Emily Guy Birken compartió recientemente con una amiga una propuesta que recibió y que terminó con un cierre frenético. Birken dijo que aún estaba considerando la oferta, ya que prometía ayudarla a encontrar clientes para su trabajo freelance.
“¿Cómo sabes que no es una estafa?” preguntó un amigo.
La pregunta inesperada pilló a Birken desprevenida. Había reconocido el tono agresivo de venta desde el principio e incluso estaba dispuesta a retirarse de la llamada. Aun así, dudaba un poco de la oferta.
Tras pensarlo unos segundos, Birken pudo explicar cómo sabía que no se trataba de una estafa real. La empresa ofrecía un servicio real: identificar y contactar a clientes potenciales, algo que la autora podía hacer por sí misma. No estaban estafando, simplemente usaban tácticas de venta agresivas.
Sin embargo, la pregunta de tu amigo es un valioso recordatorio de lo fácil que es caer en estafas de inversión, ya sea para tu negocio o para tu futuro financiero personal. Por eso es importante comprender los tipos comunes de estafas de inversión y cómo detectarlas.
La naturaleza de la estafa permanece inalterada.
A pesar de los métodos cada vez más sofisticados y las trampas tecnológicas modernas, la naturaleza misma de las estafas de inversión permanece inalterada. Han existido desde la época del príncipe nigeriano que envió el primer correo electrónico de phishing.
Incluso las llamadas estafas “modernas”, como el colapso del imperio de criptomonedas FTX de Sam Bankman-Fried o la locura delirante por los NFT (tokens no fungibles), explotan las mismas debilidades humanas inherentes: la codicia, el miedo a perderse algo (FOMO) y la creencia errónea de que es posible ganar dinero sin comprender realmente la inversión.
Es por esto que la mayoría de las estafas de inversión son simplemente versiones recalentadas de estafas de hace décadas.

El mundo financiero está creciendo, pero también es terreno fértil para estafas sofisticadas (Ilustración: Adobe Stock).
A continuación se presentan cuatro estafas comunes en las que cualquiera puede caer y cómo reconocerlas para evitar caer en sus trampas.
Promesa de ganancias “enormes”, sin riesgo
Hace un siglo, Charles Ponzi conmocionó a Boston al prometer una rentabilidad del 50 % en tan solo 45 días en inversiones en cupones postales internacionales. La esencia de un esquema Ponzi reside en que no existe una actividad de inversión real. En cambio, el dinero de los nuevos inversores se utiliza para pagar a los antiguos, creando la ilusión de una rentabilidad atractiva y constante.
Este modelo solo puede sobrevivir si continúa entrando dinero nuevo. Cuando la confianza se desploma o los inversores retiran su capital en masa, todo el sistema se derrumba. Un ejemplo típico es la estafa de Bernie Madoff en 2008, que causó pérdidas por decenas de miles de millones de dólares.
Las señales reveladoras son promesas de rendimientos irrazonablemente altos en un corto período de tiempo, pagados regularmente y con un riesgo prácticamente nulo. Si una "oportunidad de inversión" parece demasiado buena para ser verdad, probablemente lo sea.
Pump-and-Dump: Manipulación de precios de acciones y criptomonedas para obtener ganancias
Esta es una táctica flagrante de manipulación del mercado, que a menudo se dirige a acciones pequeñas y poco conocidas o a proyectos de criptomonedas emergentes. Los estafadores compran a precios bajos, luego difunden rumores o hacen una promoción masiva para crear el efecto FOMO (miedo a perderse algo), lo que dispara los precios. Cuando los precios alcanzan su punto máximo, venden discretamente, dejando a los inversores con las manos en la masa.
Esta forma es muy popular en intercambios o grupos de redes sociales menos respetables, donde la información no está verificada y la mentalidad de rebaño se manipula fácilmente.
La señal reveladora es cuando recibes una oferta que suena halagadora y urgente, como "Alguien tan inteligente como tú no puede dejar pasar esta oportunidad única" o "¡Date prisa, esta oportunidad está a punto de agotarse!". Las tácticas que apelan a las emociones, especialmente la codicia y el miedo, siempre son indicios de una estafa.
Estafas de pago por adelantado: prometen mucho dinero y piden transferencias pequeñas
Se trata de una estafa que se aprovecha de la avaricia con una promesa atractiva: recibirás una suma muy grande de dinero (una inversión, una herencia o un bono inesperado), pero para recibirla deberás pagar por adelantado una “pequeña tarifa”, bajo muchos nombres como “tarifa de apertura de cuenta”, “tarifa de procesamiento”, “tarifa legal”...
Sin embargo, después de transferir el dinero, esa “gran suma” desaparecerá como una burbuja de jabón, junto con la persona que acaba de contactarte.
Cualquier oferta que requiera una transferencia de dinero por adelantado para recibir una gran suma debería ser una señal de alerta. En las transacciones financieras legítimas, todas las comisiones son transparentes, existen contratos claros y nunca se requieren pagos anticipados sospechosos.
Estafas de suplantación de identidad: hacerse pasar por expertos, bancos o familiares para ganar confianza
El auge de la tecnología deepfake y la IA ha facilitado y aumentado el riesgo de suplantar la identidad. Los estafadores pueden hacerse pasar por cualquiera: expertos financieros, empleados bancarios o seres queridos. Se ponen en contacto contigo por correo electrónico, redes sociales o incluso llamadas telefónicas con voces que parecen reales, para luego atraerte a sitios web falsos diseñados profesionalmente.
Un simple momento de descuido puede llevarte a dar información personal o incluso a transferir dinero siguiendo las indicaciones del impostor.
Las señales reveladoras son ofertas financieras inesperadas de personas u organizaciones que conoces, pero contactadas a través de canales no oficiales, a menudo acompañadas de enlaces o solicitudes de información confidencial. Sé siempre escéptico y verifica la identidad de la persona con la que te comunicas, especialmente si la conversación involucra dinero. Nunca confíes en alguien solo porque "parece legítimo".
Las estafas financieras son cada vez más sofisticadas, pero el denominador común sigue siendo el mismo: la codicia, la prisa o el miedo a perderse algo. Mantener la calma, verificar los hechos a fondo y nunca apresurarse a transferir dinero ni a proporcionar información personal es la mejor defensa. En el mundo de las inversiones, si algo parece demasiado bueno para ser verdad, probablemente lo sea.
Fuente: https://dantri.com.vn/kinh-doanh/4-chieu-tro-lua-dao-tai-chinh-tinh-vi-ban-can-biet-de-tranh-mat-trang-20250530183437948.htm
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