El oro se compra con fuerza, desafiando la posición del USD |
El oro es una de las formas de dinero más antiguas y confiables de la historia de la humanidad. Se ha utilizado como reserva de valor, medio de intercambio y unidad de cuenta durante miles de años. También se considera un activo refugio que puede proteger a los inversores de la inflación, la devaluación de la moneda y los riesgos geopolíticos .
El oro ha atraído la atención de los bancos centrales de todo el mundo en los últimos años, ya que han estado comprando oro a un ritmo récord. Según el Consejo Mundial del Oro (WGC), la tasa de acumulación de oro por parte de los bancos centrales de todo el mundo este año ha aumentado drásticamente, algo no visto desde 1967, cuando el dólar estadounidense aún estaba respaldado por el metal precioso.
La demanda de oro aumentó un 28% interanual a 1.181 toneladas en el tercer trimestre de 2022. Una parte importante de esta demanda provino de los bancos centrales, que alcanzaron un récord de casi 400 toneladas, lo que elevó las compras netas de los bancos centrales hasta la fecha a 673 toneladas.
Pero ¿por qué los bancos centrales compran tanto oro? ¿Cuáles son sus motivos y objetivos? ¿Qué implicaciones tiene esto para el sistema monetario global y el dólar estadounidense?
Diversificación y cobertura
Una de las principales razones por las que los bancos centrales compran oro es para diversificar sus reservas de divisas y protegerse contra los riesgos cambiarios. La mayoría de los bancos centrales mantienen una gran parte de sus reservas en dólares estadounidenses, la principal moneda de reserva mundial. Sin embargo, mantener una cantidad excesiva de dólares estadounidenses los expone a las fluctuaciones de la economía y la política monetaria estadounidenses, así como a la posibilidad de que el dólar se devalúe debido a la inflación o la inestabilidad política.
El oro, por otro lado, se considera un activo más estable e independiente, capaz de mantener su poder adquisitivo a lo largo del tiempo. Además, está menos correlacionado con otros activos y divisas, lo que significa que puede reducir la volatilidad y el riesgo en las carteras de los bancos centrales. Además, puede actuar como cobertura contra las tasas de interés negativas, que se han vuelto más comunes en algunas economías desarrolladas en los últimos años.
Algunos de los países que han sido grandes compradores de oro en los últimos trimestres incluyen Turquía, Uzbekistán, India, China y Rusia. Estos países tienen diferentes situaciones económicas y geopolíticas, pero comparten algunos factores comunes que podrían explicar su apetito por el oro. Turquía, por ejemplo, ha estado lidiando con una alta inflación, devaluación de su moneda e inestabilidad política durante varios años, lo que ha erosionado la confianza en el dólar estadounidense y otras monedas fiduciarias. Uzbekistán está en transición de una economía de planificación centralizada a una de mercado, lo que le exige diversificar sus fuentes de ingresos y riqueza. India tiene una fuerte afinidad cultural por el oro y un gran déficit por cuenta corriente que la hace vulnerable a las crisis externas.
Confianza y credibilidad
Otra razón por la que los bancos centrales compran oro es para aumentar su credibilidad y prestigio ante el público nacional e internacional. El oro se considera un símbolo de riqueza, poder y soberanía. Al aumentar sus tenencias de oro, los bancos centrales pueden mostrar su fortaleza y estabilidad a sus ciudadanos, mercados y socios.
El oro también puede ayudar a los bancos centrales a mantener o aumentar su influencia en los asuntos regionales y globales. Al acumular reservas de oro, pueden respaldar sus propias monedas y sistemas de pago alternativos que evitan la red SWIFT, dominada por el dólar. También pueden aumentar su poder de voto en organizaciones internacionales como el FMI, donde el oro forma parte de la fórmula de cuotas.
Además, el oro puede ayudar a los bancos centrales a prepararse ante posibles crisis o conflictos que podrían perturbar el funcionamiento normal del sistema financiero global. En tales situaciones, el oro puede proporcionar liquidez, seguridad y flexibilidad a los bancos centrales que puedan tener dificultades para acceder o utilizar otros activos de reserva. El oro también puede servir como activo de último recurso para liquidar deudas u obligaciones entre países.
¿Amenaza para el dólar estadounidense?
La creciente demanda de oro por parte de los bancos centrales plantea diversas preguntas sobre el futuro papel del dólar estadounidense como moneda de reserva mundial. ¿Significa esto que los bancos centrales están perdiendo la confianza en el dólar estadounidense? ¿Intentan socavar su estatus y valor? ¿Y cómo afectará esto a la economía estadounidense y a su liderazgo global?
La respuesta no es tan simple ni directa. Si bien es cierto que algunos bancos centrales pueden tener motivaciones políticas o estratégicas para reducir su dependencia del dólar estadounidense o desafiarlo, esto no significa necesariamente que lo abandonen por completo o lo reemplacen con oro. El dólar estadounidense aún cuenta con numerosas ventajas que lo hacen atractivo e indispensable para el comercio, las finanzas y la inversión globales. Estas incluyen liquidez, profundidad, estabilidad, aceptabilidad y marco legal.
Además, el oro no es un sustituto perfecto del dólar estadounidense ni de ninguna otra moneda fiduciaria. El oro presenta diversas limitaciones que limitan su uso y función como dinero. Por ejemplo, es escaso, caro de almacenar y transportar, difícil de verificar y dividir, susceptible a la volatilidad y manipulación de precios, y carece de un marco legal claro.
Por lo tanto, es poco probable que los bancos centrales compren oro con la intención o expectativa de reemplazar al dólar estadounidense por oro como moneda de reserva global. En cambio, compran oro para complementar sus reservas existentes, especialmente en tiempos de incertidumbre o inestabilidad. El oro puede brindarles una serie de beneficios que otros activos no pueden, como diversificación, cobertura, confianza y prestigio.
Sin embargo, esto no significa que el dólar estadounidense sea inmune o invencible ante cualquier desafío o amenaza del oro u otras divisas. El predominio del dólar estadounidense depende de numerosos factores que pueden cambiar con el tiempo, como el desempeño económico, la política monetaria, la disciplina fiscal, la estabilidad política, la innovación tecnológica y la cooperación internacional. Si estos factores se deterioran o no cumplen las expectativas de los inversores y usuarios globales, la demanda y el valor del dólar estadounidense en relación con otros activos o divisas podrían disminuir.
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