NQH (9 años) ha tenido picazón nasal, estornudos y goteo nasal con frecuencia durante los últimos dos años. Los síntomas se intensifican con los cambios de clima, el aire frío, especialmente con polvo y humo de cigarrillo.
En el último mes, su condición ha empeorado. El niño tiene congestión nasal en ambos lados, tiene que respirar con la boca abierta al dormir, tiene goteo nasal con picazón y estornuda. Ocasionalmente, tiene dolor de cabeza en la frente, está cansado y tose con poca flema.
La familia de H. lo llevó a la Clínica General Medlatec Go Vap para un examen. El examen clínico mostró que la mucosa nasal estaba pálida y desigual, y que el suelo de la cavidad nasal presentaba acumulación de líquido. El médico ordenó que el paciente se sometiera a técnicas paraclínicas para facilitar el diagnóstico.
Los resultados de la tomografía computarizada de senos paranasales mostraron sinusitis maxilofacial, engrosamiento leve de la mucosa del cornete nasal inferior en ambos lados, pólipo en el seno esfenoidal izquierdo y seno aéreo en el cornete medio izquierdo. La endoscopia nasal detectó rinitis alérgica.
En particular, los resultados de la prueba de 53 alérgenos mostraron un alto índice de IgE específica, y el panel de alergias dio un fuerte positivo para el alérgeno de ácaros del polvo doméstico. Se confirmó el diagnóstico: el paciente padecía rinitis alérgica crónica. El médico le recetó un tratamiento con medicamentos y le indicó precauciones para su estilo de vida y limitar la exposición a los alérgenos.
El paciente siguió el tratamiento y acudió a revisiones semanales. Tras casi un mes de tratamiento, síntomas como congestión nasal, goteo nasal y tos nocturna se redujeron significativamente. El bebé comía y dormía mejor, ya no tenía molestias en la zona de los senos paranasales y su calidad de vida mejoró significativamente.
La rinitis alérgica (o sinusitis alérgica) es una inflamación de la mucosa nasal y de los senos paranasales, caracterizada por estornudos, picor de nariz, secreción nasal, congestión nasal...
Según el Dr. Tran Minh Dung, especialista en otorrinolaringología de la Clínica General Medlatec Go Vap, la tasa de rinitis alérgica se sitúa entre el 10 % y el 30 % de la población en los países desarrollados. Los niños pueden empezar a padecerla después de los 2 años y la tasa aumenta gradualmente hasta la adolescencia.
Aunque no es una enfermedad grave que afecte la vida, el tratamiento de la rinitis alérgica ocasiona una gran carga económica , afectando negativamente la calidad de vida del paciente.
Actualmente, la tendencia de las enfermedades está aumentando, en gran medida relacionada con la urbanización, la contaminación ambiental y el cambio climático.
Entre ellos, los ácaros del polvo doméstico son uno de los factores comunes que causan alergias. Sin embargo, muchas personas aún son subjetivas y desconocen plenamente el impacto de este alérgeno en el aire y el entorno de la vida diaria.
Los ácaros del polvo doméstico son artrópodos de la clase de los arácnidos, invisibles a simple vista, que viven en ambientes cálidos y húmedos como colchones, almohadas, mantas, cortinas, alfombras y peluches. Su principal alimento son las células descamadas de la piel de humanos y animales. En niños con alergias, una pequeña cantidad de ácaros del polvo es suficiente para desencadenar una reacción de sinusitis, que puede durar mucho tiempo si no se detecta y trata a tiempo.
La rinitis alérgica puede ser crónica y afectar considerablemente la calidad de vida de los niños, especialmente cuando la causa proviene de factores del entorno cotidiano. Por lo tanto, la prevención no se limita solo al tratamiento médico, sino que también requiere que los padres sean proactivos para mejorar el entorno vital de sus hijos.
Algunas medidas preventivas recomendadas por el Dr. Dung a los padres incluyen: Utilice fundas especiales (Cubra colchones, almohadas, mantas con tejido tejido ≤6 micras. Elija el tipo que se pueda lavar muchas veces, no retenga polvo en la superficie); mantenga la humedad interior por debajo del 50%; Lave sábanas, fundas de almohadas y mantas semanalmente en agua caliente a más de 55 grados Celsius; Aspire con una máquina con filtro HEPA o bolsa de filtro gruesa; Reduzca los peluches, cojines y cortinas de tela en el dormitorio; Secar a altas temperaturas puede matar los ácaros del polvo.
Los padres deben adquirir conocimientos para reconocer los primeros signos de anomalías y llevar a sus hijos a un especialista de forma proactiva cuando sea necesario. Si su hijo presenta estornudos, congestión nasal, goteo nasal persistente o tos nocturna, llévelo a un otorrinolaringólogo o a un alergólogo-inmunólogo.
Fuente: https://nhandan.vn/viem-xoang-keo-dai-vi-di-ung-mat-bui-nha-post893842.html
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