Sudán se ha visto sacudido por la violencia desde mediados de abril, cuando las tensiones entre el ejército del país, comandado por el general Abdel Fattah Burhan, y las Fuerzas paramilitares de Apoyo Rápido (RSF), comandadas por el general Mohamed Hamdan Dagalo, desembocaron en combates.
Se eleva humo negro en la capital de Sudán, Jartum, después de un ataque con vehículos aéreos no tripulados. Foto: TWA
RSF condenó el ataque. En su declaración, el ejército afirmó que no había atacado a civiles y describió las acusaciones de RSF como "afirmaciones falsas y engañosas".
Ambos bandos han recurrido frecuentemente a bombardeos y ataques aéreos indiscriminados, causando miles de víctimas civiles en los últimos cinco meses.
En la zona del Gran Jartum, que incluye las ciudades de Jartum, Omdurman y Bahri, las tropas de las RSF han tomado posesión de viviendas de civiles y las han convertido en bases de operaciones. Grupos de derechos humanos y activistas dicen que los militares han respondido bombardeando estas zonas residenciales.
La guerra en Sudán ha matado a más de 4.000 personas, según cifras de agosto de las Naciones Unidas. Sin embargo, los médicos y activistas afirman que la cifra real es ciertamente mucho mayor.
Hoang Ton (según Reuters)
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