ante un caso difícil, los médicos del Departamento de Cirugía Plástica y Maxilofacial del Hospital E decidieron aplicar tecnología 3D personalizada para encontrar la solución óptima.
Los médicos implementaron un procedimiento sistemático que incluía: diagnóstico y planificación virtuales mediante la introducción de los datos de la tomografía computarizada del paciente en un software especializado. En el entorno virtual 3D, los médicos realizaron una "cirugía de prueba", desplazando cada fragmento de la fractura mandibular a la posición anatómica correcta antes de la lesión y reposicionando el cóndilo en la posición exacta en la cavidad articular.

Después de obtener el plan de corrección virtual perfecto, se imprimió un modelo estereolitográfico del bloque óseo mandibular del paciente (con la posición del hueso corregida) utilizando tecnología 3D.
A partir de este modelo impreso en 3D, se preformó una férula de titanio para la fijación ósea, asegurando un ajuste perfecto con la superficie ósea tras la corrección. Posteriormente, la férula se esterilizó en autoclave, lista para la cirugía.
La cirugía se realizó con la fluida coordinación de dos equipos quirúrgicos: Neurocirugía y Cirugía Maxilofacial.
En primer lugar, el equipo de neurocirugía aplicó un moderno sistema de navegación. Esta tecnología funciona como un "Google Maps" médico, permitiendo a los cirujanos determinar con precisión los límites del tumor y las estructuras cerebrales sanas, extirpando así el tejido tumoral cerebral con meticulosidad y máxima seguridad.
Inmediatamente después, intervino el equipo de Cirugía Maxilofacial. Gracias a la férula de titanio personalizada, preparada con antelación, el cirujano no perdió tiempo en romperla durante la cirugía. Esta férula actuó como una guía quirúrgica perfecta, ayudando a reubicar rápidamente los fragmentos óseos rotos en la posición planificada y a fijarlos firmemente.
La aplicación de la tecnología 3D en la cirugía maxilofacial traumatológica en el Hospital E ha aportado beneficios extraordinarios. Especialmente en este caso complejo, la cirugía es de máxima precisión, garantizando que el hueso fracturado vuelva a su posición anatómica correcta, restaurando la función y una estética perfecta.
La preparación previa de la férula reduce significativamente el tiempo quirúrgico y minimiza el riesgo de complicaciones en pacientes de edad avanzada. Este método también supera las desventajas de los maxilares con atrofia severa, donde las técnicas tradicionales son difíciles de aplicar.
Fuente: https://nhandan.vn/ung-dung-cong-nghe-3d-trong-phau-thuat-xuong-ham-phuc-tap-cho-benh-nhan-mac-u-nao-post918384.html






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