Cada año, en el aniversario de la muerte de los Reyes Hung, millones de vietnamitas se reúnen en el Templo Hung, el origen de la nación, el lugar que forjó el alma sagrada de las montañas y los ríos y el espíritu indomable de Vietnam.

No es casualidad que el dicho «Los reyes Hung construyeron el país, debemos trabajar juntos para protegerlo» siga resonando a lo largo de muchas generaciones. Es un recordatorio, un mandato sagrado. A lo largo de miles de años de altibajos, los descendientes de Lac Hong nunca han cejado en su deseo de alzarse, de continuar la tradición de sus antepasados y de hacer famoso a Vietnam en cada época de la historia.
Cuenta la leyenda que Lac Long Quan y Au Co dieron a luz a cien hijos. Estos hijos recorrieron todas las regiones, abrieron camino a montañas y rocas, construyeron aldeas, fundaron aldeas y forjaron una nueva vida. Desde el delta del Río Rojo hasta la majestuosa cordillera de Truong Son, desde las zonas costeras hasta la gran meseta, cada tierra lleva la huella de los descendientes de Lac Hong. No es solo una historia legendaria, sino también un profundo símbolo de expansión, descubrimiento y audacia para afrontar los desafíos.

El espíritu del Rey Hung reside en la voluntad de autosuficiencia, el patriotismo ardiente y el anhelo de independencia y desarrollo. Este espíritu se manifiesta tanto en la guerra como en cada etapa del desarrollo del país. En tiempos de cambio, los descendientes del Rey Hung saben cómo proteger la frontera y expandir sus conocimientos, integrarse con el mundo, dominar la ciencia y la tecnología, y liderar el país con inteligencia y valentía.
Al entrar en la era 4.0, Vietnam se enfrenta a grandes oportunidades sin precedentes. Ya no es una era de guerras para defender el país con espadas y lanzas, sino una batalla para posicionarse en la economía del conocimiento, el desarrollo sostenible y el proceso de integración global.
Ser dignos de ser descendientes del Rey Hung hoy significa saber apreciar el pasado y saber qué hacer para que el futuro del país sea más prometedor. Si en el pasado nuestros antepasados expandieron el territorio con pasos pioneros, hoy, la joven generación de Vietnam está abriendo nuevos horizontes con tecnología, innovación y espíritu emprendedor.
Imágenes de ingenieros vietnamitas fabricando con éxito equipos de alta tecnología, científicos investigando diligentemente vacunas, jóvenes empresarios atreviéndose a pensar y actuar, o trabajadores trabajando diligentemente en modernas fábricas industriales... todas son prueba del espíritu Hung Vuong en la nueva era.

En las vastas Tierras Altas Centrales, Dak Nong, desde sus inicios hasta la época de la lucha por la independencia, y luego entrando en el período de renovación, se ha imbuido del espíritu resiliente de nuestros antepasados. Dak Nong es hoy una tierra en pleno crecimiento. De una provincia joven, llena de dificultades hace poco más de dos décadas, ha consolidado gradualmente su posición. Se han ampliado las carreteras, se han formado zonas industriales y vastos campos de café, pimienta y macadamia han traído una vida próspera a sus habitantes.
Pero más que desarrollo económico, Dak Nong es también una tierra de solidaridad nacional. Kinh, Ede, M'nong y muchos otros grupos étnicos conviven y trabajan juntos para construir su patria. En cada casa, cada escuela, cada camino de cemento en zonas remotas, se percibe la tenue imagen de un espíritu que no teme a las dificultades, ni a las adversidades: un espíritu que evoca la imagen de nuestros antepasados de hace miles de años.
A medida que el país entra en una nueva era —la era de la ciencia y la tecnología, la transformación digital y la integración profunda—, el espíritu de Hung Vuong cobra mayor importancia que nunca. Dak Nong, como todo el país, no puede conformarse con sus logros, sino que debe fortalecerse aún más. En el contexto actual, Dak Nong se enfrenta a la oportunidad de lograr avances en todos los aspectos: el desarrollo de una economía verde, la agricultura de alta tecnología, la minería sostenible y el ecoturismo. Promover la aplicación de la ciencia y la tecnología, la transformación digital y atraer inversiones son caminos ineludibles para integrar la provincia a la tendencia general del mundo.
Pero lo más importante es el espíritu de innovación y creatividad. Al igual que en el pasado, los reyes Hung no solo se preocuparon por construir el país, sino que también supieron adaptarse a la naturaleza, explotar los recursos de forma sostenible y preservar la cultura nacional para que el país perdure para siempre. Dak Nong hoy también necesita tomar medidas acertadas, desarrollando la economía, protegiendo el medio ambiente y preservando su propia identidad.
En particular, durante este período, la gente de Dak Nong necesita despertar el espíritu de pensar con audacia, actuar con audacia y no temer a las dificultades. Si la generación anterior fue resiliente al abrir nuevas tierras y reclamarlas, la generación actual también debe atreverse a salir de su zona de confort, crear con audacia y esforzarse más para construir un Dak Nong cada vez más próspero.

El espíritu del Rey Hung no es algo lejano, sino que está presente en cada aliento de vida hoy. Es entonces cuando un agricultor de las Tierras Altas Centrales transforma con audacia el modelo agrícola, aplicando la ciencia y la tecnología para aumentar la productividad.
Es entonces cuando los jóvenes de Dak Nong no temen aventurarse en los campos de la tecnología y las startups creativas, contribuyendo así al desarrollo de su provincia. Es entonces cuando las autoridades locales son perseverantes y están decididas a superar las dificultades, creando las condiciones más favorables para que las empresas inviertan y la gente se sienta segura en la producción.
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Tenemos derecho a sentirnos orgullosos de lo que nuestros antepasados dejaron, pero también tenemos la responsabilidad de continuar y glorificar esa tradición. Una nación solo puede avanzar con fuerza hacia el futuro cuando sabe apreciar el pasado e innovar constantemente. Dak Nong, con ese espíritu, sin duda no solo será una provincia en medio de la gran selva, sino también un lugar brillante, una tierra llena de potencial y aspiraciones de llegar lejos.
El aniversario de la muerte del Rey Hung no es sólo una festividad para recordar a nuestros antepasados, sino también una oportunidad para que cada vietnamita reflexione sobre sí mismo y se pregunte qué ha hecho para ser digno de sus antepasados.
Ahora, más que nunca, es el momento de despertar el espíritu del Rey Hung en nuestro interior: el espíritu de voluntad, creatividad, resiliencia y aspiración a la superación. Y mientras ese espíritu siga fluyendo en las venas de cada persona de Dak Nong, esta tierra sin duda se desarrollará cada vez más, contribuyendo a la gloria del país, digna del consejo de nuestros antepasados: «Los Reyes Hung tuvieron el mérito de construir el país; nosotros, sus descendientes, debemos trabajar juntos para protegerlo».
Fuente: https://baodaknong.vn/xung-danh-con-chau-vua-hung-trong-ky-nguyen-vuon-minh-248442.html
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